Hay un tipo de periodismo de investigación que nos repugna…s'ils pouvaient au servage incliner leur fierté
(Ch. Baudelaire, Les chats)
Bibelots, soprammobili, souvenirs, pijaditas.
Somos colaboradores desinteresados de la Secretaria General para la Museización de los Pequeños Objetos, dependiente del Alto Comisariado para la Preservación de la Memoria Menuda, el ACPMM, aunque nosotros lo llamamos sólo ACP. El organismo, del que seguramente no habrán oído hablar, se creó como respuesta ante la necesidad acuciante de preservar el recuerdo de aquellos objetos cuyo valor no supera la cantidad máxima de dinero que suele llevarse en los monederos de mano. Los hay de muchas formas y materiales, acastañados, redondos, de plástico, piel, con cremallera, velcro, o de los que se abren como heridas por simple presión sobre los lados. A los colaboradores de la Secretaría, la SGMPO, nos gusta llamarlos perreros, receptáculos para la calderilla, las perras. Esos vertederos de las vueltas del pan o el bus no suelen contener más de 6 o 7 euros, unas mil de las antiguas calillas. Sin embargo, una vez sacados del bolsillo nos permiten acceder a un universo ingente de pijaditas que acaban por invadir nuestros hogares, acumulando polvo sobre la tele, en una repisa, hasta olvidadas bajo un mueble. Casi ninguno sobrevive a los desastres naturales
-¿cuántos regalos del Mc Donald´s, cuántas bolas rosebud con nieve dentro, habrán desaparecido en los recientes terremotos de L´Aquila?- ni a las catástrofes provocadas, una mudanza, un divorcio. Los objetos inertes llevan en sus bocas demasiado “…sabor a mí” como para ponerlos en la nueva casa, en otra repisa, en el cuarto vacío que ocupó el finado, incapaces de emprender una nueva existencia.
Además, somos estudiantes de periodismo en prácticas, con afán de ir haciéndonos hueco en la profesión. Hemos visto el blog del Dep. de Español de la E.O.I., 1, de Zaragoza y hemos pensado que era una buena ocasión para publicar algo y también para ganar puntos ante la SGMPO. Hay un tipo de periodismo de investigación que nos repugna. Por ejemplo, el reciente reportaje en el que una jovencita tipo Miley Cirus (Hannah Montana) provoca en un parque a un viejo salido y después se descubre que era una menor pagada por una cadena televisiva; o el del grupo de entrevistadores que se ensaña con la mujer del drogadicto que dejó en coma al profesor Neira. Nuestro periodismo de investigación no pretende ir al grano ni al tema de actualidad candente ni rebuscar en la entrepierna de nadie. Nuestro periodismo trata de fotografiar lo pequeño y barato, que tarde o temprano, si no fuera por nosotros, acabaría en la basura sin dejar rastro: modestos souvenirs, figuritas de animales de compañía, cacharros del todo a 100, medicinas caducadas, frascos dejados a medias, chicles pegados debajo de la mesa, números de teléfono escritos en cualquier sitio. Si tuviéramos que poner una columna sonora que ilustrara la filosofía de nuestras búsquedas podrían ser los versos de Gozzano que describen ambientes -“la cartolina della Bella Otero alle specchiere”- o esa canción que se titula Broken bycicles, de Tom Waits: “alguien debería tener un orfanato para todas esas cosas que ya nadie quiere”. Ese es nuestro cometido, acoger, amparar, dar refugio visual, engrosar el archivo de la SGMPO, amén de encontrar trabajo en el sector en un futuro no muy lejano.
Antes de presentar la crónica de nuestro último reportaje dedicado a las imágenes y objetos gatunos presentes en un hogar de clase media en la ciudad de Zaragoza (Aragón), queremos agradecer la ayuda prestada a nuestros patrocinadores. Sin ellos, nada sería posible:
Atrocidades Moncayo, Bodegas Migraña, Recuerdos La Pelagrica, Chuches El Rinconcete del Colesterol, la Promotora de Actividades infantiles Chachirulo, Toldos No me molestes Ciercito y, por último, a los componentes del trío Carretilla, organista, trompetista y cabra.
Ficha técnica de nuestro reportaje de investigación:
Miembros del núcleo familiar:
Familia de clase media no afectada por la crisis.
Miembros:
- Matrimonio de funcionarios con 25 años de ejercicio en ambos frentes. Profesores de idiomas los dos. Mantienen relaciones sexuales esporádicas. El miembro varón de la pareja resultó ser madrileño de nacimiento y por lo tanto gato de pleno derecho.
- Hija de 18 años. Dejando atrás los peores síntomas del comportamiento adolescente. Sale de noche y duerme de día.
- Perro de siete años. Cruce de setter irlandés y épagneul bretón. Excelente persona.
- Se encontraron indicios de antiguos habitantes: hamsters, tortugas, periquitos y amigos muertos.
Residencia:
- Piso situado en la urbanización llamada “Kassan”, en la margen izquierda del Ebro (¡aunque la posición evoque el Trastevere o la Rive gauche las respectivas configuraciones urbanas no guardan relación alguna!). Buena vivienda, grande, luminosa, un chollo al precio que la pagaron, según algunos vecinos.
Motivo del reportaje:
- Durante una de nuestras campañas publicitarias la pareja se mostró dispuesta a colaborar ausentándose del domicilio el día de autos. A cambio pidieron poder disponer de todo el material audiovisual que se produzca.
Objetivo del reportaje:
- Crear un archivo visual comentado de las imágenes modestas y los objetos baratos dedicados preferentemente a la imaginería gatuna, aunque no se excluyen del reportaje otros materiales de interés para el proyecto general de creación de un museo universal de lo menudo.
Advertencia:
- Si se pretende un rápido visionado del reportaje se aconseja prescindir de los comentarios, a menudo demasiado prolijos o desatinados.
- Conviene señalar que la pareja propietaria de la casa ha expresado su deseo de permanecer en el anonimato.
Zaragoza. Abril 2009. Empezamos con buena estrella. Al salir de la plaza de Santa Cruz vimos la Imagen N. 1. La fotografiamos, la examinamos, reconstruimos los hechos, analizamos los filamentos y miasmas recogidos in situ y la mancha impresa sobre la pared resultó ser la sombra de un gato, como nos había parecido a simple vista
Imagen N. 1: El gato pasmado
Imagen N. 2 Humanoide de Iglesia, semejante al que debió ver el gato
Dice Baudelaire en Les chats que leurs reins féconds sont pleins d'étincelles magiques. Pues bien, estando el dueño de esta sombra adormilado un día al sol entre Casa Juanico y Portolés se llevó tal susto al ver salir de la iglesia colindante a un humanoide (Imagen N. 2) con una manchita blanca en el cuello que de lo rápido que saltó se quedó sin sombra. El extravío de la sombra es un fenómeno científico bien estudiado en el mundo animal. Y no sólo, porque hemos buscado documentación en internet y parece que los perfiles negros que tanto gustaban a los románticos alemanes no son recortes en papel, sino su sombra solidificada.
Imagen N. 3. La sombra negra de Hölderlin es alargada
En el caso de Hölderlin (Imagen N. 3), la comunidad poética carece de dudas al respecto, porque, además, la pérdida de su sombra se interpreta como un primer paso hacia su completa pérdida de la razón.
No se pierdan, además, los misteriosos grafitos que hay en el muro de enfrente, entre las citadas casas Juanico y Portolés, una de las cuales presenta a un hombre gato. (Imágenes N. 4 y 5)
Imagen N. 4 Hombre gato, visible sólo cuando quiere.
Imagen N. 5 La influencia del taller de Zush parece clara.
Por fin estamos en los bajos de Kassan, unos bloques de edificios que vistos con google earth hacen pensar en una inmensa colonia espacial. De cerca, resultan más bien feos, por grises y envejecidos. Sabíamos que la casa a la que íbamos tenía portero. Los dueños de la casa nos habían dejado las llaves del piso, pero no las del portal. “Hacia las ocho de la mañana, baja el portero, abre el portal y se va a limpiar la escalera dejando colgado un aviso en el que pone Empujar. “Eso es lo único que hay que hacer”, nos habían dicho. En efecto, el tipo, bastante mayor, apareció puntual, pero, en lugar de abrir y poner el cartelito, se marchó, quizá a un bar cercano. No supimos reaccionar, echar a correr para que nos dejara entrar. Estábamos haciendo bromas y cuando nos quisimos dar cuenta ya no se le veía por ningún sitio. Preferimos esperar un poco antes que llamar a otro piso para que nos abrieran. Sólo somos discretos aprendices de periodista intentando hacerse hueco, pero no a timbrazos a las ocho de la mañana. Al cabo de unos veinte minutos, reapareció el señor. Antes de entrar en la casa se acercó al árbol en cuyo alcorque había plantado un rosal blanco, lo miró de frente, apoyó una mano en el tronco y eructó. Le oímos decir: “Ahí queda eso”, como quien se jalea después de una muestra de vitalidad. No nos había visto o no habíamos llamado su atención. Mejor, a veces los porteros se ponen pesados, por más que les expliques que los dueños de la casa están advertidos.
El sigilo añade emoción a nuestro trabajo, entrar en una casa sin que nadie te vea, observar un hogar desahitado pero lleno de objetos te hace sentir algo especial. En el recibidor nos habían dejado un regalo de bienvenida (Imagen N. 6), aunque nos hubiera gustado más descubrir el disco a nosotros, rebuscando por la casa, investigando por los rincones.
Imagen N. 6 The teaser and the firecat. Al autor le ayudó
llamarse cat cuando cambió de religión. Llamándose dog hubiera sido peor acogido.
Manos a la obra, empezamos por el cuarto de la hija adolescente, al fondo del pasillo. Pero, qué sorpresa, al abrir la puerta descubrimos que la joven está acostada en su cama. Íbamos a retirarnos cuando nos dice: ¡daos prisa y no encendáis la luz, podéis hacer las fotos que queráis, yo estoy durmiendo! Dicho y hecho, porque además fue en este cuarto donde más imaginería gatuna encontramos.
En la mesita de noche hallamos este ejemplar de gato útil (Imagen N. 7). Su cola está destinada a ser depósito de anillos. Su precio no excede los 3 euros. Reúne todas las características de lo que se suele llamar un lindo gatito: expresión de bondadosa sorpresa, cascabel al cuello, delicadas manchitas en orejas, cola y hocico. Tras él aparece un curioso personaje que intenta llamar la atención desde el más allá. El gato parece remiso ante la requisitoria. Misterio, muerte y renacimiento (junto al esqueleto se puede observar un frasco de Flores de Bach rescue) están presentes en la escena. La profusión de detalles nos hizo pensar que la adolescente había preparado la escena.
Imagen N. 7
Hay gatos para todos los gustos y preferencias. Elegantes, ágiles, altivos, tiernos, ensimismados, autosuficientes, relimpios, salaces, amistosos, de alta cuna, de baja gama… Este que presentamos a continuación pertenece al grupo de los piratas, gatos de arrabal, buscapleitos vocacional, duro con casi todos, amoroso a su pesar.
Imagen N. 8
Las últimas dos piezas que pudimos fotografiar mientras la joven fingía dormir representan tendencias contrarias en la imaginería gatuna. Por un lado el objeto de diseño, fruto de un concienzudo trabajo destinado a engatusar al consumidor (Imagen N.9); por otro, el gatito que podría haber sido perrito o lorito, porque para sujetar el pelo valen hasta las lagartijas (Imagen N. 10).
Imagen N. 9 Imagen N. 10
¡Hasta otra!, dijo la dormida cuando intentábamos cerrar la puerta de su habitación sin hacer ruido. ¡Espero que hayáis dejado las cosas en desorden!, añadió a continuación.
En el salón no había gatos, pero puestos a rebuscar, que es uno de los placeres que nos procuran estos reportajes, encontramos la foto de este gran felino. No tiene nada que ver con nuestro proyecto de inventario de pequeños objetos, pero somos jóvenes e inexpertos periodistas a los que impresionan estas cosas (Imagen N.11). Además, la foto digital es casi gratis y totalmente banal a menudo.
Imagen N. 11. León Jumanji en un palacio Romano
Nuestros últimos dos gatos estaban en un cuarto de estudio. El gato rojo (Imagen N. 12) es un animal sensitivo. Ante cualquier recién llegado vibra y emite ruidos chinescos, pero permanece con el rostro impasible. Los otros tres pertenecen a una de esas imágenes nostálgicas del protodiseño liberty que tan de moda se han puesto. Su virtud es el precio irrisorio (Imagen N. 13).
Imagen N. 13 Imagen N. 12
Cuando ya estábamos a punto de irnos, nuestra fe gatuna sufrió un duro golpe que ha puesto a prueba nuestras creencias. Queremos seguir intentando hacernos hueco en la profesión, pero con reportajes sobre los cánidos, sobre cuya inferioridad en relación a los felinos no estamos tan convencidos. Juzguen Vds.
Imagen N. 14. Juzguen Vds.