PEOPLE IN COMBAT
Men lined up,
Among the sobs of mothers and wives,
Ready to set off.
It was the grey time.
It wasn’t time for poems and butterflies,
There was plenty of time yet
For daisies and poppies...
The rain passed, the wind passed
And ears greeted the Sun,
Rivers dried up.
New songs were listened,
And men, some men, returned.
And my night wasn’t Moon any more,
And our singing wasn’t Flower,
Even though those children’s games
Used to made us to smile
hadah
jueves, 12 de noviembre de 2009
Aquí te envío otra co-silla (para sentarse en compañía), pequeño Sombrerero Loco. ¡Feliz día de no cumpleaños!
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La niña emo, la parada
ResponderEliminarEra ayer por la tarde y, entre definición y definición de “documento” de la Ley de Patrimonio Histórico Español y de la ley de Archivos de Aragón, y alegremente acompañada del bullicio amortiguado que llegaba de otra habitación, donde tres niños de ochos años jugaban despreocupados, mi mente, irremediablemente, voló lejos, aunque tampoco demasiado: tan sólo hasta la parada del 24, mi parada de vuelta a casa, nuestra parada.
Allí estaba ella ayer por la mañana: en el suelo, sobre la calzada. Lástima que, exactamente en el momento en que se dejó notar, el autobús se aproximaba a toda velocidad y, como yo no quise ser arrollada –pues me quedan muchas cosas por hacer en este mundo y a casa tenía que volver para hacer la comida-, la tuve que abandonar nuevamente a su suerte.
¿Qué es lo siguiente que hubiera pasado en caso de haberla recogido? ¿La habría perdido de nuevo y entonces, habría caído en otras manos?- me pregunto. ¿O tal vez a estas horas alguien la haya recogido ya y esté en otras manos? ¿Quién sabe en qué manos, qué vida pasada, presente y futura tienen esas manos? ¡Quién sabe!- me respondo.
Hablo de una simple pegatina, la pegatina que el otro día la pequeña Silvia me regalara en el patio del cole para Zoe, que ya ha pasado al instituto porque se está haciendo una mujercita, es decir una terrible preadolescente con granos en la frente. La niña Silvia, como decía, alumna de tercero de primaria y compañera del pequeño Darío, quiso donar generosamente una pequeña parte de su tesoro, de su bonito álbum de pegatinas, así que, muy decidida, tal como es ella, me dejó elegir una. Yo, haciendo lo propio, tomé la que pensé gustaría más a Zoe. Era la cabecita de una niña “emo”*, o sea una niña de negro y gris, con un lacito rosa en el pelo, ¡una auténtica monada!
Parece una soberana tontería, pero pondría la mano en el fuego (o vete a saber dónde), apostaría todas mis cintas de cassette grabadas en los años ochenta a que se trata de la misma pegatina. Sí, es Ella. Probablemente, el otro día se me cayera al hurgar en el bolso y sacar el bonobús, y ayer, oh, casualidad de las casualidades, la avisté… ¡pero abandonada me vi forzada a dejarla!
Quizás, quién sabe, el lunes, cuando vuelva a esa parada, en donde siempre ‘parada’ espero, allí esté Ella, esperándome con su terrible carita de niña emo y entonces sí, la recogeré, porque una historia detrás tendrá... y podré perderla de nuevo.
* El término emo es un apócope de emotive hardcore, movimiento musical de estética pijo-punk, en la que predominan para las chicas el gris, negro y rosa. A este movimiento pertenecen, por ejemplo, los postizos alemanes “Tokyo Hotel”, grupo de preadolescentes donde los haya.
Príncipe gitano, diosa del agua
ResponderEliminar¿Qué pedazo de cielo
Quieres que te dé,
Mi príncipe gitano?
¿Qué parte del sueño
Te quieres negar,
Moreno resalado?
¡Siente el agua en mis pies,
Y escucha con mucha atención
De mi deseo, sus francos latidos!
¡Desenreda con tus dedos
Ese mi cabello
Que el cierzo todo lo enmaraña!
Sonríe, sonríe, pequeño,
Porque suaves te rozarán
Mis alas de hada,
Porque dulces te besarán
Mis labios de plata
Latidos en tu almohada
ResponderEliminarEscucha mi música
Y susúrrame al oído
Esa tu tonada.
Bebe de mis labios
Que, apasionados,
Cantan al alba.
Roza las estrellas
Acariciando mi piel
Bajo las sábanas.
Fúndete conmigo,
Ríete de ti mismo,
No temas nada.
Descifra el código
De mis latidos
En tu almohada.
Siente únicamente
Lo que yo siento:
Todo sin armas.
¡Sueña, mi amor,
Que aquí me quedo
Hasta mañana!
No hay como las opos para que las pegas se hagan emos. los niños son carne de Dios en eeuu (Verdú)
ResponderEliminarNo te des un sofocón por lo que entiendes como trite pérdida. Porque a los emos, según mi hija adolescente,les gusta eso de sentirse en soledad, sentirse incomprendidos y tristes con el mundo por el hecho de verse perdidos en un mundo impuesto, que no ideal, en el que nadie los comprende, de ahí que su color sea el gris, eso sí con algún matiz que les recuerde que aún son niños y que en cualquier momento pueden pasar del gris emo al rosa pastel de la niña bien,de la gris y fria acera al cálido y gris bolsillo de tu chaqueta.
ResponderEliminarMi deseo es que mañana tu pases de la gris sensación de pérdida a la rosa alegría del reencuentro. Feliz velada emo.