sábado, 11 de diciembre de 2010

Los pájaros de América están por las nubes. El libro de John James Audubon bate el record de altura de los precios, que ya poseía desde el año 2000.

El comprador, Michael Tollemache, parece ser que se refirió a la obra como “priceless”, pero él bien que pagó 7,321,250 de libras, unos 8,6 millones de euros, en la subasta de Sotheby´s. Como para doblar las esquinas de las páginas de este libro impreso, el más caro de la historia , antes de echarse a dormir. Se trata de Birds of America, del ornitólogo y pintor francoamericano John James Audubon.

Birds of America, le livre le plus cher du mondeLe harfang des neiges selon John James Audubon.

Lo mismo que escribir cartas a la sección de Cartas al director del periódico (recuérdese Herzog, de Bellow) hacer entradas sobre los records en un blog, aunque sean del precio de los libros, es un síntoma de inestabilidad o de muy mal gusto. En el peor de los casos, de las dos cosas al tiempo. Pero es que se acerca la navidad y me permito licencias que me vedo el resto del año. Por ejemplo, este invierno voy a batir mi record de ingesta prematura de almendrados y polvorones. Hace ya un par de semanas que empecé con uno al día y le estoy cogiendo el gusto al ritmo. Todo, con tal de llegar a Nochebuena y, ya saciado de dulce, fingir que esta vez estoy cuidando la línea, inflexible el ademán en el rechazo apolíneo de la bandeja de los dulces. ¿Seré capaz?, me pregunto, según voy tecleando e imaginando con arrobo los dulces de Mira.

Entre tanto, voy pensando en los libros que pediré a mis reinas magas, mujer, hija, madre, suegra, cuñadas... Me da apuro pedirlos de bolsillo, porque es síntoma de baja autoestima. Me gustaría recuperar Visiones de América: la historia épica del arte americano, de Robert Hughes, que se publicó en 1991 y, desde entonces, sigue valiendo 90 euros. No son los 350,000 de Eliot, pero a mí me cuesta rascarme el bolsillo y me pongo en la piel de la reina maga que tendría que rascárselo. Volveré a la biblioteca de Doctor Cerrada, aquí en Zaragoza, para ver si lo han pasado a una sección de préstamo a domicilio desde la de lectura en sala y entre tanto me contentaré con mi último dispendio, los casi 20 euros de Los infinitos, de Banville, y con el libro de DeLillo que me tocó el lunes en el programa radiofónico de Miguel Mena.

La subasta de Sotheby´s no tiene nada que ver con ese ejemplar de The waste land, dedicado por Eliot en cuerpo mortal a Valéry, que según contaba este sábado Rodríguez Rivero en el último Babelia le ofrecían por unos módicos 350,000 dólares, pero el nombre del negocio que lo vendía, lame duck books, me ha venido a la cabeza por asociación avícola de ideas, aunque pienso que la expresión lame duck, medio falso amigo, quizá no evoque en un nativo a ningún pájaro, en sentido propio, quiero decir.

Il vento gonfiava le mie vesti
di veramente stabile erano le mie scarpe nere
alle caviglie ortopediche.
Un tempo passavo ore in palestra
continuai a inseguirla per inerzia.
La vidi stagliarsi tra alberi e cielo
e dopo un piccolo volo
camminare monca e rapida
avrete anche voi visto
camminare le acquile.

miércoles, 8 de diciembre de 2010

Bernie Ecclestone, dios de lo terreno.

Ese extraño ser llamado Bernie Ecclestone parece tener por lo menos dos caras bien diferenciadas, una es la humana, la que comparte con  todas las otras personas, incluso con los funcionarios como yo, pero llevada a su extremo. En lugar de tener un utilitario, tiene coches supersónicos, todos los que quiere, que para eso fue piloto y no conductor del montón, y ahora es un mandamás de la Fórmula 1,  no un jefe de sección de una delegación de unas oficinas de la DGA, pongamos por caso.

En cuanto a otras cuestiones mundanas, recuerdo que estuvo casado con una mujer que casi le doblaba en altura, quizá para compensar que él tenía casi el doble de años que ella.

Son detalles que abundan en mi idea de que este tipo apuesta en serio y pisa firme, aunque, como se verá después, esto es algo más dudoso. Sus opiniones no son moco de pavo ("Las mujeres deberían vestir de blanco, para ir a juego con los electrodomésticos", por ejemplo). Hasta tal punto llega la exacerbación de sus rasgos humanos que mi intuición, que me hace  imaginar a los dioses como superhombres con todo lo bueno y lo malo de las personas llevado a su extremo, un poco como los del Olimpo, me dice que este tío debe tener algo de ultraterreno. Sobre su lado sobrehumano hace unos meses ya apareció una entrada en este blog dedicada a él y que republico tras esta semblanza. Ecclestone cada poco salta a esas chocantes páginas de actualidad del chismorreo que tanto me llaman la atención. Esta vez ha sido porque después de ser apaleado por unos ladrones ha aprovechado su ojo a la virulé para hacer una publicidad de relojes hublot, que quizá es la marca del que le quitaron. Cuando leí la noticia, de repente me acordé de una declaraciones suyas que recoge la wikipedia, y pensé que lo que había pasado es que los ladrones eran también semidioses, quizá un poco más poderosos, porque si no resulta difícil imaginar que hayan podido con él después de lo que dijo hace ya tiempo: "Si vienen aquí con una pistola y la sostienen en mi cabeza, mejor deberían asegurarse de pueden apretar el gatillo. Y deberían asegurarse de que tienen balas, porque si las olvidan, que tengan cuidado."

 

Ecclestone con el ojo a la virulé.

La publicidad de Hublot

La anterior entrada sobre el millonario:
Rincón de los reportajes. El divorcio B. Ecclestone y la curiosa posición de su pie derecho, como levantándolo del freno, cosa lógica en el boss de la Fórmula 1. Pezuña de fauno o se está haciendo pipí.

Tengo ya años suficientes como para saber que Ecclestone en algún momento de su vida no tuvo canas, ni llevó las mismas gafas que ahora, ni se peinó con flequillo, pero quizá eso pertenece a la noche de los tiempos, al corto periodo de su vida en el que no fue conocido, a su infancia, porque en seguida entró en panteón de la fama. La imagen actual es tan potente que resulta imposible imaginarlo distinto, sin ese aire de niño envejecido y enfadado, serio y al tiempo con una punta de mirada traviesa. Cada vez que veo una foto suya veo siempre lo mismo, el pelo que me gustaría tener a mí –creo que también a Anasagasti-, además liso,  las gafas que no me atrevo a hacerme, por poco modernas, y, sobre todo, unas acompañantes que responden al ideal  de acompañante, subgénero modelo de moda femenina. Por eso, cuando ayer leí en El País que se divorciaba, me sorprendió notar que la noticia, por primera vez, me hacia descubrir un lado débil en su persona, un rasgo humano, el del cónyuge que tras más de veinticinco años de matrimonio tira la toalla, apaga el motor, diríamos en este caso. El topos del divorcio es un elemento primordial en el imaginario de los semidioses de la prensa internacional, pero eso no quita para que los maridos cincuentones nos sentamos afectados por noticias como esta. La nueva faceta del personaje me permitió, por fin, mirarlo en detalle, sin que en sus triunfos proyectara mis derrotas capilares, y entonces descubrí que Ecclestone no tiene los años que aparenta o solo los tiene cuando negocia los circuitos en los que deben celebrarse las carreras de Fórmula 1, porque cuando está con una mujer, a la vera de la cual tiende a ponerse como los desamparados bajo el manto protector, se convierte en un adolescente tímido, que no sabe desprenderse aún de los indicios que delatan inseguridad. A veces son unas uñas comidas, otras, un maquillaje excesivo, o un rictus asustado. En su caso, es el pie derecho, medio contraído, apocado, como si pensara que lo tiene demasiado grande o que los zapatos que lleva no son adecuados para la ocasión. Antes, sus fotos  me hacían pensar que vestía como viejo  mod  que ha cambiado la moto por los coches de carreras -de hecho, empezó en el mundo de la motos- y me recordaba a El Guateque de Blake Edwards, al Swinging London, a O (1975), de Cabrera Infante. Por todo ello, me impresionaba, pensaba que era pequeño pero matón, y, además, fiel a una estética que me atrae. Cuando ayer vi que si está a la vera de una mujerona tiende a levantar el pie del freno, algo comprensible en el bossde la Fórmula1,  como si quisiera sustraerlo a la vista, acabó de seducirme. Ni siquiera me he planteado que de donde está levantando el pie es del acelerador.

Los seres del mas allá de los cuentos suelen ocultar algún rasgo físico que delata su procedencia sobrenatural, porque tienen miedo a ser descubiertos y encarcelados o deportados a su planeta. Si ese planeta se llama Inglaterra es comprensible que no quieran volver a él, en especial en invierno. Tanto es así, que muchos de los habitantes de ese país que , dejando de lado a Brenan y R. Graves, no son precisamente seres sobrenaturales, sino sobreseres naturales, prefieren trasladarse  a sitios como Mallorca, Marbella, Estepona o Málaga a residir. Quizá el motivo por el que Ecclestone adopta la postura descrita sea que no tiene del todo domada la pezuña de fauno o pie de elfo. ¿Quién sabe? Pero, ya es hora de decir algo en serio y es que de lo que estoy casi seguro es de que este señor comparte conmigo otro rasgo humano, y es que no hace a pis a tiempo y, después, en el momento más inoportuno, el de la foto, está que no se aguanta más. Mi mujer también me ha amenazado con el divorcio ya varias veces por la misma razón.

He aquí algunos testimonios gráficos de lo que digo:

ecli eclipatent eccle6 ecclestone2

ecclestone3

Y los detalles que lo confirman:

eclicorpieslevan ecliotralevant otralevant pais eclicor2

Por si quedaran dudas de que le tira el right side he aquí otras fotos

Algunos enlaces:

http://www.publico.es/televisionygente/236581/eccleston/hitler/conseguia/cosas/funcionasen

http://nbcsports.msnbc.com/id/31734969/

http://www.timesonline.co.uk/tol/news/uk/article5199172.ece

lunes, 6 de diciembre de 2010

Feliz navidad

Una navidad feliz es más fácil que un próspero año nuevo. Quizá por eso, por una suerte de reparo y miedo a tentar la suerte, no hemos escrito más que feliz navidad en el christmas de este año. Pero, en realidad, más que feliz navidad, algo que suponemos que cada uno hará lo posible para que así sea, lo que deseamos es que el año que empezará el mes que viene sea lo más próspero posible. No es verdad que se halla al temible Poseidón solo si se lleva dentro, per sí que lo es que muchos lestrigones y cíclopes aparecen cuando nuestra alma los yergue ante nosotros. Para evitarlos, digo como Kavafis: En tu camino seres así nunca hallarás/ si mantienes elevadas tus ideas, si una selecta/ emoción guía tu espíritu y tu cuerpo. “Menos lobos”, dirá alguno. Pues, sí, también lo digo, porque el año es muy largo y tortuoso, pero si no empiezas con una pizca de emoción no llegas ni a febrero.

De manera que, como dice Ricardo Duerto, autor de la foto y del diseño del christmas, os las deseamos, así, tumbados:

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O erguidos:

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domingo, 5 de diciembre de 2010

La expresión “de autor”, espantapájaros de autor y el loro de Flaubert.

No ocurre en algunos casos, como cuando se habla de cine de autor -una modalidad de cine en la que la cota de aburrimiento está casi asegurada, pero la de calidad es sumamente incierta-, que está hecho por gentes del gremio. Pero en casi todos los otros casos, zapatos de autor, libros de autor, saleros de autor, lámparas de autor, zapatillas de autor, en los que la locución de autor se refiere a objetos realizados industrialmente o, a menudo, por artesanos, pero ideados, proyectados, diseñados, diríamos ahora con este término glotón de sus sinónimos competidores, por gente del mundo de la creación artística, pintores, modistas, escultores, un mundo de inciertos confines, tan amplio como para incluir a R. de la Prada. Si lo que caracteriza en la artesanía tradicional es en buena medida la falta de originalidad, la escasa tendencia a la innovación, a la probatina, justo lo contrario ocurre en los objetos de autor, aunque intuyo que muchas veces de autor es la vaga idea, mientras que la ejecución corre a cargo de manos expertas. Eso si es que se quiere que dure, otra de los rasgos de la artesanía tradicional, porque muchas veces lo de autor se muestra indiferente a la utilidad para la que estaba previsto el objeto de partida.

En el trentinocorrierealpi me encuentro con una serie de imágenes de espantapájaros de autor provenientes de una exposición dedicada a estos extraños seres, en los que se mezcla la adaptación al uso previsto y el mundo onírico. Imaginamos que los pájaros se asustan de aquello que puebla nuestras pesadillas, quizá porque a veces soñamos volar, huir de los espantajos terrenales que nos salen al paso, de los rostros que nos atemorizan y que de noche, cuando dormimos, nos visitas como estantiguas. Seguramente, los espantapájaros nos dicen más a nosotros mismos sobre nuestros miedos de lo que dicen a los pájaros, que, al cabo de pocos días, se han hecho amigos de estas figuras, sobre las que se posan. A veces, acaban por comportarse como aquel loro de Flaubert con Félicie en Un coeur simple, que “escaladait ses doigts, mordillait ses lèvres, se cramponait à son fichu…”, y parecen “presque un amoreux” de quien debería darles miedo.

(Foto di Giacomo Bianchi) 2

7

Chis Bangle

4

Enrico Baleri

5

Ágata Ruiz de la Prada

3

Tobia Scarpa

1

Valerio Cornetti

Los espantapájaros escasean en las ciudades. He aquí, sin embargo, un ejemplar que ha asentado sus reales en un huerto escolar del zaragozano barrio del Actur:

Foto2372