Sabed que a la diestra mano de las Indias existe una isla llamada California muy cerca de un costado del Paraíso Terrenal; y estaba poblada por mujeres negras, sin que existiera allí un hombre, pues vivían a la manera de las amazonas. Eran de bellos y robustos cuerpos, fogoso valor y gran fuerza. Su isla era la más fuerte de todo el mundo, con sus escarpados farallones y sus pétreas costas. Sus armas eran todas de oro y del mismo metal eran los arneses de las bestias salvajes que ellas acostumbraban domar para montarlas, porque en toda la isla no había otro metal que el oro.
Las sergas de Esplandián (Garci Rodríguez de Montalvo).
Foto ©Exclusivepix/IBERPRESS
En medio de esta terrible agitación de ánimo, no podía por menos de pensar en Liliput, cuyos habitantes me miraban como el mayor prodigio que nunca se viera en el mundo, donde yo había podido llevarme de la mano una flota imperial y realizar aquellas otras hazañas que serán recordadas por siempre en las crónicas de aquel imperio y que la posteridad se resistirá a creer, aunque atestiguadas por millones de sus antecesores. Reflexionaba yo en la mortificación que para mí debía representar aparecer tan insignificante en esta nación como un simple liliputiense aparecería entre nosotros; pero ésta pensaba que había de ser la última de mis desdichas, pues si se ha observado en las humanas criaturas que su salvajismo y crueldad están en proporción de su corpulencia, ¿qué podía yo esperar sino ser engullido por el primero de aquellos enormes bárbaros que acertase a atraparme?
Indudablemente los filósofos están en lo cierto cuando nos dicen que nada es grande ni pequeño sino por comparación. Pudiera cumplir a la suerte que los liliputienses encontrasen alguna nación cuyos pobladores fuesen tan diminutos respecto de ellos como ellos respecto de nosotros. ¿Y quién sabe si aun esta enorme raza de mortales será igualmente aventajada en alguna distante región del mundo ignorada por nosotros todavía?
Swift, Jonathan, Los viajes de Gulliver, Pre-textos, 2009, p, 131.
No hay comentarios:
Publicar un comentario