Aldabas del casco histórico de Cáceres (I)
Los aledaños del centro:
Hay algo de profundamente absurdo en escoger los mejores libros del año, pero quizá también lo hay en cumplir años, en las periodizaciones que hacen que descansemos de trabajar cada semana o asumamos que lo ideal es sacar una entrada al día en un blog. Quizá por eso las campañas de fin de año tienden cada vez más a adelantarse, porque basta que se tenga prisa o apremie el interés comercial para que los plazos se hagan flexibles. Este año, la crisis ha retrasado el encendido de la luminaria , pero, a cambio, hace ya días que empiezan a aparecer listas con los mejores libros del año. Guardian ha pedido su opinión a la armada invencible de sus escritores, que se han prestado a recomendar lo que recomendarían si tuvieran que recomendar. Banville, Barnes. Boyd, Coe, Theroux, entre otros muchos, hasta Hobsbawn, participan en la iniciativa: http://www.guardian.co.uk/books/2010/nov/27/christmas-books-year-roundup
Sin haber hecho un análisis en profundidad, se tiene la impresión de que también en el mercado de lengua inglesa la producción (auto)biográfica está en boga. Entre recomendado destaca Philip Larkin, Letters to Monica (Faber), uno de los libros más recomendados; Under the Sun: The Letters of Bruce Chatwin (Jonathan Cape); Sjeng Scheijen, Diaghilev: A Life (Profile Books); Bill Clegg, Portrait of an Addict as a Young Man (Jonathan Cape); Rowan Williams, Dostoevsky (Continuum); Tony Judt Ill Fares the Land (Allen Lane), Saul Bellow, Letters (Penguin Classics), entre otros.
No falta tampoco la temática navideña: Jilly Cooper:
I also loved Comfort and Joy by India Knight (Fig Tree), a hilarious, bawdy yet touching portrait of Christmas over three years. In a desperate attempt to achieve harmony for the sake of the children, Clara, the enchanting heroine, invites a vast extended family of parents, steps-in-laws, embattled ex-husbands, warring couples and lame-duck friends to stay.
Ni los autores en español, anglófilos, eso sí: The Perpetual Race of Achilles and the Tortoise, Jorge Luis Borges (Penguin Classics)
Hobsbawn, por su parte de muestra fiel a sus intereses e investigaciones, y recomienda a Charles Van Onselen, Masked Raiders: Irish Banditry in Southern Africa (ZebraPress, Cape Town)
Algunos de estos libros verán seguramente la luz en nuestro mercado en los próximos meses, otros, como el de Tzvetan Todorov, The Fear of Barbarians: Beyond the Clash of Civilizations (University of Chicago Press), ya lo han hecho hace tiempo.
Aldabas del casco histórico de Cáceres (I)
Verdades a medias
Los cascos históricos homogéneos, cuanto mayores y más conjuntados más producen sensación de irrealidad, como si fueran esas ciudades ideales que gustaron a los renacentistas y también a los regímenes autoritarios. El turista que visita ciudades como Cáceres, por momentos tiene la sensación de que todo fue hecho de golpe, saltándose la acumulación desordenadamente ordenada que implica el desarrollo urbano. Quizá, el cúmulo de sensaciones que producen estos centros históricos solo sea una variedad del síndrome Stendhal, ligada a la aparición de los parques temáticos, las Vegas incluida en este concepto. Antes me disgustaban profundamente esas imitaciones de la realidad, que en pequeña medida, reproducen los bares temáticos, esos que, en pocos días, convierten los locales tradicionales en cantinas mejicanas, garitos brasileños, africanos o tabernas del oeste, con toda una parafernalia ad hoc de objetos, muebles, rinocerontes, cocodrilos, máquinas de coser y decenas de fotos de época fotocopiadas. Antes, cosas semejantes me parecían una suerte de engaño a la vida, al tiempo que exige cada cosa, los viajes, el conocimiento. Hoy, aprecio más los atajos y no desprecio a quien piensa que se ha ahorrado un viaje a Venecia porque ha visitado una réplica, aunque sea en miniatura, de la Plaza San Marcos, y hasta a lo mejor ha entrado virtualmente en los calabozos del palacio. Ocurre que ese turismo banalizado, poco a poco, lo que va convirtiendo en irreal, innecesario, superfluo, es a la realidad que imita. O, por lo menos, va tiñendo a la experiencia real de la visita a un casco histórico como el de Cáceres de sensaciones parecidas, cuando no peores a las que produce la visita a un buen parque temático.
En diciembre, seguramente a partir de esta misma tarde, el/la paredondehelarte acogerá la exposición Un cuento en la pared, Peppo y la noche mágica. Se trata de una breve narración infantil escrita por nuestra directora, caligrafiada por su padre e ilustrada por amigos, antiguos compañeros de juegos y estudios. Todo de casa y en casa, por estas fechas cercanas a la navidad en las que el hogar se convierte en un microcosmos a menudo repleto de sueños, de cuentos y buena voluntad. Que lo que pasa fuera del mundo feliz quede por un instante en un rincón de nosotros. Sigue existiendo la desgracia, el sufrimiento, la injusticia flagrante, pero tiempo habrá de ocuparse otra vez de todo ello con más intensidad. Soñemos un largo rato con Peppo, miremos a las estrellas con sus ojos embelesados y el frío del invierno en la cara y después volvamos a mirar hacia abajo sabiendo para quién y por qué hay que cambiar las cosas.
UN CUENTO EN LA PARED: “PEPPO Y LA NOCHE MÁGICA”
ILUSTRADORES:
Andrés Pasamón Blázquez y Mónica Pasamón Blázquez
AUTORA DEL RELATO:
Esther Lozano Estopañán
CALÍGRAFO:
Julián Lozano Gómez
Los hermanos Andrés y Mónica Pasamón se forman en la Escuela de Artes de Zaragoza, y se especializan en la compleja técnica de la aerografía.
Como ilustradores profesionales han realizado una extensa obra “pintando con aire” durante la década de los 90.
Además han disfrutado y nos han hecho disfrutar con sus ilustraciones para cuentos infantiles, como el que os mostramos aquí, donde un cuidado collage combinado con la técnica de la acuarela en vivos colores acompaña el relato de Peppo.
La caligrafía ondulante nos ayuda a evocar la modulada voz del protagonista y el trazo continuo conseguido por Julián Lozano nos transmite además la determinación del personaje en su deseo de cumplir su sueño.
“Peppo y la Noche Mágica” es ante todo un viaje de iniciación, un proceso de crecimiento personal que todo niño debe acometer. Y que todo adulto sigue acometiendo día a día.
Esperamos que os gusten.
He aquí el principio de esta narración concebida para ser vista y leída en la pared:
Peppo y la Noche Mágica
Esta es una foto de mi tarta de cumpleaños. Me llamo Peppo , y la semana pasada cumplí 8 años.
Cuando soplé las velas pedí un deseo: Pasar una noche yo solo bajo las estrellas.
Mi mamá y mi yayo Antonio me dijeron: “Bueno, Peppo, como te has portado muy bien tu deseo será cumplido. Iremos a casa de los tíos en la Costa Brava. Allí las noches estrelladas son inolvidables”
Esta noche no pude dormir. Sólo pensaba en el viaje y en que vería a mis primos, y lo bien que me lo iba a pasar, y sobre todo, ¡cumpliría mi deseo!
Al final me dormí agotado, y soñé y soñé…
Quedó instalada la pequeña exposición sobre Pessoa. Contiene una breve antología de textos poéticos y algunas imágenes del poeta.
Ricardo Duerto, profesor de español, ha hecho unas fotos:
Esta tarde en la librería Cálamo habrá un velada poética. Estaré allí, no me quedaré aquí “sonriendo en cursiva”, pero por momentos me siento cerca de lo que dice Pessoa a través de Álvaro Campos:
Se llenarán los periódicos de páginas dedicadas a él, es justo que así sea, porque es una de las grandes figuras del mejor cine italiano, incluso cuando el cine italiano era excelente.
A mí me vienen a la cabeza un par de hazañas suyas. La primera, que supo amansar al gran Totò, casi me atrevería a decir que le enseñó a ser algo más que un cómico extraordinario, a frenar su ingeniosa verborrea, como si de un impetuoso perro de caza hubiera obtenido un excelente sabueso capaz de dintinguir lo bueno de lo mejor. Lo hizo en Guardie e ladri (1951):
Y lo volvió a hacer en I soliti ignoti (1958):
La segunda hazaña, que consiguió muy a menudo caminar sobre el incómodo filo que separa la gran comedia (esa que no pierde nunca de vista un fondo de ironía ligado al cuestionamiento de la seriedad de la vida misma) de la mera búsqueda de la carcajada fácil, esa que a menudo es síntoma de estupidez. Tantas veces sus gags, engastados en dignos argumentos, hacen sonreír más que reír y en el recuerdo dejan el poso agridulce de lo humano.
Totò en este blog:
- http://holdontightmarie.blogspot.com/2009/12/rincon-de-las-ocurrencias-toto-1.html
- http://holdontightmarie.blogspot.com/2009/12/rincon-de-las-ocurrencias-toto-2.html
- http://holdontightmarie.blogspot.com/2009/12/rincon-de-las-ocurrencias-toto-tercera.html
En pocos ámbitos, salvo quizá en el caso de contadas películas y documentales, la televisión ofrece materiales de primerísima calidad. Antes había menos oferta, pero no eran raras las grandes entrevistas, por ejemplo, o los debates de altura. Hoy en día, todo ha sido copado por las distintas cuadras de tertulianos, desde las que se ocupan de fichar a personajes ramplones o vulgares hasta las que tienen en plantel a los más refinados. En medio, quedan los llamados en italiano tuttologos, que son capaces de improvisar discursos sobre cualquier tema hasta con la boca llena. Lo que proporcionan al espectador son calorías vacías, como las de las chips, opiniones llenas de tópicos que apenas dejan traslucir un conocimiento hondo del tema. Me pregunto de dónde sacan tiempo esos personajes que aparecen en cuatro o cinco tertulias al día para mantener un nivel de lectura, de elaboración de sus planteamientos, de metabolización de la información, que no les produzca cargo de conciencia. Sí, pero hoy en la tele hay auténticos especialistas en lo suyo. Es mejor que no hablen mucho, ni ellos ni sus entrenadores, porque se enredan a la menor, es mejor que hagan lo que hoy van a hacer, una mezcla de baile y pelea de lo más entretenido. Y hasta unas chips se puede permitir uno mientras los ve.