jueves, 20 de junio de 2013

Tony Soprano…No tengo trono ni reina, ni nadie que me comprenda, pero sigo siendo el rey..

- Are you in the mafia?

- Am I In the what? (Tony en un diálogo con su hija)

(Fuente de la imagen)

El intento de Tony Soprano de someterse a psicoterapia para curar su stress o su depresión, quizá su spleen de Nueva Yersey,  tiene tanto de ilusorio  como  la idea de que el amor es gozoso (Proust: “en el amor, la felicidad es un estado anormal”). Tony pretende lo imposible, ser un rey primitivo, generoso y cruel, caprichoso y justo, ligado por línea genealógica con los pares de la mesa redonda de la mafia, y al tiempo un buen padre de familia, un buen vecino, un hombre elegante, un emprendedor al uso, casi diríamos.

Condenado a la esquizofrenia, solo es transitoriamente feliz cuando pierde el sentido por amor. Un rato, el tiempo de tirarse a alguna desesperada, porque después en casa tiene que cumplir otra vez, sacar la basura, no poder escoger el canal de la tele que le apetece ver y aguantar al petardo de hijo que le ha tocado en suerte. Este semejante, hermano nuestro, acude a la psiquiatra como quien pide a una bruja  un filtro mágico (Prozac) que le quite la desazón. Tony, pobre, somatiza y oculta los motivos por los que va a la consulta de la doctora. Así no hay nada que hacer, por más que la psicoterapia actual se haya ido adocenado y, todo lo más, pretenda hacer llevaderas vidas que se atragantarían a cualquiera. Hace ya mucho que no se oye a nadie decir lo que significa reintegrar al paciente al mismo orden establecido en el que se gestó su enfermedad, sobre todo cuando el malestar tiene causas estructurales. Pero lo único que Tony quiere es que se le pase la fatiguita…Ya, lo único, como si los angustiados no supiéramos lo difícil que es eso. Resulta sintomática aquella escena en la que acude a ver a la doctora después de desnucar a un matoncillo que ha importunado a su hija. Sin saberlo, se le ha quedado pegado al elegante pantalón un diente del finado. Hubiera sido el momento ideal para la catarsis, el momento de la verdad terapéutica. Pero no, Tony quiere seguir siendo el rey, incluso delante de la doctora, inventarse más capítulos del personaje que le ha llevado a necesitar la ayuda que ahora no sabe aceptar. Aunque, ahora que me acuerdo,  la doctora desde el principio de sus sesiones le advierte de que si le cuenta algún delito se verá forzada a comunicarlo a la poli. En fin, que la terapia es inviable de todo punto, no le vale ni para volver a casa renacido hasta que al día siguiente se le agolpen de nuevo los problemas.

Pobre, pillado entre lo que supone nombrar heredero, aceptar que su sobrino posee el vigor que a él le va faltando, enseñarle los trucos del oficio, perdonarle sus desmanes adolescentes, pillado en fin, entre su sueño de eterna juventud y la necesidad de abdicar, en un nuevo subidón mítico de loca y resabiada sangre real, se deja llevar por sus caprichosos humores y acaba con la vida del príncipe. Ay, señor, más cosas que esconder, que ya no le va quedando nadie con quien poder relajarse. Ni psiquiatra, ni mujer, ni hijos, ni compinches

Ahora que se ha vuelto de actualidad la llamada banalidad del mal, a raíz de la película de M. von Trotta sobre A. Arendt y su hermoso Eichmann en Jerusalén, cabe decir que el mal de Tony no tiene nada de banal, es un mal cuya única curación estaría en ser un verdadero rey que pudiera hacer de verdad lo que le diera la gana, algo difícil en la sociedad democrática.  Solo así, el capo dejaría de tener ganas de liquidar a cualquiera por un quítame allá esas pajas.

En fin, que en esta fábula sobre la justicia poética del ofendido que se resarce salvajemente, un infinitamente poco violento como yo, puede proyectar sus sueños de poder, su malestar y sus ganas de enfrentarse a los de las ventanillas, a los de las multas, a los que dirigen el tráfico y hasta a quienes nos gobiernan a través de un pater famililias con hijos adolescentes y un padrino mafioso. Tony está en la línea de los de los bandidos de Sierra Morena de Robin Hood, pero pasado por lo negocios sucios y el más profundo desencanto.

(Fuente de la imagen)

martes, 18 de junio de 2013

Antología del disparate del bac. ¡Ven, Wert, y velo!

Leo la pequeña selección de disparates de los exámenes del bac de este año que publica Libération (tomados, a su vez de Brèves de copies de bac, éditions Chiflet&Cie) y veo que algunos de ellos resisten la traducción:

- «La devise de la France est : liberté, égalité, fécondité.»

La divisa de Francia es: libertad, igualdad, fecundidad.

- «Un plébiscite est une maladie de la plèbe.»

Un plebiscito es una enfermedad de la plebe.

- «On emploie l’adjectif vénal pour les maladies du sexe.»

Se emplea el adjetivo venal para referirse a las enfermedades del sexo.

- «Les électrons vont où ils veulent, c’est pourquoi on parle d’électrons libres.»

Los electrones van donde quieren, por eso se habla de electrones libres.

- «Une année-lumière est l’énergie que dépense un humain en une année pour s’éclairer.»

Un año luz es la energía que consume un ser humano en un año en iluminación.

- «La science qui s’occupe des ancêtres se nomme la gynécologie.»

La ciencia que se ocupa de los antepasados se llama ginecología.

- «Pendant la Guerre froide, deux blocs s’affrontent : un bloc chaud, les Etats-Unis avec Miami et ses plages et un bloc froid, avec la Russie et ses immensités de glace, la Sibérie.»

Durante la Guerra fría se enfrentan dos bloques: un bloque caliente, los Estados Unidos con Miami y sus playas y un bloque frío, con Rusia y sus immensas extensiones de hielo, Siberia.

- «Un octogénaire est une figure géométrique avec 8 côtés.»

Un octogenario es una figura geométrica de ocho lados.

Otros disparates están más ligados a la fonética francesa, la misma que suele dar un paso más allá que el resto de las lenguas romances:

«Nous ne savons pas exactement combien de temps a duré la guerre de santan. On pense que c’est à peu près 50 ans.»

Por fin, hay algunas grandes verdades, hijas del escaso sentido común que queda en Europa:

- «Les événements de mai 68 sont arrivés parce que le peuple ne voulait plus faire la guerre mais l’amour.»

Los acontecimientos de mayo del 68 ocurrieron porque el pueblo ya no quería la guerra, sino el amor.

- «Il est très difficile de trouver où commence un cercle.»

Es muy difícil saber dónde empieza un círculo.

Tristes primeras lecturas de verano (I)

 
- Tristes primeras lecturas de verano (II). Surtidores de sombras y dudas.

 

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