viernes, 5 de octubre de 2012

Gulliver en los bosques del condado de Humboldt (California), entre 1880 y 1920

 

Sabed que a la diestra mano de las Indias existe una isla llamada California muy cerca de un costado del Paraíso Terrenal; y estaba poblada por mujeres negras, sin que existiera allí un hombre, pues vivían a la manera de las amazonas. Eran de bellos y robustos cuerpos, fogoso valor y gran fuerza. Su isla era la más fuerte de todo el mundo, con sus escarpados farallones y sus pétreas costas. Sus armas eran todas de oro y del mismo metal eran los arneses de las bestias salvajes que ellas acostumbraban domar para montarlas, porque en toda la isla no había otro metal que el oro.

Las sergas de Esplandián (Garci Rodríguez de Montalvo).

 

Fuente de las fotos

Foto ©Exclusivepix/IBERPRESS

Taglialegna anni '20: la sfida degli uomini contro la natura

 

Taglialegna anni '20: la sfida degli uomini contro la natura

 

Taglialegna anni '20: la sfida degli uomini contro la natura

 

Taglialegna anni '20: la sfida degli uomini contro la natura

En medio de esta terrible agitación de ánimo, no  podía por  menos de pensar en Liliput, cuyos habitantes me miraban  como el  mayor prodigio que nunca se viera en el mundo, donde yo  había podido  llevarme de la mano una flota imperial y realizar aquellas otras hazañas que serán recordadas por siempre en las crónicas  de aquel imperio y que la posteridad se resistirá a creer, aunque atestiguadas por millones de sus antecesores. Reflexionaba  yo  en la  mortificación que para  mí debía  representar  aparecer  tan insignificante   en  esta  nación  como  un  simple  liliputiense aparecería entre nosotros; pero ésta pensaba que había de  ser  la última  de  mis desdichas, pues si se ha observado en las  humanas criaturas que su salvajismo y crueldad están en proporción  de  su corpulencia,  ¿qué  podía yo esperar sino  ser  engullido  por  el primero  de  aquellos enormes bárbaros que acertase  a  atraparme?
Indudablemente los filósofos están en lo cierto cuando nos dicen que nada es grande ni pequeño sino por comparación. Pudiera cumplir a la suerte que los liliputienses encontrasen alguna nación cuyos pobladores fuesen tan diminutos respecto de ellos como ellos respecto de nosotros. ¿Y quién sabe si aun esta enorme raza de mortales será igualmente aventajada en alguna distante región del mundo ignorada por nosotros todavía?

Swift, Jonathan, Los viajes de Gulliver, Pre-textos, 2009, p, 131.

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