Cada vez que me monto en unas escaleras mecánicas estropeadas me ocurre lo mismo. Da igual que me dé cuenta de que no funcionan después de haber dado el primer paso o que vea desde lejos que no se mueven. La experiencia es incluso más descorazonadora cuando voy prevenido, porque si la sensación que experimento cuando no me he dado cuenta de que la scala mobile no se movía antes de entrar en ella la atribuyo a la fuerza de la rutina, la que siento cuando voy prevenido la asocio a la neurosis. Lo que me pasa, en pocas palabras, es que siempre tengo la impresión de que la escalera se mueve y me veo obligado a ejecutar las mismas maniobras de reequilibrado que cuando funciona. Hasta de echar mano a la cinta tengo necesidad. No me quiero enrollar en la comparación con la neurosis, pero imagínense a un niño que siempre ha estado en contacto con una persona que respondía mal a sus peticiones y, si les pasa lo que a mí cuando entran en una escalera mecánica parada, piensen en cómo debe tender a sentirse ese niño antes de pedir algo a cualquiera. Si algunas neurosis implican una mala experiencia rutinaria de la rutina hace falta la repetición y no sólo una escena fundacional, hay que recordar que lo peor de esas experiencias que nos impiden gozar de la realidad, porque interfieren como pantallas mediadoras, al igual que, por ejemplo, los prejuicios, en nuestra manera de vivir las cosas. Si uno está convencido, pongamos por caso, para seguir con el tema de la movilidad, de que la donna è mobile, es pobable que le pase algo parecido a lo que me ocurre a mi con las escaleras mecánicas.
Guardian publica una serie de fotos de partidos de fútbol jugados sobre la nieve. Me pregunto cuánto tardarán los jugadores en adaptarse a la nueva superficie tan, tan distinta de la habitual y sobre todo si serán capaces de aceptar el reto como una nueva experiencia, en algunos momentos más grata quizá que la de jugar sobre la hierba, seca o mojada. Claro, que el tipo de tacos utilizados tenderá a neutralizar la novedad, a normalizar la experiencia de lo nuevo, a acercarla a la odiosa o bendita rutina, según se mire.
January 1926: The players and referee shiver on a snow-covered pitch at the start of the match between Arsenal and Manchester United. Photograph: HF Davis/Getty.
January 1963: A Tottenham fan sweeps the snow from the lines prior to their FA Cup defeat to Burnley. Photograph: Popperfoto/Getty Images.
January 1963: Policemen and ambulancemen sit on the touchline at White Hart Lane during the same game. Photograph: Fox Photos/Getty Images.
February 1986: Brighton and Peterborough do battle in the snow in the FA Cup fifth round. Photograph: Eamonn McCabe
December 2010: The game at Portman Road was completed, despite the players having to go off for 15 minutes in the second half. Photograph: Andrew Couldridge/Action Images
February 2010: Bolton goalkeeper Jussi Jaaskelainen looks to the heavens as the snow falls. Photograph: Barry Coombs/Empics Sport
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