viernes, 24 de abril de 2015

25 de abril, fiesta en Italia. El baile de la Liberación: Un día grande para muchos, a través de la memoria de E. Olmi

Venne il giorno della morte
e della libertà, il mondo martoriato
si riconobbe nuovo nella luce...
Quella luce era speranza di giustizia:
non sapevo quale: la Giustizia.  (Pier Paolo Pasolini, La Resistenza e la sua luce,  La religione del mio tempo, 1961)

La Liberazione a VeneziaLa Liberación en Venecia (Fuente de la imagen)

La única obra literaria del gran director de cine italiano E. Olmi es Ragazzo della Bovisa, traducido en español como Chico de Barrio:
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Título: Chico de barrio | Autor: Ermanno Olmi |Traducción: Carlos Manzano | Editorial: Libros del Asteriode Precio: 14.95 € | Páginas: 184
Olmi tenía el proyecto de hacer una película sobre sus recuerdos infantiles de la Segunda Guerra Mundial. Una enfermedad se lo impidió y el guión se transformó en esta novela durante la convalecencia. Se podría esperar, pues, cierta impericia en el tratamiento literario de la materia por parte de quien, como narrador, solo se había dedicado al cine. Pero Olmi sabe moverse estupendamente en el terreno de la escritura, en el que se muestra ducho en la descripción de ambientes vistos con los ojos de sus personajes. La naturalidad, esa especie de silenciosa elegancia, con la que presenta las situaciones a través de las que un niño va creciendo hasta asumir activamente sus emociones y su sexualidad, se recrea como en sus películas, sin salidas de tono ni sensiblería, pero sin perder de vista la transcendencia que en la vida de cada uno tienen  experiencias tan comunes como insustituibles e intransferibles: la amistad, el amor infantil, la importancia de las figuras paterna y materna, las relaciones con el hermano. Todo ello sucede  en el contexto de lo que, en el prólogo a la edición italiana, Goffredo Fofi define como una Italia popular, desaparecida en los años cincuenta con el desarrollo económico, la Italia previa a la homologación, anterior a la llegada de la tele. Y es que, cronológicamente, la novela empieza poco antes de la entrada en guerra de Italia en el año 1940 y acaba con el principio, en 1945, de la Italia republicana democrática. Espacialmente, se desarrolla en el extrarradio de Milán, en el pueblecito de Treviglio y en un campamento para jóvenes en el Lago Mayor, donde el protagonista es enviado para protegerlo de los bombardeos aliados sobre Milán.

En la novela se reproducen detalles que aparecen en las pelis de Olmi. Estoy pensando por ejemplo, en Il posto (1961) y la importancia de la bici como objeto que resume un ritmo de vida, una esforzada forma de relacionarse con el mundo o en ese plato con el que la madre cubre la comida para evitar que se enfríe, en el periódico a través del que el padre se relaciona con el mundo… Otra de las virtudes del cine de Olmi, que también está presente en esta obra, es el fluido engarce de la historia individual con la vida social a través de los acontecimientos históricos de relieve.
Pero el motivo por el que traigo a colación la novela de Olmi es por la repetida presencia del baile en la obra como una especie de espacio en el que se cruza lo privado con lo público, en el que lo íntimo se socializa, se da a conocer, pues solo al ser socializado cobra verdadera carta de naturaleza para el individuo. En el baile es donde se consuman y escenifican los deseos, las dudas, los adulterios, la dicha. El libro termina con un baile que para el protagonista y para el país entero es un rito de paso a través del que se abandona una forma vivir y  se entra en un nuevo periodo, personal e histórico, el final de la ocupación nazi, de la Repubblica de Saló (el segundo final del fascismo italiano), el final de la guerra civil.

Il ballo della Liberazione in PiazzaEl baile de la Liberación en Venecia (Fuente de la imagen)

Estas son las dos últimas páginas, 169-171, que recuerdan la escena del cotillón de Il Posto, pero en el contexto de la alegría de la Liberación:

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Traducción:

Todas las ventanas estaban abiertas de par en par y hasta por la calle habían puesto bombillas provisionales que iluminaban un tramo de acera, justo cerca del chalecito vacio de Gabriella.
Una radio transmitía música de baile a todo volumen y muchas parejas bailaban ya en medio de la calle.
Al día siguiente por la tarde pusieron farolillos de papel y las banderas de los vencedores. Hasta ataron a los palos de los faroles dos grandes altavoces de trompeta.
Empezaron a volver algunos de mis viejos compañeros de la calle Cantoni y nos pusimos juntos a bailar. Una tarde vino incluso una pequeña orquesta y la calle se puso a rebosar de gente. Bailábamos por todos los sitios, hasta en los rincones con menos luz. Y, entonces, yo también, en medio del lío, sentí ganas de intentarlo. Mis amigos eran más valientes y ya estaban bailando. Vi a una chica grande y gorda, que se mantenía apartada, quizá porque nadie la sacaba a bailar. Fue ella la que me dijo: “¿Quieres bailar?”
Bailamos durante toolmi3do el verano. Había aprendido muy bien y era ya uno de los mejores, tanto como para que las chicas estuvieran encantadas de que las sacara a bailar, de manera que podía escoger a las que más me gustaban. Y en cuanto me acercaba a la bailarina comprendía lo que podía significar ese abrazo, o sea, si era un simple lance del baile o algo más. Bastaba un paso contenido o un leve roce de los cuerpos para captar las señales cuyo significado había aprendido. Ya sentía entonces que al cabo de poco tiempo, una de aquellas tardes, también yo tendría la ocasión propicia para sentir la emoción más esperada de la vida.
Título: Ragazzo della Bovisa| Autor: Ermanno Olmi | Editorial: Mondadori, piccola biblioteca Oscar|Precio: 9.00 € |Páginas: 171

Hoy, cuando en la red tanta gente común, muchos de ellos jóvenes, cuestionan el papel jugado por la resistencia, en base a algunas barbaridades cometidas por sus miembros, incluyo una cita del excelente Partisanos, de S. Luzzatto, recientemente traducido al español (Debate, 2015, trad. Trad. María Pons Irazazábal). Dos cosas son evidentes, la legitimidad de la lucha partisana en contra del fascismo, sinónimo de barbarie (Diccionario Rae: 2. f. Fiereza, crueldad), en el más extenso uso de la palabra, humana, legal, política, ideológica, y el hecho de que también en el bando de quienes luchaban por la libertad hubo asesinos, asesinatos, barbaridades, mezquindades. Como señala Luzzatto, “a veces, la lucha partisana tiene el encanto simple de los opuestos. A menudo, sin embargo, tiene los matices de la  verdad compleja”.

“Sarebbe rassicurante pensare che in una guerra (tanto più in una guerra civile) il nemico sia sempre e comunque quello fuori di noi…Vista da vicino, la guerra civile italiana –dove nessuno dovrebbe faticare, almeno retrospettivamente, a scegliere il proprio campo: l’uno essendo stato il campo dell’umanità e del diritto, l’altro quello della disumanità e dell’abuso- racconta una storia diversa. Insieme con la storia di un bene, l’impagabile bene della lotta contro il nazifascismo, racconta la storia di un male insondabile, il male da cui nessun essere umano… può dirsi affrancato. Così, tra il bianco e il nero, numerose si rivelano le tonalità del grigio. A volte, la storia dei partigia ha il fascino semplice dei contrasti. Più spesso, ha la verità complicata delle sfumature” (Luzzatto, Sergio, Partigia, Bestsellers Mondadori, 2014, p. 19)

(Fuente de la imagen)

jueves, 23 de abril de 2015

Día del libro. Campaña por la transparencia. Declaración casi total de bienes gananciales de la unidad familiar.

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Fantasmagorías inversas. Nada nuevo bajo el sol: buenos partidos, protectores, insinuadores, besadores, mirones…

(Fuente de las fotos, a través de)

Shut the light, shut the shade
You don't have to be afraid
I'll be your baby tonight (Bob Dylan, I'll Be Your Baby Tonight)







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Well I'm not the world's most physical guy
But when she squeezed me tight she nearly broke my spine
Oh my Lola la-la-la-la Lola (Lola, Kinks)








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You've got a way to keep me on your side.
You give me cause for love that I can't hide.
For you I know I'd even try to turn the tide.
Because you're mine, I walk the line. (Johnny Cash – I Walk The Line)














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Every game you play
Every night you stay
I'll be watching you (Sting, Every Breath You Take)








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If you want a boxer,
I will step into the ring for you
And if you want a doctor,
I'll examine every inch of you
If you want a driver, climb inside
Or if you want to take me for a ride,
You know you can
I'm your man (I’m yor man, L. Cohen)







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But it's not that way
I wasn't born to lose you
I want you, I want you
I want you so bad
Honey, I want you. (I Want You, Dylan)











miércoles, 22 de abril de 2015

Buenos días, la sección moderadamente carnal de Jot Down

Le Streghe (1967) AAVV episodio Clint Eastwood y Silvana Mangano en Una sera come le altre, dirigido por V. De Sica,   episodio de la película Le Streghe, 1967 (Fuente)

Buenos días es una sección casi fija del perfil facebook de Jot down. Se publican en ella ilustraciones de distintos tipos, muy a menudo fotogramas de películas, imágenes de rodaje o fotos de autor, en blanco y negro casi siempre. Repetidas veces, cuando la retratada es una actriz mona, fina, estilizada (Mélanie Laurent, Marianne Faithful, Janet Leigh, Romy Schneider, Christy Turlington, Audrey Hepburn, etc.) se ha adueñado de mí la fantasmagoría de que la sección era una especie de versión refinada de la Page Three de algunos tabloides, en especial The Sun, en la que aparecen mujeres semidesnudas, generalmente lo que en italiano se denomina maggiorate, una palabra que inventó V. De Sica y que define a hembras que quizá hoy en día llamaríamos curvy, dotadas de gran pecho y caderas poderosas, en alguna medida lo que en España se llamó mujeres bandera. El buenos días de Jot down, como la foto que ilustra esta entrada, es una fábrica de sueños refinados, selectos, en los que la carnalidad está filtrada por la cultura, un remake cocido de las crudezas de los tabloides, una invitación a la tibieza del pensamiento encandilado más que a llevarse el periódico al baño, como ocurre en el otro caso. ¿Me pregunto si la revista en si misma tiende a eso, a ser una versión del nuevo conformismo, con puntas de crítica acerada, pero con una deriva clara, la de refinar lo basto para que el consumo sea más grato a los paladares mejor educados de esta sociedad posindustrial que tanto aprecia el desayuno culturaloide?

lunes, 20 de abril de 2015

El mal fario: no se pueden poner puertas a la desgracia

(Fuente)

Jacques Offenbach y el París de su tiempoCuidadín con todo, en particular con los espejos, ésa engañosa superficie rígida que sin embargo refleja cuerpos maleables, lugar de transito entre el más acá y el más allá, entre nuestra apariencia y nuestro interior. Lo recuerda S. Kracauer en su estupendo Jacques Offenbach y el París de su tiempo, reeditado por Capitán Swing: “En una ocasión, Offenbach se había visto de repente por la calle en un espejo, contaba una revista satírica, y se había encontrado con su propia torva mirada, como consecuencia de lo cual a las tres semanas se había casado”.

Por ello, cuidadín con todo:

- Con el nombre de la mermelada que comes, no vaya a propiciar una diarrea definitiva;

- antes de abrir los ojos, guiña el izquierdo, para que lo primero que veas sea una imagen propiciatoria de la dicha. Ya lo hacían los caballeros medievales, que en prueba de amor por sus damas estaban dispuestos a cerrar un párpado durante meses. Creo que lo cuenta N. Cohn en En pos del milenio. Ahora que acabamos de empezar el segundo milenio (EC) estaría bien volver a adoptar actitudes menos desenfadas o irresponsables con los hados. Yo creo que los caballeros tenían guiñado por miedo a olvidar del todo la faz amada. Guiñar nos asegura cierto grado de ensimismamiento, de mirada interior u orientada hacia el pasado, algo necesario para evitar la desgracia que nos viene de dentro, para conservar la felicidad de la que hemos gozado. Un ojo abierto para conjurar las amenazas externas y otro cerrado para vigilar las asechanzas del interior;

- si por ventura, tienes capacidad de volver al pasado, no aceptes encargos ministeriales de Aznar ni seas amigo de Rajoy, porque corres peligro de acabar en los juzgados, aunque mantengas su sufrido apoyo telefónico. Bórrate de las fotos de grupo en las que aparezcas con ellos. Ya se hacía antes, y ahora, con los programas de tratamiento de imágenes, está chupado;

- si te levantas poniendo primero un pie sobre el suelo y no a rastras, vigila que apoyas antes que nada el dedo gordo del pie derecho, no te levantes como un plantígrado dichoso dispuesto a saludar el sol tras haber leído un manual de inteligencia emocional;

- en la ducha, lávate antes el sobaco derecho que el izquierdo o si te notas distraído ese día y piensas que puedes equivocarte, no te duches, que por los agujeritos de la alcachofa se cuelan los malos espíritus;

- atención a por dónde empiezas a leer el periódico, hazlo por las esquelas, que traen buena suerte, porque la muerte ajena produce el magro consuelo de estar vivo;

A lo largo del día, serán muchas las ocasiones en las que el mal augurio podrá colarse por cualquier rendija, pero son los primeros momentos de la mañana los más delicados. Es cuando todavía pertenecemos al reino de la noche, cuando los fantasmas callejeros de la somnolencia no han recogido los enseres del cajero automático de nuestros sueños, cuando más nos tropezamos con nosotros mismos.