sábado, 13 de marzo de 2010

Rincón de los reportajes. Crónica disparatada de una hermosa sesión de ikebana.

(Texto de Melmotha Brox, desde su casa, y fotos de Ricardo Duerto, miembro del grupo D)
Sakimichite/Koreyori tsubaki/Kitana kere (Takahama Kyooshi)
(La camelia,/plenamente florecida,/es ya fea)

grupomujeres
Con lo más granado del Gotha políglota europeo se celebró en los salones nobles de la E.O.I1Z una sesión de ikebana, flor viva, presidida por la emperatriz Sonoko, venida directamente desde su residencia de invierno en Zaragoza.
Los participantes pertenecían todos ellos a prestigiosos departamentos en los que se ejerce a diario el magisterio en el arte del buen enseñar y, a ratos, mal vivir.
Imagen016La mayor parte de las princesas participantes iban ataviadas de manera muy discreta, aunque, eso sí, a tono con las flores que, poco después, les servirían para confeccionar sus ramos de viva flor. Cabe solo destacar una magnífica blusa atigrada, en disonancia con el carácter de la portadora, y, por su espectacularidad, una preciosa falda gris de lana, ornada con unos alamares que a fuer de bien confeccionados parecían arabescos. No les digo quién la llevaba, porque sé que nuestras lectoras ya lo habrán adivinado. También deslumbraban unos jeans de los que quitan el hipo, primero a quien se los tiene que poner, porque debe contener la respiración, y después a los que tienen el gusto de ver cómo lucen por los anchos pasillos de nuestra demora.
ricandpi
Foto: Zánganos junto a la abeja reina.
Entre los varones presentes en el acto, se contaban dos representantes de la rama zángana del Dpto. de español peninsular, uno de ellos venido para la ocasión desde su prolongado retiro especulativo en una dacha junto a la Huerva. El otro, y entro ya en el detalle de la reunión, fingió durante toda la sesión de bana ike (tanto monta, monta tanto)que estaba obligado a ausentarse por un compromiso ineludible. Se dice en los altos mentideros que es habitual en su familia desde hace hace más de diez siglos esa inclinación a excusar su presencia en el mejor momento de cada ocasión y con el motivo más peregrino. Si no supiéramos que, en realidad, lo hace para cumplir con sus innumerables compromisos benéficos y osteopáticos, pensaríamos que le disgusta el prolongado trato humano. Disculpas como la de tener que ir a recoger el carrito que había dejado en la frutería son casi una falta de respeto para sus colegas. En especial, porque sabemos de su inveterado aborrecimiento de la fruta. Sin embargo, no nos privó, por fortuna, de su presencia hasta después de que la emperatriz Sonoko hubiera alterado completamente la disposición, el tamaño, y, por qué no decirlo, el sentido filosófico profundo de su composición floral. Un par de toques sirvieron para japonesizar lo que él había hecho desde su madrileñismo.
andrescorrigeFoto: Bajo la atenta mirada de Sonoko y de María Victorovna, que dibuja misteriosos gestos con los dedos, Andrés rehace por completo su obra.
Quizá por ello, por un prurito de orgullo tan contrario a la disolución del yo que pretende el ikebana básico, el interfecto no quiso llevarse a casa las flores con las que había perpetrado su intento de atentado ikebánico y, muy finamente, se marchó diciendo que se contentaba con el grato recuerdo de nuestra compañía.


diagramasoloEl ikebana básico, que es el que hemos practicado, se resume en una fórmula matemática que aparentemente resulta de fácil compresión si se lee sobre una pizarra blanca. Su trasunto práctico, sin embargo, no es tan sencillo, ya sea por la terminología, ya por la impericia de los alumnos, tan poco acostumbrados al trabajo físico.



otrodedosQué delicia contemplar cómo manos tan poco dadas a eso que los trabajadores manuales llamar “hacer fuerza” se aplicaban una y otra vez a cortar tallos, pincharlos en un peligroso arnés cuyo nombre es kenzan, después volverlos a cortar, inclinarlos 45 grados, tal vez corregir otros 9 o 10 grados, para finalmente intentar en vano extraerlos del mordisco de pitbull del arnés.
platotijeras











Foto: Utensilios básicos. A ellos debe añadirse el kenzan, soporte para los tallos
Por cierto, al final de la sesión, algunos de los participantes adquirieron al precio de 20 euros ejemplares de dicho instrumento. Esta periodista fue testigo de cómo ante la pregunta sobre la utilidad que iban a darle, pocos segundo después de haber efectuado el pago no supieron qué contestar.
dedosFoto: Con le mani sbucci le cipolle,
me le sento addosso sulla pelle,
e accarezzi il gatto con le mani,
emperatriz
con le mani, se vuoi, puoi dirmi di si. (Zucchero Fornaciari)maninimani
Foto: La delicadeza en el trato del material delata al buen profesor. Todos los cortes deben hacerse en contacto con el agua, de ahí la profusión de vasos blancos.
manos
calva
Foto: Otro de los participantes, de espaldas. En su coronilla está cultivando un espacio despoblado para una cresta como la de esta obra de ikebana creativo:
estilbre
Foto: He aquí algunos resultados de la sesión y restos de la batalla:
Imagen024centroconrestos centross centroikebana

4 comentarios:

  1. ¡Cuánto arte y cuánto artista junto, por Dios! Sobre todo en la parte zángana de la mesa. Algo más que fruta habría en el carrito para abandonar a una emperatriz así como así.

    Esto de los tallos sobornados y la urgencia por recoger una mercancía me huele a tráfico extraño...

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  2. Crónica fidedigna y sabrosona. Palabra de una de las princesas del Reino de las Lenguas que participó en tan singular y espiritual evento, a pesar de que no llegó a ser tan místico como prometía debido al incesante zumbido de los zánganos. Pero les otorgamos el perdón ya que, con su revolotear, animaron el ritual nipón, haciéndolo más español, más nuestro, y arrancaron algunas risas a las laboriosas princesas, concentradas en dar con los grados exactos de ramas y rosas y en pinchar la flor en el kenzan sin llegar a pincharse los dedos.

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  3. A mí también me gustó mucho, pero me pareció dificilísimo. Le de la coronilla va por lo bien que quedaría la cresta en la zona despoblada.

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  4. Ya lo hábimos pillado. La verdad es que lucirías muy lindo.
    Desde aquí también mi agradecimiento a nuestra paciente profesora, Sonoko, que nos hizo pasar unas horas diferentes, amables y relajantes con sus enseñanzas de este arte floral

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