sábado, 14 de enero de 2012

Turner en Italia: “Lo bello es el comienzo de lo terrible que todavía podemos soportar” (Rilke)



Il naufragio della Costa Concordia


Il naufragio della Costa Concordia






Il naufragio della Costa Concordia


Nafragios (Fuente)

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Trías, Eugenio, Lo bello y lo siniestro, Seix Barral, 1982. Reedición en bolsillo actualizada por V. Verdú, en Debolsillo, 2011.
“De pronto sucedió lo que se presentía y temía, un aguacero, un chaparrón, truenos, relámpagos, al tiempo que la luz se oscurecía y la diligencia zarandeaba a sus huéspedes, que se cuidaron de ajustar las ventanillas y las cortinas para no sufrir las intemperancias del viento huracanado y de la lluvia. Y he aquí que el viejo huésped que compartía con la dama distinguida, frente a frente, el mismo camarote, pidiendo disculpas por adelantado, levantose, abrió su ventanilla, sacó la cabeza, el cuello y medio tronco a la intemperie, permaneciendo estático y rígido en esa difícil posición, medio cuerpo fuera, desafiando el balanceo del vehículo y las inclemencias del temporal. Con estupor apenas disimulado, la vieja no alcanzaba a comprender qué hiciera el buen viejo medio loco tanto tiempo en esa extraña posición. Una hora aproximadamente estuvo el viejo en ésas hasta que salió de su pasmada contemplación y, chorreando por todas partes, volvió a tomar asiento, excusándose de nuevo por tan inaudito proceder. Al fin la tímida mujer se decidió a preguntarle qué era lo que tan afanosamente buscaba o simplemente miraba. y el viejo le contestó que “había visto cosas maravillosas y nunca vistas”. Picada de la curiosidad la dama entreabrió la ventanilla, asomó la cabeza, hasta que, perdiendo toda resistencia, se asomó con generosidad. El viejo le había sugerido: “debe, eso sí, mantener muy abiertos los ojos”. Repitió la hazaña del viejo estrafalario y a fe que fueron paisajes imposibles lo que se cruzaron por sus ojos bien abiertos”.

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