martes, 30 de noviembre de 2010

Monicelli se suicida. Dos hazañas suyas: domar a Totò y hacer la gran comedia agridulce.

Se llenarán los periódicos de páginas dedicadas a él, es justo que así sea, porque es una de las grandes figuras del mejor cine italiano, incluso cuando el cine italiano era excelente.

A mí me vienen a la cabeza un par de hazañas suyas. La primera, que supo amansar al gran Totò, casi me atrevería a decir que le enseñó a ser algo más que un cómico extraordinario, a frenar su ingeniosa verborrea, como si de un impetuoso perro de caza hubiera obtenido un excelente sabueso capaz de dintinguir lo bueno de lo mejor. Lo hizo en Guardie e ladri (1951):

Y lo volvió a hacer en I soliti ignoti (1958):

La segunda hazaña, que consiguió muy a menudo caminar sobre el incómodo filo que separa la gran comedia (esa que no pierde nunca de vista un fondo de ironía ligado al cuestionamiento de la seriedad de la vida misma) de la mera búsqueda de la carcajada fácil, esa que a menudo es síntoma de estupidez. Tantas veces sus gags, engastados en dignos argumentos, hacen sonreír más que reír y en el recuerdo dejan el poso agridulce de lo humano.

Totò en este blog: 

- http://holdontightmarie.blogspot.com/2009/12/rincon-de-las-ocurrencias-toto-1.html

- http://holdontightmarie.blogspot.com/2009/12/rincon-de-las-ocurrencias-toto-2.html

- http://holdontightmarie.blogspot.com/2009/12/rincon-de-las-ocurrencias-toto-tercera.html

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