Ni cadenas ni de dónde tirar. Pero está bien claro que se trata de que los miembros de la casa, en especial los masculinos, que tanto apego muestran a veces por sus pises y cacas, quizá como rémora de un estadio infantil no superado, asuman su despedida inmediata.
En otro orden de cosas, el infinitivo tirar es un ejemplo más de hasta qué punto sería redicho haber escrito tirad, aunque quizá hubiese estado más cerca del objetivo último, que no es otro que el de decir tira de la cadena.
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