La acuarela se lleva mal con el detalle, hasta el punto de que resulta imposible imaginar a un pintor hiperrealista aficionado a esa técnica. Casi diría que, a través de la acuarela, incluso los objetos mejor definidos no pueden dejar de presentarse como un continuo de graduaciones tonales en el que , por designios misteriosos, los colores se adensan de repente para formar sombras, espejismos que quizá reconozcamos como figuraciones del mundo en el que vivimos. Aquello que pasa por el filtro de la acuarela se hace evanescente, a mitad de camino entre lo fantasmagórico y lo real, como uno mismo esos días en que no saber verdaderamente quién es o, quizá, lo sabe demasiado bien para aceptarlo. Si, además, se trata de figuraciones paisajísticas, como en el caso de la obra de Jezabel Valdivia que se presenta en esta exposición, las imágenes se convierten, antes que nada, en estados de ánimo vinculados tibiamente a escenas de la naturaleza. Parece como si fueran paisajes inventados, no preexistentes a su retrato, sino consecuencia de una transliteración colorista de sentimientos que se expresan a través de la naturaleza como podrían, quizá, haberlo hecho a través de unas notas musicales o un aroma, a veces potente y amenazador, con notas de fuga luminosas, otras, delicado y estático, concentrado sobre sí mismo, reducido a lo mínimo. Paisajes, pues, interiores, casi más que impresiones de la realidad, ecos de emoción que se enciende al mezclarse el agua con el pigmento, pistas evocadoras de un interior en el que laten los días soleados y las nubes, la tempestad y la calma...y también los momentos de dudosa luz del alba o el atardecer.
Javier Brox
Entrevista a la artista:
¿Cuándo y cómo empezaste a pintar?
Siempre manifesté interés por el dibujo, la pintura llegó mas tarde. Me gustaba dibujar aquello que no existía y que retaba a las leyes de la física, aquello que era imposible de ver en la realidad.
Tu formación académica es técnica y artística. ¿Cómo combinas ambos mundos, siguen líneas paralelas, o se comunican de alguna manera?
Es tanto artística como técnica, no te puedes llegar a imaginar lo que se dan la mano ambas disciplinas. Lo primero es el dibujo, ser capaz de plasmar con un lápiz, en una hoja de papel aquello que tienes en la cabeza, luego vienen los conocimientos técnicos. No habría diseño de producto sin que primero se dibujara, tampoco edificios sin planos. Es muy rápido plasmar ideas mediante el dibujo, práctico tb, si tuviéramos que describir con palabras algo que tenemos en la cabeza sin hacerlo visible a los ojos sencillamente no se podría, porque la imaginación es demasiado poderosa como para saltársela a la torera. La creatividad y la imaginación nos diferencian claramente de los animales. Al final de los finales, tú te compras el coche no solo porque te convence desde el punto de vista tecnológico, te lo compras porque te gusta su estética y tb la estética habla de uno mismo. EL GUSTO IMPORTA Y MUCHO.
¿Si ha cambiado, cómo ha cambiado tu manera de pintar con el tiempo?
Si que ha cambiado, me he pulido bastante y he aprendido a definir mi estilo, de hecho sigo en ello, eso no se acaba nunca.
¿Cuáles son tus influencias, qué pintores y por qué te gustan?
Un pintor que me gusta sobremanera es Francisco Pradilla, que por cierto, nació en Villanueva de Gállego, Zaragoza. Su obra maestra para mí es “Juana la loca”, me deja sin palabras. Tiziano Vecellio me gusta muchísimo tb. “El joven inglés” es una pintura que cuando la vi en vivo y en directo, sencillamente me quedé petrificada.
Son obras que hablan.
Destacaré también a Tamara de Lempicka que fue un verdadero personaje como artista, la considero imagen de la modernidad por excelencia y símbolo de la emancipación de las mujeres. Para empezar, consiguió hacerse un hueco entre pintores, no es fácil porque aun hoy sigue siendo un mundo masculino a pesar de que se forman más mujeres que hombres en disciplinas artísticas.
Aunque tengo que decir que ellos no han sido mi influencia en realidad, lo fueron las personas que me enseñaron y que conocí en persona, que de ellas aprendí a coger un pincel o a trazar una línea con el rotring.
Como son Silvia Pagliano o Ignacio Mayayo, ambos son dos grandes artistas que se merecen todo mi respeto y mi admiración.
Expones paisajes que se podrían definir como interiorizados. ¿Qué partes de ti proyectas en ellos?
No tengo ni la menor idea, imagino que todo, cuando uno hace alguna actividad artística, supongo que se autobiografía sin saberlo.
¿Qué salida das a tus obras, las conservas, las regalas, las vendes? ¿Qué te gustaría hacer con ellas?
Pues de todo, claro.
Estas en concreto van a ser para mi casa. Son acuarelas pensadas para quedarse en mi casa, narraciones del 2011 que para mí ha sido intenso y veloz.
¿Qué tipo de satisfacción te proporciona pintar? ¿Cuáles son los inconvenientes?
Satisfacciones todas, no se cual es la diferencia entre trabajo y diversión porque la verdad es que siempre hago lo que me gusta, insisto, trabajo, porque hay un mal común de personas que piensan que dibujar es como hacer churros y que en el Arte todo vale, y no, es un trabajo de largo proceso además, y en el Arte no todo vale, te tiene que hacer sentir. Los inconvenientes no vienen de la actividad como tal, vienen mas bien de lo poco dignificada que está la materia a ojos de un buen porcentaje, también es cierto que históricamente si por mayorías hubiera sido, seguiríamos en Atapuerca.
Por último, ¿qué estudias en la escuela, cuáles son tus intereses a parte de la pintura?
En la escuela de idiomas estudio Italiano para pulirme en la gramática porque mi relación con Italia siempre ha sido intensa.
Intereses... demasiados, no te los puedo contar, los tengo que vivir.
Ilustraciones para el 2011: