Clica aquí para ver la Primera serie: Deterioradas o ausentes.
Clica aquí para ver la Segunda serie. Animales (I): Leones, elefantes y caballos.
Clica aquí para ver la Segunda serie. Animales (II): Peces y ánades.
Clica aquí para ver la Tercera serie: Manos (I).
Clica aquí para ver la Tercera serie: Manos (II).
Clica aquí para ver la Cuarta serie (I): Formas casi sin motivo (II).
Clica aquí para ver la Cuarta serie (I): Formas casi sin motivo (III)
Clica aquí para ver la Cuarta serie (I): Formas casi sin motivo (IV).
En lo alto de la torre Tavira se encuentra instalada una cámara oscura…A oscuras en la habitación la guía nos explicó en qué consistía el artilugio. El panorama de Cádiz se fue ofreciendo lentamente a la vista. La imagen tenía la calidad artística de una pintura. Los colores aparecían filtrados por la luz dominante del atardecer, que hacía visible la atmósfera. La muchacha nos iba señalando los edificios principales con un puntero como si fuera una varita mágica. Se tenía la sensación de asistir al espectáculo de una ciudad al mismo tiempo hechizada y real, donde repentinamente entraba en juego algún detalle de la vida cotidiana. La pantalla fue girando…Se veían las copas de los árboles en los jardines. Se veía a los transeúntes en la calle, descuidados e ignorantes de que estaban atrapados en nuestra pantalla. El espejo giró medio cuadrante y se vio la cúpula dorada de la catedral. Un vuelo de gaviotas cruzó la escena. En una azotea cercana una mujer tendía la ropa. Un grupo de albañiles trabajaba en un tejado. La muchacha dejó el puntero y recogió a uno de aquellos albañiles en un papel, l,o alzó como si fuera un homúnculo, lo mantuvo trabajando en la palma de la mano y lo dejó de nuevo en la pantalla. Aquello era algo más que un invento para niños. La vida anónima de Cádiz se depositaba allí como en un cuenco de lavar pepitas de oro. Eran imágenes sencillas y misteriosas, como vistas y reflejadas en el fondo velado del ojo del pez espada. (Iberia. La puerta iluminada, Lope, Manuel de, Barcelona, Debate, 2003, 380-81)
Adivinanza: Son casi formas puras, a veces con pequeños motivos vegetales, otras veces mezcladas con formas secundarias, funcionales al uso. Tienden más a la curva que al ángulo recto y muchas tienen aspecto fálico. Seguramente, se usan más como tiradores que para aquello a lo que estuvieron destinadas.
Si pudieran hablar de sus dueños nos dirían que pertenecían a distintas clases sociales. Abusando de su silencio, las mezclo en una improbable anacrónica utopía de vida sin conflictos.