viernes, 7 de abril de 2017

Viaje a Francia en 2016. Tours y los castillos del Loira

Hace un año, guiados por Amalia Jarné y M. José Morte, un destacamento de alumnos y acompañantes partió con destino a los castillos del Loira y Tours. Cansados pero contentos volvieron a Zaragoza después de haber visto las maravillas que aparecen en estas fotos de Teo Félix, Pilar Giambanco y Sergio Gómez. Hoy han quedado expuestas en el vestíbulo de nuestra Escuela.

Fotos de Teo Félix:












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Fotos de Sergio Gómez:














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Pilar Giambanco:










miércoles, 5 de abril de 2017

¡Boicotea tú, que yo te me quiero cocalocamente!. Espinar, predicar con el mal ejemplo.



Son las frases adversativas restrictivas aquellas en las que el verbo dependiente expresa un obstáculo, impedimento u objeción insuficiente para que se realice la acción postulada por el verbo principal. Un ejemplo podría ser aunque puedo, no quiero. Resultan muy frecuentes estas frases, porque el ser humano es radicalmente adversativo. A causa de su conciencia y sus instintos, está condenado  a buscar la satisfacción superando obstáculos que no puede dejar de nombrar, ya sea para hacerse digno de encomio, ya sea para quejarse del peso de una fastidiosa realidad a la que a menudo debe sobreponerse.

La publicidad está llena de anuncios adversativos. Pertenece a ese subgénero todos los anuncios que intentan atraer al consumo de bienes de gama superior a la capacidad adquisitiva del sector de público al que dirigen. El apotegma paradigmático del subgénero podría ser el eslogan de una campaña, creo que de El Corte Inglés, que rezaba hasta la saciedad Te lo mereces, te lo mereces, te lo meceres, no muy distinta de esa otra que reza Quiéreteme, quiéreteme, quiéreteme. Se trata de invitar al consumidor a asumir que el objeto vale la pena, porque, aunque suponga un esfuerzo pecuniario, su compra está justificada. Sí,  la acción postulada por el verbo principal de nuestra civilización, a saber, tener (tener para ser), merece que se superen los peros gracias a las perras y a través de lo adquirido se adquiera el estatus deseado.

En el caso de Espinar, su actitud con respecto al consumo de Coca-Cola, no muy distinta de la que mantuvo en el asunto de la plusvalía(1) obtenida gracias a la venta de su vivienda de protección oficial, podría resumirse en el siguiente eslogan: Aunque promuevo un boicot al consumo, me lo desaplico doblemente a la hora de comer, porque me lo merezco: ¡Boicotea tú, que yo te me quiero cocacolamente!

Sabían los grandes pedagogos que la humanidad ha tenido que sólo con la acción se predica eficazmente. Barthes concretó la idea en ámbito literario: "No hay literatura sin una moral de la forma". Quizá el rasgo que unifique a las figuras de los pocos que reconocemos como grandes personajes es la coherencia radical entre los planteamientos y la acción, el esfuerzo en ser ellos los primeros en dar ejemplo con sus actos. Incluso la credibilidad de los mitos negativos, desde los genios del mal como Hitler o Stalin hasta brujos democráticos como Berlusconi, se basa en esa misma aparente coherencia, en ese caso negativa. Genio y figura hasta la sepultura. El puritanismo que se atribuye a la política americana y que ha truncado tantas prometedoras carreras, probablemente haya que leerlo en esos términos, no sólo como mero fruto de un apego melindroso por las apariencias.

Yo tiendo a ser tolerante, pero me resulta difícil serlo con quien con escasa castidad predica la exigencia no sólo de estricta legalidad, sino también de estricta moralidad, la cual incluye las cuestiones de estilo. Espinar, con esos dos cascos llenos de la bebida de cuyo consumo predica el boicoteo quizá haya hecho un favor a la compañía, pues viene a decirnos que se puede rogar a los dioses de la revolución y dar tragos azucarados. Vaya, que ha hecho un buen anuncio publicitario de subgénero adversativo, predico, pero tengo una debilidad, ay, qué calamidad, mi vida es un disgusto...

No ya Marx, sino el pobre Kant pasaría una mala noche en su tumba si entreabriera un ojillo y, a pesar de no llevar gafas, entreviera la escena, tan poco acorde con su imperativo. Envase grande, dos, con la comida, en público, qué mal gusto, qué poco estilo, que desagradable minucia, que bendito detalle, por otro lado, que diría Nabokov...
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(1) El diccionario de la Real Academia Española (RAE) se refiere con regusto marxista a la plusvalía como aumento del valor de un bien por motivos extrínsecos a él. 





domingo, 2 de abril de 2017

Muere Pániker, el teórico del retromasallá

Mi Pániker es el de las memorias, una mezcla de burgués liberal teñido de toques de jipi acomodado (¡Qué magnífica Menorca la que describe en sus memorias!) con afanes de comprender la complejidad del hombre e ínfulas mistico sensuales. Un tipo bien interesante que hizo un gran negocio, un golpe, esa idea genial, hacerse rico de una vez para siempre, como en tantas películas. Pániker, o Panikkar, como se hacía llamar su hermano, quién pudiera llamarse así, una mezcla de inglés utilitarista,  indio catalán y libido latina (¿Por qué no se me olvida en encuentro con la escritora pelirroja, amiga de escritores?).
Pero mi Pániker es también el anciano de los cuadernos amarillos, al que no se le apaga el deseo, pero lo quiere trascender, quizá como vínculo con un retromasallá que sentía latir cada vez con más fuerza. Es ahí, donde yo, ateo irredento, me interesé por esas puertas entreabiertas que describe hacia la trascendencia, cómoda, eso sí, desde su chalet barcelonés. Un hombre, en fin, de otra época, de otra clase, de otra cultura, de otra pasta, pero en cierto sentido, un semejante que decía aquello de retroponme la mano ahí, JX.

He aquí unas cosas suyas sobre la religión a la carta, la automedicación espiritual:





Dicho de otro modo: la divinidad tiene poco que ver con Dios. Hoy comprendemos que en términos histórico-culturales el fundamentalismo monoteísta –con todos sus anexos: Verdad, Belleza, Bien, los grandes términos en mayúsculas…los monstruos de la razón construidos para atajar la provisionalidad y la incertidumbre- el fundamentalismo monoteísta, digo, es responsable de toda la intolerancia fanática que ha emponzoñado el mundo. (Paniker, ibid, pág 57).
Pues bien, uno sigue sintiendo en lo más hondo esta exigencia de fe, esta necesidad de confiar en algo. No es que uno crea que la vida tenga sentido, pero uno siente la necesidad de poder abandonarse. (Paniker, ibid, pág. 152).
 Pániker, Salvador, Cuaderno amarillo, Barcelona, Plaza y Janés, 2000, págs. 153-54.



(Siempre, que bien poca cosa es, salvo para mí, recordaré al mismísimo A. García Calvo entrar en clase de latín, al poco de volver de su exilio parisino, y ponerse a recitar a F. Luis de León, Te vas pastor y nos dejas…. Debía ser el día de la ascensión o asunción, no sé, que esas cosas me interesan poco, aunque, la verdad, en términos castizos, la diferencia entre una y otra equivale a ir en taxi o ser taxista de uno mismo, que no es poco. También recuerdo la enorme penitencia de mi primera y última confesión, diez credos y diez ave marías. Quizá el sentimiento de culpa me hizo magnificar el dictamen del cura. Salí del confesionario dudando si había dicho seis, diez o dieciséis. Opté por el término medio. Como para pedir aclaraciones. Era un niño. Mundos inhabitables). J. Brox


Zaragoza, tienda de moda cerca de la calle Alfonso.


Your own personal Jesus
someone to hear your prayerssomeone who cares
your own personal Jesus


someone to hear your prayers
someone who´s there

Gran Vía toxic (Amid.cero9). Foto de la exposición Laboratorio Gran Vía.