Marie, c'est bien Charlemagne
Qui t'a fait lever si tôt
Marie, maudis Charlemagne
Souffle une voix dans son dos…
Marie, bénis Charlemagne
Qui t'a fait lever si tôt
Marie, oublie Charlemagne
Souffle une voix dans son dos (M. le Forestier)
¡Maldito inglés, francés, español para extranjeros, ruso, alemán, claro, y hasta italiano -con lo bien que me la maravillo yo en mi español aborigen; malditos alumnos -con los que hay que ser tan simpático que ni me reconozco; malditos largos pasillos que me conducen al aula donde me siento (de sentirse, no de sentarse, que solo me apoyo de vez en cuando en la mesa) en la picota; y maldita pizarra blanca en la que escribo con una caligrafía ad hoc para que se entienda mi letra de médico encabronado; malditas redacciones sin un pelo de interés y alguna mancha de comida; maldito despacho que he intentado decorar en vano con todo tipo de carteles de actividades; malditas autoridades que me hacen estar presente en reuniones en las que, por más esfuerzos que haga, solo consigo dar la lata…!
¡Ah… y benditos alumnos que quieren aprender, bendita sensación de hermandad con el curioso, el rebelde, el que busca las vueltas y asocia, disocia, lanza hipótesis, estrecha lazos, cruza puentes, mon semblable, mon frère; bendito centro de trabajo en que hallo refugio, cuento mi vida en conserjería y a veces hasta como galletas de chocolate; benditas celebraciones de navidad, en las que me siento uno más; bendito departamento de español al que acudo en busca de afecto de vez en cuando, los viernes o entre hora y hora; bendito esfuerzo diario bajo los ojos atentos o distraídos de un grupo de personas que no conozco, ante las procuro desplegar toda mi capacidad para hacerme entender y ante las que demasiadas veces pierdo la paciencia, mas por deseo de avanzar que por falta de aguante; bendita rutina que me salva de mi mismo, de los demonios canosos, envejecidos, que me siguen poblando; y benditas exposiciones mensuales, después de cuyo cuelgue de cuadros a menudo me voy directamente a la cama derrengado; y bendito seas tú también blog, agárrate fuerte María, que a veces me haces visibles hilos de oro, insospechados lazos con quien no conocía, como ayer me ocurrió, para mi sorpresa, con una persona de la administración educativa, sí, sí, de eso mismo…!