sábado, 13 de septiembre de 2014

En una biblioteca

Bajito, casi al oído

y después una especie de beso

de perro, que huele y deja

un paluego de emoción alimonada



viernes, 12 de septiembre de 2014

¿PVA? ¡Poesía visual en Aragón!

¿Poesía Visual en Aragón?Virgueros del cutter, especialistas del Araldit, magos de los lápices Ikea, eruditos del contenedor de las reformas, traperos de la idea, tricoteuses expresionistas, rebuscadores de cajones, irónicos o perversos cirujanos de imágenes, csis de los trasteros del alma y de la abuela, bebedores de sangre surrealista, detectives a tiempo parcial y hasta algún buen dibujante o alfarero. Todo eso y más hay en este grupo salvajemente poético, unido quizá, si uno lo mira más atentamente, con leve hilo de coser por lo que se refiere a los planteamientos subyacentes en las obras de esta exposición que ayer abrió sus puertas en el Centro de historias de Zaragoza.

Entre el juego icónico filológico del collage iconoclasta y la aspiración a lo máximamente conceptual y mínimamente material, quizá a los 19 o 20 participantes les hermana la urgencia o el capricho de desempolvar de rutina lo cotidiano, de desvelar verdades ajenas al espíritu emprendedor, de rascar las capas del discurso dominante. Ayer, día de la inauguración, no era el mejor momento para ver en detalle lo mucho y bien seleccionado por los coordinadores, Miguel Ángel Gil y Pedro Perún, pero sí la ocasión de irse de allí con impresiones generales y una de ellas es que estos tíos se lo pasan de miedo haciendo sus poemas.

Si tuviera que decir entre qué extremos se encuentran las obras, cuál es el campo único en el que se mueven y que da sentido orgánico a la exposición, diría que en un extremo el territorio linda con lo que cuando yo iba al cole se llamaban trabajos manuales, quintaesenciados, claro, en esta exposición, sabiamente preñados de significado, en algunos casos, y menos, en otros. La segunda frontera es  más difícil de digerir, seguramente, y se encuentra en el mundo del diseño profesional. Hace muchos años, en un estupendo texto, Baudelaire recordaba que, por lo que se refiere a las obras de arte, los image(Foto: R. Duerto fotografía la sombra de una de las participantes) términos acabado, rematado (fini),  y conseguido, hecho (fait), no deben mezclarse. Muchas obras de factura irreprochable carecen de interés y muchas cosas incompletas, que no apuran su terminación, son tesoros. Es algo que se debe tener en cuenta a la hora de hablar de poesía. El prurito por la presentación, por el barniz, por la apariencia de objeto listo para su venta, realizado en un estudio profesional, añade poco o nada a la obra plena de espíritu. Es más, si la obra no está a la altura revela su insuficiencia.IMAG0538La sombra vista desde otro ángulo

Otro de los alicientes de la exposición es el catálogo. La caja, el catálogo en sí mismo, y, sobre todo, para quien ayer se decidiera a comprarlo por 50 euros, las obras seriadas, a menudo con intervención directa de los artistas que se incluyen en el paquete. Un pequeño tesoro con el que me fui a casa más contento que una pascuas.

 

Baudelaire: 

…une œuvre d’âme — où tout est bien vu, bien observé, bien compris, bien imaginé — est toujours très-bien exécutée, quand elle l’est suffisamment —Ensuite — qu’il y a une grande différence entre un morceau fait et un morceau fini — qu’en général ce qui est fait n’est pas fini, et qu’une chose très-finie peut n’être pas faite du tout — que la valeur d’une touche spirituelle, importante et bien placée est énorme…, (Baudelaire, Curiosités esthétiques, fuente)

imageAnónimo e inesperado poema visual sobre la movilidad social en Aragón. Situado junto al ascensor de la sala de exposiciones.

Tristeza não tem fim

 

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jueves, 11 de septiembre de 2014

Galería de retratos del poder. Lo que pasa por mentir. Con narices (Allende, 11 de septiembre de 1973) y sin narices. Reedición periódica de entradas.

 

“A questa terza bugia, il naso gli si allungò in un modo così straordinario, che il povero Pinocchio non poteva più girarsi da nessuna parte. Se si voltava di qui batteva il naso nel letto o nei vetri della finestra, se si voltava di là, lo batteva nelle pareti o nella porta di camera, se alzava un po' di più il capo, correva il rischio di ficcarlo in un occhio alla Fata”.  (Collodi, Carlo, Pinocchio. Storia di un burattino, cap. XVII)

Traducción:

Cuando dijo la tercera mentira, la nariz se le estiró de tal manera que el pobre Pinocho no podía volverse hacia ningún lado. Si se giraba hacia aquí pegaba con la nariz en a cama o en el cristal de la ventana; si se giraba hacia allá se pegaba contra las paredes o la puerta de la habitación; si  levantaba un poco la cabeza corría el riego de metérselo por el ojo al Hada”

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“Cuando la paciencia de la víctima no tiene límite, la paciencia del verdugo se acaba. Allende era irritante. Nacido para ser Frei, había querido ser Allende. Masón de convicción, presidía los actos religiosos. Socialista obsesivo y ultimista, creía en el respeto a la norma democrática, incluso como instrumento de construcción del socialismo. Así se explica la urgencia, la furia, la rabia de las balas. Mataban la excepción. Confirmaban la regla”. M. V. Montalbán


Último discurso

miércoles, 10 de septiembre de 2014

Cosas básicas: la ch y el champán

Los que tenemos ya unos cuantos años no podemos negar la existencia de la letra ch. Sería como traicionar algo aprendido antes de que el cemento se forje alrededor de las cosas que no se olvidan. En otro orden de cosas, tampoco he conseguido dejar de llamar champán al cava. Mi imaginario divide ese tipo de vino espumoso en dos categorías. A saber: champán, que cuesta más y puede ser dulce o seco, y sidra, a poder ser El gaitero, baratita y que tiende a degustarse en los labios. Quizá los que llaman cava al champán, siguiendo lo que en origen fueron poderosas razones meramente comerciales, dividan en tres elementos ese espacio: champán –francés-, cava –español- y sidra espumosa. Los más jóvenes seguramente lo aprendieron así, sin parar mientes en ello. Pero a mí lo del cava me rebota.
Hace años, hablando con un compañero de trabajo con el que tenía que hacer una lista alfabética, me puse a discutir sobre la existencia de la ch. Decía que no existía, que a su hija en el colegio se lo
habían dicho así. Yo le dije que cómo no iba a existir y a punto estuve de pedirle que hiciera un examen de conciencia para ver si encontraba la ch en el fondo de sus recuerdos. Sería porque había estudiado el bachillerato en un sistema escolar distinto de español. Lo cierto, es que en el armario de su vida la ch no estaba por ningún sitio y, al parecer, su única referencia era lo que le habían dicho a su hija en el cole. Le dije que confundía el orden alfabético, basado generalmente en el alfabeto del latín –lengua, al menos en lo que se entiende por latín clásico, en la que el sonido correspondiente al dígrafo ch no existía, como no existían otros sonidos palatales- con lo que el sentido común llama letras. Tuve bastante razón hasta el 2010. Aunque ya antes de ese año, la Academia había excluido la ch de sus listas alfabéticas,  no lo había hecho del alfabeto español. Pero, por lo que se ve, algunos maestros se anticipaban a lo que acabó por suceder. Todavía, si uno lee ciertas entradas de la R.A.E. le entran dudas acerca de su existencia, reafirmada, sin embargo, en otros casos. Lo cierto es que desde el 2010 la R.A.E. la ha
eliminado de la tabla del alfabeto. Sea, quizá la letra ch haya perdido su carta de naturaleza, pero la
che pervive en la lengua común y por lo menos mientras a mi me quede memoria no dejará de existir en un limbo ambiguo, un poco letra que se extingue, otro poco sonido que pervive, y otro poco recuerdo de esas letras distintas –la ch la ll- que, aunque no sean muertos que gozan de buena salud, todavía se despiertan de vez en cuando.

Fotos de la fachada de un edificio escolar de León.


El silabario de los niños : método práctico para aprender a leer en veinte y cuatro lecciones (1887). Autor: Meneses y Gómez, Sabas (Fuente)

lunes, 8 de septiembre de 2014

Otra de huesos (y animaladas). El pabellón de Anatomía comparada y Paleontología del Museo de Ciencias Naturales de París (2)

Una de huesos. El pabellón de Anatomía comparada y Paleontología del Museo de Ciencias Naturales de París (1)

Quizá la gracia de este pabellón es que parece no haber sido remozado desde hace más de cien años. Nada de marmóreos baños desmesurados ni de bancos de diseño para el público cansado o lectores electrónicos de las entradas. Desconchones por doquier, bombillas a pelo, cadenas de váter de las antiguas y, por su puesto, seguramente la balaustrada original de finales del XVIII. Es algo de agradecer esa resistencia a arreglar por arreglar las cosas, sin parar mientes en gastos o utilidad. Hoy que estoy más tolerante con los tópicos, diría que he tenido la sensación de que en Francia se resisten más, por lo menos en los sitios turísticos, a la reforma innecesaria, que a menudo lo que consigue es afear el original.

Fotos de las Galeries d’Anatomie comparée et de Paléontologie del MUSÉUM NATIONAL D'HISTOIRE NATURELLE y alguna otra imagen:

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