jueves, 26 de julio de 2012

Las extrañas posturas del deporte. Las olimpiadas de Londres en1908 y en 2012. Gustarse no es lo mismo que emperrarse en ganar.

 
Coincidiendo con el principio de las olimpiadas de Londres, reedito, corregida y ampliada, una entrada de hace unos meses:

Una de las razones que llevan a hacer deporte es que uno se puede poner ropa que no se pondría jamás para otros usos y puede adoptar posturas, posturitas, diría yo, de las que seguramente se avergonzaría en otros ámbitos. La actividad deportiva es un buen refugio narcisista para quien está condenado a vestirse con cierta formalidad, para quien debe contener sus efusiones o se ve abocado a la corrección constante. Hacer poses, gustarse, exagerar los escorzos que exige la buena técnica deportiva es algo a lo que es difícil resistirse, aunque después se falle el tiro o no se toque ni siquiera bola a causa de la afectación. Hoy en día, el músculo, la fuerza bruta, es el camino más corto hacia lo único que cuenta de verdad, la victoria -en buena medida, a causa de los desorbitados patrocinios y de los mass media . No hay sitio para los atletas concentrados más en la elaboración que en el resultado, melancólicos, dubitativos, rasgos que en las actividades artísticas son esenciales. Un buen deportista no debería tener otro rival  que él mismo,  hasta tal punto que la victoria sobre los contrincantes tendría que ser algo secundario. Atletas como U. Bolt, o R. Federer, que aúnan belleza, potencia y elegancia son una rareza. Por lo demás, no cabe sino dar la razón, como casi siempre a Ferlosio: “…el deporte, actividad sin contenido alguno y sin más objetivo que el de la redundancia de la victoria como fin en sí mismo…”. Si, como señalaba él mismo, la copa del mundo fue expuesta por E. Aguirre “para que todos los madrileños pudiesen adorarla como si fuese el Santísimo Sacramento”, los nobles metales olímpicos pertenecen al mismo género de objetos litúrgicos.

Las antiguas fotos de deportistas parecen apuntar en otra dirección. Nada de animaladas como la de Balotelli metiendo miedo al universo. ¡Fina estampa, caballero de fina estampa! Viendo las las imágenes de las olimpiadas de 1908 da la impresión de que lo más importante no era saltar lo más alto posible, sino hacerlo lo mejor, lo más bonito y gracioso que se pudiese. Y es que los patrocinios exagerados, la entrada a saco del dinero en la competición deportiva ha llevado a la búsqueda enloquecida del record, un objetivo obsesivo compulsivo, enemigo del buen hacer deportivo, porque debería ganar quien mejor lo hace, no quien solo mete más goles o corre más rápido o salta más alto. Más y mejor, a menudo no coinciden.

Bueno, vale de elucubraciones, que lo que yo quería era simplemente enseñar unas fotos que publica Guandian de deportistas de esas olimpiadas de 1908, celebradas en Londres, porque, entre otras cosas, una erupción del Vesuvio hizo que Italia renunciara a organizarlas. Lo recuerda Ammaniti en Che la festa cominci, buena novela para el tórrido verano, pero que en mi opinión no debería haber llegado a las navidad pasadas:

(El barón Pierre de Coubertain)

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Ammaniti Nicolò, Che la festa cominci, Einaudi, 2009, p., 261

1908 Olympics: Danish Gymnast

Atleta danesa preparándose para bailar la jota. Photograph: Topical Press Agency/Getty Images

 

1908-london-olympic-gamesEl italiano Dorando Pietri en la maratón. Aunque  llegó a la meta en primer lugar, fue descalificado con posterioridad. Recibió, sin embargo, una medalla al esfuerzo otorgada por la reina Alejandra, a la que tampoco le hacía ninguna gracia perder el sombrero. Photograph: Hulton-Deutsch Collection/Corbis

 

1908 Olympics: Wyndham HalswelleWyndham Halswelle, contento como unas pascuas, en los 400 metros lisos. Photograph: SGI-UK

 

1908 Olympics: Martin SheridanEl estadounidense Martin Sheridan durante un ejercicio de calentamiento para el salto de longitud. Photograph: Topical Press Agency/Getty Images.

 

1908 Olympics: Reggie WalkerEl velocista sudafricano Reggie Walker, ganador del oro en los 100 metros lisos. Photograph: Topical Press Agency/Getty Images.

 

1908 Olympics: Ray EwryEl saltador estadounidense Ray Ewry a punto de dejarse caer en un sofá imaginario. Photograph: SGI-UK.

Pero a veces no son solo extrañas las posturas:

Quando la natura è un arteRobert Gligorov, Gymnast with Deer, 2010, stampa Lambda su dibond e plexiglas. Courtesy Galleria Pack, Milano

Lecturas de verano 2012 (VII). Exposiciones (III). ¡…y no estabas tú!

 

Lecturas de verano (2010)

Lecturas de verano 2012 (I). Amor con hache.
Lecturas de verano 2012 (II). La edad de oro de las subvenciones.
Lecturas de verano 2012 (III). Dieta de adelgazamiento del estado.
Lecturas de verano 2012 (IV). Noli me tangere: neodespotismo ilustrado.
Lecturas de verano 2012 (V). Exposiciones (I).
Lecturas de verano 2012 (VI). Exposiciones (II). Nacho criado, el peso de la imagen.
Lecturas de verano 2012 (VIII). Muro de cemento facebookizado.

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Paloma Novares, Misuague/Canción de geisha, 2008 (detalle con reflejos)