El MOMA expone una selección de más de 200 fotos hechas por 120 mujeres en alrededor de 170 años de historia de la fotografia. Entre las fotógrafas se encuentran las siguientes: Diane Arbus, Berenice Abbott, Claude Cahun, Imogen Cunningham, Rineke Dijkstra, Florence Henri, Roni Horn, Nan Goldin, Helen Levitt, Lisette Model, Lucia Moholy, Tina Modotti, Cindy Sherman, Kiki Smith, and Carrie Mae Weems. He aquí algunas de las más antiguas -otras en el enlace anterior y en The Independent.
Julia Margaret Cameron (British, 1815-1879)
Untitled, c. 1867 - Albumen silver print - 13 3/16 x 11" (33.5 x 27.9 cm). The Museum of Modern Art, New York. Gift of Shirley C. Burden
Gertrude Käsebier (American, 1852-1934)
Blessed Art Thou Among Women, 1899
Platinum print, 9 3/8 x 5 5/8" (23.8 x 14.3 cm)
The Museum of Modern Art, New York. Gift of Mrs. Hermine M. Turner
Gertrude Käsebier (American, 1852-1934)
The Manger, 1899 - Platinum print, 12 13/16 x 9 5/8" (32.5 x 24.4 cm). The Museum of Modern Art, New York. Gift of Mrs. Hermine M. Turner.
Resulta natural preguntarse si existe una fotografía de género, si la condición fenenina puede dotar a la producción fotográfica de rasgos diferenciadores. Supongo que es muy difícil responder a la pregunta en términos esencialistas , como lo es, salvo obviedades, distinguir lo masculino de lo femenino. Lo cierto es que, sin embargo, la comunidad de condicionamientos historicosociales que se pueden producir sobre el colectivo de las mujeres puede haber marcado un tipo de producción, dándole un sesgo particular. Quién sabe. Si uno pudiera permitirse dar un garbeo por el MOMA no podría dejar de preguntarse por el sentido de la exposición, algo que si existe debe saltar a la vista. Lo cierto es que me siento comprometido por algunas de estas instantáneas, por su densidad de significado, hasta tal punto que provocan en mí una suerte de recato, como ganas de preguntar a las retratadas si les importa que vea las fotos. Algo debe tener que ver eso con la famosa aura benjaminiana:
Coetzee sobre Benjamin sobre el aura:
Un fragmento del texto de Coetzee (Las maravillas de Walter Benjamin), que puede leerse por entero en el enlace anterior:
Benjamin habla primero del aura en su Pequeña historia de la fotografía (1931), donde intenta explicar por qué (en su opinión) los primeros retratos realizados por la fotografía –los incunables de la fotografía, por así decirlo– tienen aura, mientras que las fotografías de una generación posterior la han perdido. En La obra de arte... la noción de aura se ha ampliado bastante imprudentemente de las antiguas fotografías a las obras de arte en general. El final del aura, afirma Benjamin, estará más que compensado por las capacidades emancipadoras de las nuevas tecnologías de la reproducción. El cine sustituirá al arte áureo.
Incluso a los amigos de Benjamin les resultaba difícil comprender el significado del aura. Brecht, a quien Benjamin expuso el concepto durante las largas visitas que hacía al primero en su casa de Dinamarca, escribe lo siguiente en su diario: «[Benjamin] dice: cuando sientes la mirada de alguien fija en ti, incluso a tu espalda, respondes(!). La idea de que todo lo que miras te mira crea el aura... todo muy místico, a pesar de sus actitudes antimísticas. ¡Esta es la forma en la que se adapta el planteamiento materialista de la historia! Resulta horroroso». Otros amigos no fueron más alentadores.
A lo largo de la década de 1930, Benjamin luchó por presentar una definición aceptablemente materialista del aura y de su pérdida. El cine es post–áureo, dice, porque, al ser la cámara un instrumento, no es capaz de ver. (Un argumento cuestionable: está claro que los actores responden a la cámara como si los estuviese mirando). En una revisión posterior, Benjamin sugiere que el fin del aura se puede remontar a ese momento de la historia en el que las multitudes urbanas se hacen tan densas que las personas, los viandantes, ya no devuelven las miradas de los demás. En el Proyecto de los pasajes incluye la pérdida del aura como parte de una evolución histórica más amplia: la generalización de la conciencia desencantada de que la unicidad, incluida la unicidad de la obra de arte tradicional, se ha convertido en una mercancía cualquiera. La industria de la moda, dedicada a la fabricación de obras de artesanía «creaciones» pensadas para ser reproducidas a gran escala, es la que marca el camino aquí.
Título: Mecanismos internos | Autor: J.M. COETZEE | Traductor: Eduardo Adrian Hojman | Editorial: Mondadori | PVP: 19,90 € | Páginas: 336
Título original:
Inner Workings: Literary Essays 2000-2005 (2007)
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