viernes, 14 de octubre de 2011

"¡Oh, qué vedo!"

 

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Al concluir la guerra civil, la sirvienta que se hizo cargo de mí y de mis hermanos y nos cuidó con el amor y la solicitud de una madre, solía referimos la historia de un tal Quevedo, que, habiéndose bajado las calzas para defecar en un lugar público, de espaldas a los viandantes, fue sorprendido en dicha posición por un distinguido caballero italiano. "¡Oh, qué vedo!", habría exclamado éste con horror al contemplar el corpus deilicti, si se me permite la expresión, con las nalgas en la masa . A lo que habría respondido el español con mal oculto orgullo: "Anda, ¡hasta por el culo me conocen!" (Juan Goytisolo)

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domingo, 9 de octubre de 2011

Tony Judt, vida, praxis y teoría socialdemócrata

Poco antes del verano se publicó la edición de bolsillo de Algo va mal,  el breviario en el que Tony Judt, muerto en agosto de 2010, al poco  de terminar la redacción original del libro, propugnaba una refundación retroprogresiva de la socialdemocracia.

Algo va mal, Tony Judt, Traducción de Belén Urrutia, Taurus, Madrid, 2010. 256 páginas, 19 €. La edición de bolsillo cuesta 9.95 € y tiene 220 páginas.

Judt, también poco antes de morir, concluyó su autobiografía, cuyos capítulos había ido publicando en la New York Review of Books,  con la que colaboraba asiduamente. La edición española se titula El refugio de la Memoria, y la original en inglés, The Memory Chalet (Tony Judt, The Memory Chalet,  Londres, William Heinemann, 2010,  226 páginas). El título español gana en pertinencia si la palabra refugio se entiende en sentido propio, porque se trata de un hotel suizo, un chalet de montaña en el que pasó las vacaciones con sus padres y donde empieza y termina la peripecia de su vida consciente, la que es objeto de sus recuerdos y análisis.

El refugio de la Memoria, Tony Judt, Traducción de Juan Ramón Azaola,  Madrid, Taurus, 2011, 250 páginas, 19 €

Entre los dos libros parece establecerse un íntimo diálogo, como si Algo va mal, más allá de sus múltiples referencias históricas al mundo contemporáneo, fuera una especie de autobiografía sin vida,  parafraseando el título de uno de los admiradores del historiador angloneoyorquino, un repaso de los últimos sesenta años de la historia europea, en el que sin evocar anécdotas personales se sintiera el pálpito de una vida en la que hay una corriente constante de ida y vuelta entre lo individual y lo colectivo, entre los gustos y afinidades personales y el anhelo de que prime bien común sobre los intereses de parte. Quizá mi razonamiento esté viciado por la lectura de El Refugio de la memoria a escasa distancia de Algo va mal, pero lo cierto es que los grandes temas de este último encuentran su correlato vivencial en el primero, hasta el punto de que el lector establece una tupida urdimbre de relaciones entre la experiencia recordada y los planteamientos teórico prácticos del escritor. Ambos planos se iluminan entre sí hasta adquirir mayor profundidad de campo y uno, por ejemplo, no puede dejar de pensar que es una buena solución al amor del solitario Tony por los medios de transporte público la sentida crítica a la privatización de los ferrocarriles ingleses o las líneas verdes de los autobuses de Londres. En ese sentido, la referencia a tres de sus más denostados políticos, la Thatcher y Reagan, por un lado, y Blair,

  La borsetta della Thatcher all'incanto per sole 25 mila sterlineLa borsetta della Thatcher all'incanto per sole 25 mila sterline

El bolso 'Asprey' de la dama de hierro, subastado hace pocos meses por Christie's, en Londres, en una subasta a favor de las Fuerzas Armadas inglesas. Parece ser que el bolso era uno de los adminículos fundamentales en la escenografía de la autoridad de la Thatcher durante los consejos de ministros y las entrevistas al más alto nivel.

por otro, debe ser entendida como vilipendio de quienes promovieron o continuaron la destrucción de los pilares del bienestar social, los frutos de un proyecto colectivo basado en un comportamiento virtuoso del individuo en tanto que miembro de una comunidad a la que Judt se enorgullecía en pertenecer.

Londra, svelata la statua di Ronald ReaganLa escultura de Reagan recientemente instalada frente a la embajada de Estados Unidos en Londres. (Fuente)

Pero, quizá, donde más brilla la inteligencia de este historiador dotado para la escritura es en aquellos aspectos en los que la experiencia le llevó a una puesta en cuestión de sus planteamientos y su forma de vida previos. Por un lado, a raíz de sus estancias en kibutzs,  su desconfianza hacia la ciudad ideal en la que las  normas garantizan la ausencia de disenso, le vacuna contra las formas absolutistas de ejercicio del poder, sean de izquierda o derecha. Por otro lado, su reelaboración intelectual -desde una perspectiva histórica de izquierda radicalmente moderada- de los movimientos izquierdistas nacidos del 68, que conoció de primera mano en París, le lleva a considerarlos como un hito en el desarrollo del tipo de individualismo que ha acabado por dotar de tanto prestigio a las facultades de ciencias empresariales,fraguas de insolidaridad. Frente a la izquierda tradicional, colectivista y solidaria, el izquierdismo acabó imponiendo un vano canto a la diversidad, una lucha encarnizada contra la injusticia lejana  al tiempo que el desconocimiento o desinterés por la cercana, preludio de sonrojantes trayectorias personales hacia la ortodoxia neoliberal.

Por lo demás, también el tono de manifiesto político de Algo va mal, ensayo con vida,  hace que el libro vaya más allá del análisis, lo mismo que la perspectiva social de lo narrado en El Refugio…, autobiografía con análisis político social,  hace que se trate de una especie de memorias colectivas, en la mejor tradición de los escritores que a través de su actos y su obra han reivindicado cambios sociales de progreso, en la mejor tradición del intelectual comprometido, con la socialdemocracia, en este caso.