viernes, 10 de junio de 2011

Olores perrunos

Foto2553Una obra de Feldmann

Baudelaire, en uno de sus Petits poèmes en prose, compara el gusto del gran público con el de los perros, aficionados a lo que para nosotros son los malos olores:

"- Mon beau chien, mon bon chien, mon cher toutou, approchez et venez respirer un excellent parfum acheté chez le meilleur parfumeur de la ville." Et le chien, en frétillant de la queue, ce qui est, je crois, chez ces pauvres êtres, le signe correspondant du rire et du sourire, s'approche et pose curieusement son nez humide sur le flacon débouché; puis, reculant soudainement avec effroi, il aboie contre moi, en manière de reproche.
"- Ah! misérable chien, si je vous avais offert un paquet d'excréments, vous l'auriez flairé avec délices et peut-être dévoré. Ainsi, vous-même, indigne compagnon de ma triste vie, vous ressemblez au public, à qui il ne faut jamais présenter des parfums délicats qui l'exaspèrent, mais des ordures soigneusement choisies."

(Clica aquí para leer una traducción)

Quizá sea, sin embargo V. Woolf, en Flush, quien haya conseguido dar la imagen literaria más poderosa de lo que significan los aromas para un perro en relación a la importancia que tienen otros sentidos. Durante su estancia en Italia, el país que por excelencia reclama del turista una atención visual, la escritora señala lo que para el perro significaba ese país, principalmente, una sucesión de olores. Hay que suponer que el amor fue perdiendo gradualmente su fuerza en él. Pero el olor no la perdía…:

Flush vagaba por las calles de Florencia para extasiarse con los olores. Por calles y callejuelas, por plazas y alamedas, correteaba Flush guiado por su olfato. Iba de olor en olor; los recorría todos: el áspero, el suave, el oscuro, el dorado... Entraba y salía, subía y bajaba, donde batían el cobre, donde amasaban pan, donde hallaba mujeres peinándose, donde había jaulas con pájaros – formando una pila en plena calle –, donde se derramaba el vino manchando de rojo oscuro el pavimento, donde huele a cuero, a guarniciones y a ajo, donde tiemblan las hojas de parra, donde hay hombres que beben, escupen y juegan a los dados... Lo correteaba todo, con la nariz a ras del suelo, sorbiendo esencias, o con la nariz en el aire vibrante de aromas. Dormía en esta mancha tostada por el sol –¡qué vaho despedía la piedra recalentada! –, buscaba aquel túnel de sombra – ¡qué ácida olía la piedra a la sombra! –. Devoraba racimos enteros de uva madura a causa del color púrpura que despedían; mascaba y luego escupía las piltrafas endurecidas, de cabra, o los restos de macarrones que cualquier ama de casa había tirado por el balcón (el olor a cabra y a macarrones es un olor ronco y carmesí). Seguía la desfallecedora dulzura del incienso en la violácea oscuridad de las catedrales, y al husmear el oro de las losas sepulcrales, se ponía a lamerlo.

Saltando de nivel, como en los primitivos juegos de video, también he echado un vistazo a lo que se dice en los inconsistentes, a menudo, pero divertidos foros populares de internet sobre la afición de los perros por olerse el culo. He aquí algunas muestras:

"E' il loro modo per comunicare, per presentarsi se si sono appena incontrati e per capire come stanno fisicamente, sotto la coda ci sono delle ghiandole che danno molte informazioni sullo stato fisico e psicologico del cane, così come noi ci abbracciamo o baciamo per salutarci oppure ci stringiamo la mano per presentarci loro si annusano lì, sul collo e sui gentali; la cosa migliore per far litigare due cani è non permettere che si annusino a vicenda quando si incontrano, se li lasciassimo annusare il 90% delle volte farebbero amicizia senza problemi, ma purtroppo per moltissime persone è una cosa troppo disgustosa e così facendo, tirando indietro il guinzaglio, diamo al cane un'informazione errata, gli diciamo di mettersi in guardia e creiamo ansia tra di loro".

"MIRA HAY UNA LEYENDA QUE CUENTA QUE HACE MUCHOS PERO MUCHOS AÑOS, HABIA UNA FIESTA DE PERROS Y COMO REQUISITO PARA ENTRAR TENIAN QUE DEJAR LA COLA EN LA ENTRADA. DURANTE EL BAILE HUBO UNA TRIFULCA (LIO DE PERROS) VINIERON LOS POLICIAS Y TODOS SALIERON CORRIENDO DE ALLI, POR EL APURO CUALQUIERA AGARRO LA COLA DE CUALQUIERA. ES POR ESO QUE AHORA SE HUELEN ..... PARA SABER SI LA COLA DEL OTRO ES LA SUYA PROPIA. TE GUSTO?"

"Instead of shaking hands or kissing each others cheeks, dogs introduce themselves by licking their new friends parts. "Hey, pal, it's me! Each dog smells differently in a way they can distinguish one another. It also let's them identify a male from female. Still researchers think the smell offers much more information than what we really know".

"Encontré esta respuesta, me parece de lo mejor, aunque también algún día escuché que el dios del viento había dado un mensaje a un perro y se lo enrrolló en la cola, el perrito lo perdió y ahora todos lo buscan oliéndose la colita."

"cuenta la historia que anteriormente los perros convivían como los humanos, y en una ocasión en una gran fiesta ellos se quitaban su trasero para poder entrar, pero sucedió un imprevisto un incendio todos salieron corriendo y tomaron el trasero sin fijarse si era de ellos por la prisa, desde entonces se olfatean el trasero buscando el suyo, saludos fue una historia urbana je je."


Parece que algunos perros de caza cuando pierden el rastro de una pieza que quizá han perseguido durante decenas de quilómetros, son capaces de volver al sitio de donde partieron siguiendo las moléculas de su propio olor. R. Grenier (Les larmes d’Ullysse) señala cómo en francés se dice entonces que el perro “prend son contre-pied” y recuerda que el psicoanalista F. Gantheret se lamentaba por no tener una capacidad semejante para seguir el rastro de sus recuerdos, el hilo que le llevaría a recorrer la génesis de sus sentimientos. Queda por saber si al final del recorrido no habría un apestoso disgusto, un insuperable trauma que ni el aire fresco puede ayudar a superar.

miércoles, 8 de junio de 2011

El día de la muerte de Semprún. Lecturas, una cita y un cuadro.

Durante bastante tiempo creí que Semprún había aprendido el francés en su más tierna infancia. No sé exactamente por qué. Supongo que porque me parecía que lo hablaba muy bien y porque asociaba el medio social del que provenía a colegios y a institutrices franceses. Después leí  Adiós, luz de veranos en edición que conservaba mi madre del Círculo de lectores. Descubrí entonces que de pequeño lo que  había aprendido con una institutriz era el alemán, que tan útil le sería más tarde. Pero el francés también estaba presente en su vida. Si no recuerdo mal, durante su infancia, veraneaba en San Juan de Luz y su padre estuvo destinado en La Haya mucho tiempo. Después, S. vivió y estudió en París. Pero su acento no debía ser bueno y una vez le hicieron sentir mal en una panadería por ese motivo. Se juró entonces que aquello no volvería a ocurrir. Y así fue, aunque no sé cómo lo consiguió ni creo que haya escrito sobre el tema de su mejora en la pronunciación.
En cualquier caso, Adiós, luz de veranos, donde aparece la anécdota que marcó su futuro como escritor en lengua no materna , es el libro suyo de memorias que más me ha gustado. Eso sí que lo recuerdo. Quizá sea porque cuenta sus juventud más temprana, la edad de los descubrimientos y esa sensación de  alma virgen adolescente se transmite al lector. Algo parecido me ha pasado hace poco con los dos volúmenes de las memorias de C. Blanco Aguinaga. Lo que cuenta de su niñez en el primer libro de memorias (Por el mundo, Alberdania, 2007) son casi sólo anécdotas sin trascendencia, experiencias personales que, salvando el contexto, más o menos hemos vivido todos. En el segundo (De mal asiento, Caballo de Troya, 2010), aparecen personajes de mayor relieve, grandes acontecimientos históricos, incluso él, como Semprún en otro terreno, ha llegado a ser un personaje de relieve. Pero la frescura, la intensidad, el pulso no son los mismos. Los otros libros de memorias de Semprún (La escritura o la vida -1994-, Aquel domingo -1980-, Viviré con su nombre, morirá con el mío -2001-, Federico Sánchez se despide de ustedes -1993-) he de confesar que los leí más por entretenimiento que por otra cosa. Hay en ellos episodios estremecedores, sin duda, en particular los ligados a su estancia en Buchenwald, y otros que dan cumplida cuenta de su vocación literaria, pero en mí prevalecía el interés por algo que Semprún fue de forma notable, quizá malgré soi , un hombre de acción, un clásico activista comunista en la clandestinidad, con una vida bastante aventurera, no exenta desde luego de tremendas peripecias y de peligros constantes. Hasta Federico Sánchez se despide de ustedes resulta un libro entretenido con sus retratos ora implacables ora benevolentes de la plana mayor socialista, quizá lastrado por una punta de desdén intelectual hacía alguno de los personajes.

Pero volviendo al francés como su lengua de expresión literaria y memorialística, cabe recordar que ya su primera gran novela, El largo viaje (1963) la escribió en esa lengua, de la que fue traducida al castellano por Jacqueline y Rafael Conte, en 1976. Después, como si la anécdota de la panadería tuviera que ver con el sabor de la lengua, con sus propiedades nutritivas, siguió haciéndolo, él que fue tantos personajes, dueño ya de un acento inconfundible -Quel beau dimanche!, Le mort qu'il faut, Adieu, vive clarté, Federico Sánchez vous salue bien, L'écriture ou la vie, son los títulos originales de las obras citadas antes.

Por lo demás, como novelista, me es menos familiar, quizá porque, salvando alguna parte de sus obras, creo que ha dado lo mejor de sí mismo en la acción, en el recuerdo de la acción , en el recuerdo de lo que la acción le impedía hacer como escritor. Tengo la sensación que cuando esos recuerdos están más literariamente elaborados según los usos novelescos -El largo viaje, La montaña blanca- ganan en impostación y pierden en intensidad.

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5392829967 a33563c690 225x300 La Encrucijada del Arte Contemporáneo:Crónica de 5 Exposiciones por Europa

Marx, según Feldmann

“Leí los clásicos marxistas, también a Engels y Ludwig Feuerbach, La ideología alemana y hasta El capital, y de repente creí entender el mundo, haber encontrado una llave que abría las puertas a la comprensión de un mundo confuso. Tenía la sensación de que el materialismo histórico me permitía pisar tierra firme, y por primera vez volví a ser tan feliz como cuando tenía catorce años y el mundo comenzó a abrírseme”.

Maria Therese Hammerstein (Citado por Enzensberger, H. M., Hammerstein o el tesón, Anagrama, 2011, p. 63)

martes, 7 de junio de 2011

Las fotos de los carteles de teatro de la exposición

Enlace a la presentación de la exposición de junio y julio en elparedondehelarte.

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Las Traquinias, Sófocles

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Antonio el travieso , basado en el libro de Penélope Delta

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Una comedia, Iákovos Kambanelis

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La Babilonia, D.K. Bisantíu

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Libres asediados, inspirado en el poema de Dionisos Solomos

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Bodas de Sangre, Federico García Lorca

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Electra, basada en la leyenda de los Atreides

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Helena, de Eurípides

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Los Acarnienses, de Aristófanes

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El pirata enamorado, de Themis Mumulidis

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Misión en el planeta tierra, de Sakis Serefas

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El Círculo de Tiza Caucasiano, Bertolt Brecht

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La boda, de Basa Solomú -Xanzaki

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Un Tranvía llamado Deseo, Tennessee Williams