viernes, 22 de julio de 2011

Muere Lucien Freud. Ficción y realidad. Mear para creer.

They haven’t got no noses,/The fallen sons of Eve...The brilliant smell of water,/The brave smell of a stone,/The smell of dew and thunder,/The old bones buried under,/Are things in which they blunder/And err, if left alone (Chesterton,The Song of Quoodle)

Con motivo de la muerte Lucien Freud vuelvo a publicar una entrada de marzo de 2010 dedicada a él a raíz de una exposición celebrada en el Centro Pompidou de París.

Casi en la esquina entre el paseo de Echegaray y Don Jaime, junto a la lonja de Zaragoza, hay un caballito con ruedas de bronce sobre el que a menudo la gente se hace fotos. Cuando mi perro era pequeño y lo vio por primera vez tuvo miedo y hasta que no se acercó para olerlo no se quedó tranquilo. También le pasó algo parecido con aquel falso oso greezly que pusieron durante una temporada a la puerta de las tiendas Natura. Y eso que a los perros, como a los humanos, suele bastarles con la vista para entender el mundo. Sin embargo, ante la mínima duda, confirman sus hipótesis con el olfato y después las sellan con una meada. Los humanos para asegurarnos de algo a menudo tocamos. Como dice el proverbio, ver para creer y para no errar, tocar, aunque en ocasiones, como, cuando, por ejemplo los alimentoso las situaciones huelen mal, también nos fiamos bastante de la nariz. El arte suele jugar con la ambigüedad de lo real, potenciando los estados intermedios en que no se sabe si algo es o no es lo que parece, como si la segmentación de la realidad que hacemos con el lenguaje tendiera a desaparecer en una especie de continuo y el perfil que diferencia un objeto de otro se difuminara. Es más, a veces el arte nos descubre la valencia oculta de las cosas, como ocurre con los objetos encontrados, los objets trouvés, que sin dejar de ser lo que se disuelven en ecos, reminiscencias, connotaciones. En este caso, es a través de la descontextualización de la obra como accedemos a otra verdad que se sitúa mas allá de la apariencia o de lo ordinario. Pero en la obra de L. Freud que aparece al final de esta entrada ocurre, en cierto sentido, lo contrario.

Lucian Freud Obit: British Painter Lucian Freud has diedFoto de L. Freud (Jane Brown). Galería de imágenes.

En Paris, en el Centro Pompidou se ha inaugurado una exposición de este pintor, nieto de Sigmund y uno de los pintores vivos más importantes del panorama internacional. Sus feos cuerpos desnudos resultan, a menudo nos conectan con el lado triste de la vida, con una una verdad que nos incomoda, la del deterioro, la de la carne que se reblandece y la de una vida que a medida que pasa el tiempo es cada vez más triste. Nada de caminos hacia la sabiduría, sino un lento y visible trayecto solitario, a menudo, hacia una vulgar muerte. O peor aún, como si siempre hubieran sido así, con una mezcla de indignidad, para quien vive en las apariencias, y de tenaz afirmación de sí mismos de su singularidad, sin estridencias, pero sin renunciar a sí mismos, un poco como los heroicos antihéroes de Coetzee. Muchos de los cuerpos retratados son gordos, pero no tienen nada que ver con esos muslos apretados y tersos de Botero, los de la alegría de la carnes. Se acercan más a las figuras de Rubens, pero pasadas por una especie de expresionismo existencialista (La chair est triste, hélas!…pero no hay dónde huir ni salvarse).

Es como si Freud quisiera sacar no lo mejor que hay en cada uno, ni siquiera una versión afable para el espectador, sino una verdad que desprecia toda vanidad, la verdad que podría unirnos a los demás si la aceptáramos y compartiéramos, pero contra la que luchamos a tortas, inútiles, por cierto. Y en L. Freud la verdad se viste de una irremediable flaccidez, trasunto del combate perdido, si es que lo hay, contra el tiempo. Estos retratos de Dorian Grey no salvan del desgaste a sus modelos, sino que lo registran sin piedad, aunque, por otro lado, en sus cuadros no son infrecuentes las parejas o los pequeños grupos solidarios de personas.

Queen Elizabeth II. 2001. Lucian Freud.

Dos desnudos y el famoso retrato que hizo a Isabel II.

Da la impresión de que en el Pompidou no han querido abrumar con la amarga verdad y han preferido mostrar otras cosas, entre ellas ingeniosidades como esta que copio de Libération:

freud

Photographie de Lucian Freud, Le Jardin du peintre avec Eli. © David Dawson, courtesy of Hazlitt Holland-Hibbert, Londres

Quizá sea mejor no saber si es una foto casual de un cuadro que está en un estudio o la escenificación de un proyecto sobre la verdad y la ficción. Lo cierto es que el perro supone una potenciación o explosión de realidad, un recuerdo velazquiano de que una cosa es la pintura de plantas y otra las plantas, aunque seguro que él también ha vacilado y, en el fondo, al mear ha dado marchamo de realidad al conjunto, más allá de este juego de espejos. Algo en la obra invita a seguir mirando, al ensimismamiento, aunque también hace que despierten las ganas de dar por vista la obra e ir a dar una vuelta, que es lo voy a hacer yo ahora si me decido a no volver a plantar la mirada sobre ella. Cuando vaya andando por la calle sé que seguiré desconcertado y en la misma medida, cuando mi perro levante la pata para marcar lo que otro perro ya había marcado, complacido, porque a mí lo que me gusta son estas realidades complejas, que uno no sabe por dónde coger, pero con un punto de fuga, un asidero, un fuerte aroma natural… Mon chien, mon semblable, mon frère.

martes, 19 de julio de 2011

Libros de autoayuda. Summertime love and sex: el esperado y devastador verano en pareja

Ansiolíticos. Parece verosímil que haya sido esa nueva ideología o religión del Pensamiento emocional y positivo, hija del secular y acrisolado anti-intelectualismo americano, la que ha lanzado a la opinión ese irresponsable principio de que "las crisis" -sin más determi-nación- abren las mayores posibilidades de cambio y de mejora. Aplicado a Haití no podría haber falacia más canalla, porque todo el mundo sabe perfectamente que el terremoto no será ocasión de nada, sino que, por el contrario, agravará tremendamente sus desgracias anteriores y perpetuará su perdición. Evidencias como esta son las que quieren borrar del horizonte los ansiolíticos occidentales del tipo "pensamiento positivo".

R. Sánchez Ferlosio, Pecios. No, si yo ya me iba, 28-3-2010, El País.

Lo maté porque en vez de comer rumiaba (M. Aub, Crímenes ejemplares).

Llega el verano y muchos, liberados de la bendita condena al trabajo, se encuentran de bruces a tiempo completo con sus cónyuges o parejas. La actividad en ese caso salva, el bricolaje ayuda, los largos paseos matutinos en soledad antes del desayuno contribuyen a relajar la mente preocupada, pero, al cabo, se imponen las largas horas de convivencia en espacios reducidos, en baños compartidos, en cocinas que como asiento tienen  incómodos taburetes de diseño de medio pelo, o en salones de 20 metros cuadrados con sofás de piel demasiado grandes, como para salones de verdad.  Y lo que había sido una convivencia light en invierno gracias a las largas jornadas de trabajo se hace problema, todo es objeto de escrutinio, de mejora, desde la temperatura del aire acondicionado hasta el estado de desgaste de los bañadores, la radio demasiado alta o el gazpacho demasiado caliente. Si, además, se parte hacia el mar, la montaña o el pueblo, hay que añadir a lo anterior las tensiones fruto de la conducción, el sol y las piscinas, la falta de sartenes adecuadas y la televisión única. Total, que al acabar el verano, como después de las Navidades, es cuando más parejas se separan, porque han llegado al punto de ebullición por contacto tras tantos días o semanas en compañía del otro, cuando no de su escolta familiar.

Encuentro en un blog la foto de un estante de Nueva York  dedicado a autoayuda emocional y sexual, análisis y detección de anomalías y comportamientos abusivos en la pareja. Hay casi de todo, desde estudios sobre el perdón radical o ensayos sobre la supuesta querencia masculina por las frescas, para decirlo finamente, hasta consejos sobre como tratar a los hombres tóxicos o un prontuario sobre el excitante uso del lenguaje cochino en la relación sexual. Lástima que la foto no permita leer la letra pequeña, porque seguramente es donde se encuentra lo más sabroso y donde incluso se propondrán soluciones para lo casi imposible, atravesar indemnes el tan deseado y largamente esperado devastador verano.

Alcune proposte in tema di “amore e sesso” della libreria Barnes&Noble di Union Square, New York.

imageimageimage

Fuente: http://stagliano.blogautore.repubblica.it/2011/07/15/lo-scaffale-di-amoresesso-in-america/?ref=HRERO-1

domingo, 17 de julio de 2011

Savater, 15 M, mastuerzos, ¿qué hacer?, refundar la socialdemocracia, i segreti della casta di Montecitorio

Unos de los leitmotiv de los indignados consistía o consiste en proclamar que nuestros políticos no nos representan. Savater, con sarcasmo, ha venido a decir, según entiendo yo, que el problema es que sí que nos representan y que soslayar este hecho  es fruto del desconocimiento de  nuestro sistema democrático y puede abocar a quienes apoyan esa idea, calificados por él como “mastuerzos”, a desmanes que acaben por alimentar las deficiencias del sistema que se intentaba criticar: "no seas majadero, el problema es que sí te representan y por eso debemos buscar a quien mejor nos represente".

La polémica me trae a la cabeza a esos muchachos que desilusionados por un padre mandón, pegón, maltratador o simplemente intransigente o criticón, dicen que “ese no es mi padre”, como los indignados dicen que los políticos no les representan.

Que el padre sí lo era se podría haber demostrado simplemente con el libro de familia, pero, además, se encarga generalmente de demostrarlo el tiempo, a través de rasgos físicos o actitudes que, queramos o no, van acentuándose. Pero en la negación del padre suele, sin embargo, haber un ideario implícito que pone en tela de juicio los valores que guiaban el comportamiento paterno. Hasta tal punto que el hijo llega a hacer de su vida un drama dedicado a negar los hechos y dichos de su progenitor.

Algo parecido ocurre con nuestros políticos. Que nos representan es algo cuyas consecuencias podemos observar a diario. También asistimos al espectáculo de esa representación a través los medios de comunicación. Y quien piense que es todo un montaje y las imágenes del parlamento están trucadas puede incluso solicitar una invitación a la tribuna de invitados.

Desde luego, otra cosa es decir que un padre no se comporta como debería de comportarse o que los políticos no nos representan como deberían de hacerlo, todo ello de acuerdo a una escala de valores de esos con los que la llamada educación para la ciudadanía tendría mucho que ver. Porque quien siente a su padre biológico como si ni siquiera lo fuera y quien desprecia al pelotón de los políticos como un homogéneo rebaño infectado, por lo menos en el caso de los indignados, suele hacerlo por despecho. Quizá, aquel “no nos falles” dirigido a un Zapatero recién elegido hace casi ocho años fuera un síntoma de lo que acabaría ocurriendo. Pero eso es otra cuestión. Lo que quiero poner de relieve es que una parte de tanta desilusión es la otra cara de la moneda de la ingenua ilusión de los años de bonanza, cuando tantos podían permitirse muchas cosas y decían me lo quedo alegremente. No puede ser que el sistema sea tan bueno cuando nos favorece y tan malo cuando cambian las tornas, porque entonces equivaldría a una partida de póquer.

Y si hay algo insoportable en una timba es que el que pierde se queje y el que gana se muestre demasiado contento.

Quizá Savater se mostraba tan indignado con los indignados, porque sabe que hay formaciones políticas que persiguen objetivos semejantes a algunos de los del 15 M y obtienen escaso porcentaje de votos, que él mismo lleva dando la cara muchos años por planteamientos que defienden la honestidad, la transparencia, la obligación de rendir cuentas y un recién indignado no tiene legitimidad para enmendarle la plana.

Sin embargo, es cierto que en los eslóganes, en buena parte de las propuestas, en muchos de los modos de actuación del 15 M, había verdad, salud, deseos de una sociedad más justa y libre. No creo que eso  pueda negarse y de ahí, seguramente, proviene la espontánea simpatía que el movimiento provocó en mucha gente. Lo que pasa es que una actitud ingenua, utópica, es fácil que pueda caer en la demagogia o en la simplificación excesiva. Un reciente blog y página de facebook de enorme éxito en Italia quizá sea un buen ejemplo de  ello. Un trabajador con contrato temporal despedido recientemente del parlamento está denunciando  los muchos privilegios de los diputados italianos, desde las cuantiosas partidas dedicadas a la salud bucal de sus señorías y familia hasta los descuentos en tarifas de móvil o en la compra de coches, algo que recuerda a lo que ocurrió en Inglaterra cuando se descubrió que los parlamentarios cargaban todo tipo de gastos personales a partidas públicas.

Y es que quien protesta, tarde o temprano debe plantearse a dónde conduce lo que plantea, y debajo de la indignación asoma la cabeza la gran cuestión del qué hacer, si considerar que el sistema no es válido y organizarse para erosionarlo o refundar la socialdemocracia siguiendo, por ejemplo, los planteamientos de uno de los autores que hacen parte de la biblioteca del  indignado ilustrado, Tony Judt, el autor de Algo va mal, recientemente reeditado en la colección de bolsillo de Taurus. En el primero de los dos casos, cuestionando las bases del sistema democrático capitalista, corremos el riesgo de volver a cagarla, como la cagaron estrepitosamente los regímenes socialistas de la Europa del Este. Habrá quien prefiera aquello a esto. Esto, sin duda, va mal para muchos y muy mal para demasiados, pero es que aquello no daba para más. En el segundo de los casos, el riesgo, casi la certidumbre, consiste en saber que seguramente las cosas mejorarán, pero también que, a causa del carácter cíclico de la economía capitalista y por ende de los epifenómenos ligados a ella, todo volverá a repetirse y que los jóvenes del 15 M serán padres de hijos de otro día y de otro mes moviditos del futuro. Entre tanto, bien está que andemos con ojo en las próximas elecciones, no vaya a ser que todavía empeore más la situación, aunque algunos pensarán que debe ser precisamente eso lo que pase antes del día de la lucha final. 

[Foto2697[4].jpg]

Nota: las fotografías que aparecen en segundo, tercer y cuarto lugar pertenecen al blog del Dep. de español para extranjeros de la E.O.I. de Zaragoza.