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La plaza del mercado vacía, Súzdal / Пустая рыночная площадь в Суздале
…
Mi casa ya vacía para siempre.
Y dicen que más estrechamente ya no es posible unirse
Y que más irreversiblemente ya no se puede amar...
Como la sombra quiere separarse del cuerpo,
Como la carne quiere separarse del alma,
Así deseo yo que me olvidéis vosotros.
Para muchos, Ana Ajmátova (1899-1966). Versión de María Teresa León
El montón de nieve / СУГРОБ
Se ha ido. Ya no como...
Se ha ido. Ya no como:
quedó sin gusto el pan.
Se ha ido - todo es tiza
si lo llego a tocar.
...Para mí, era el pan,
era la nieve;
ya la nieve no es blanca,
el pan no sabe a nada.
Marina Tsvetáieva (1892-1941). Versión de Severo Sarduy
Una foto antigua con tradiciones no tan antiguas: la ciudad de Ivánovo, capital de la industria textil rusa, aún hoy es conocida como «la ciudad de las novias» / Старая фотография девушки из Иваново, города,издавна являющегося текстильной столицей России, который и сегодня известен как «город невест»
Aquella que cose el ajuar de una novia rejuvenece
(Proverbio ruso)
Iglesia de la Transfiguración, Museo de la Arquitectura de Madera, Súzdal / Преображенская церковь в музее деревянного зодчества, г. Суздаль
—A principios de 1812—contó Burmín—, me dirigía a toda prisa a Vilna, donde se encontraba nuestro regimiento. Al llegar ya entrada la noche a una estación de postas, mandé enganchar cuanto antes los caballos, cuando de pronto se levantó una terrible ventisca, y el jefe de postas y los cocheros me aconsejaron esperar. Les hice caso, pero un inexplicable desasosiego se apoderó de mí; parecía como si alguien no parara de empujarme. Mientras tanto la tempestad no amainaba, no pude aguantar más y mandé enganchar de nuevo y me puse en camino en medio de la tormenta. Al cochero se le ocurrió seguir el río, lo que debía acortarnos el viaje en tres verstas. Las orillas estaban cubiertas de nieve: el cochero pasó de largo el lugar donde debíamos retomar el camino, y de este modo nos encontramos en un paraje desconocido. La tormenta no amainaba; vi una lucecita y mandé que nos dirigiéramos hacia ella. Llegamos a una aldea: en la iglesia de madera había luz. La iglesia estaba abierta, tras la valla se veían varios trineos: por el atrio iba y venía gente.
Pushkin, A. La tempestad de nieve.
Iglesia de Hodigitria, interior del Kremlin de Rostov / Церковь Одигитрии, Ростовский Кремль
… Nuestro abuelo, el padre de nuestro padre la llevó en todas las guerras… –prosiguió la muchacha, sin sacar el objeto. Entonces, ¿me lo prometes?
- Desde luego, ¿de qué se trata?
- André, te bendigo con esta imagen, y tú prométeme que no te la quitarás nunca. ¿Me lo prometes?
- Siempre que no pese dos puds y no me doble el cuello… Por darte el gusto… –dijo el príncipe
…Contra tu voluntad, te salvará, y te hará volver a Él, porque solo en Él están la verdad y el consuelo –exclamó María con voz temblorosa por la emoción, sosteniendo con ambas manos y en actitud solemne ante su hermano, una antigua imagen ovalada del Salvador, de rostro ennegrecido.
Tolstoi, León, Guerra y paz, Alianza editorial, 2009, p, 164.
Decoración de una estufa de azulejos / Украшение голландской печи
Rasumikhine enrojeció ante estas ideas. Y, de pronto, como hecho adrede, se acordó de que la noche pasada había dicho en el rellano de la escalera que la patrona tendría celos de Avdotia Romanovna... Este pensamiento le resultó tan intolerable, que dio un fuerte puñetazo en la estufa de la cocina. Tan violento fue el golpe, que se hizo daño en la mano y arrancó un ladrillo.
Dostoievski, F., Crimen y Castigo, pág.197
Torre vigía de los bomberos en Kostromá, s. XIX (monumento protegido por la Unesco) / Пожарная каланча в г. Кострома, XIX век(Памятник ЮНЕСКО)
Bomberos rusos, tricampeones mundiales de rescate en incendio
Rusia ha triunfado, por tercera vez consecutiva, en el campeonato mundial de rescate en incendio, celebrado en esta nueva ocasión en Cottbus, Alemania. Los efectivos del Ministerio de Emergencias ruso han vuelto a demostrar que no tienen parangón en esta disciplina a escala mundial.
Jugando con la nieve en la MGU (Universidad de Moscú) / Играем в снежки напротив МГУ (Московский государственный университет. Весело!
“Si 1989 significó (fecha de la caída de los regímenes del llamado socialismo real en Europa del este) un redescubrimiento de la libertad, ¿qué límites estamos dispuestos a ponerle? Incluso en las sociedades más "amantes de la libertad" se le imponen restricciones. Pero si aceptamos algunas limitaciones -como hacemos siempre-, ¿por qué no otras? ¿Por qué estamos tan seguros de que cierta medida de planificación o la tributación progresiva o la propiedad colectiva de los bienes públicos son restricciones intolerables de la libertad, mientras que las cámaras de circuito cerrado, los rescates estatales de bancos de inversión "demasiado grandes para dejarlos caer", las escuchas telefónicas y las costosas guerras en otros países son cargas aceptables que la gente debe soportar?
Quizá haya buenas respuestas a estas preguntas, pero si no las planteamos, ¿cómo las vamos a saber? Tenemos que redescubrir cómo hablamos sobre el cambio: cómo imaginar formas muy diferentes de organización, libres de la peligrosa salmodia de la "revolución". Debemos distinguir mejor que algunos de nuestros predecesores entre fines deseables y medios inaceptables. Como mínimo, deberíamos tener muy presente la advertencia de Keynes sobre esta cuestión: "No basta con que el estado de cosas que queremos promover sea mejor que el que le precedió; ha de mejorar lo suficiente como para que compense los males de la transición.
No obstante, tras reconocer y asumir todas esas consideraciones, debemos mirar hacia delante: ¿qué queremos y por qué lo queremos? Como sugiere la actual ruina de la izquierda, las respuestas no son evidentes. Pero, ¿qué alternativa tenemos? No podemos dejar el pasado a nuestras espaldas y limitarnos a cruzar los dedos: sabemos por experiencia que la política, como la naturaleza, aborrece el vacío. Después de veinte años desperdiciados, ha llegado el momento de comenzar de nuevo. ¿Qué hacer?"
Judt, Tony, Algo va mal, trad. Belén Urrutia, Taurus, 2011, p, 147
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