Clica aquí para ver la Primera serie: Deterioradas o ausentes.
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Clica aquí para ver la Tercera serie: Manos (II).
Clica aquí para ver la Cuarta serie (I): Formas casi sin motivo (I).
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Plancha litográfica de la Litografía Müller.
El peregrino que llega a Cádiz se encuentra leones por todas partes. En el escudo de la ciudad aparece Hércules volviendo de la playa en bañador y a veces con una toalla al cuello.
Distintas representaciones de Hércules, verdadero logo de la ciudad.
Además, se diría que el del corazón de cobre está paseando a dos reyes de la selva como si de un macarrilla lleno de donaire y con un par de pitt bulls cogidos bien alto por el cuello se tratara. Que el picha se llame Hércule no debe extrañar, dado que nombres de héroes con un curriculum menos completo como Roland, Rodrigo, Kevin (Costner) o Yosua (?), han gozado de gran fortuna, en particular y recientemente los dos últimos.
Uno de los leones presentes en la fachada del ayuntamiento.
El rectorado y el Ayuntamiento están llenos de leones. Hasta algún político/a local tiene cara de león/a distraído/a.
Uno de los leones de la manada del rectorado, en la C/ Ancha. La anilla mordida, símbolo de su sometimiento, anticipa la forma de los llamadores.
Por todo ello, no debe extrañar que el rey del bestiario de los llamadores sea el león. De que se trata de leones, con mayor o menor grado de ferocidad, mejor o peor peinados o despeinados y con la expresión más o menos melancólica, no cabe duda en muchos casos. Pero como si el modelo del que partieron estas figuraciones hubiese sido poco realista o los artesanos se hubieran dejado llevar por su inconsciente, algunos ejemplares parecen confinar con el licántropo, el can enrabietado y hasta el domador con el pelo untado de brillantina. Ya se sabe que los mejores pintores de leones son los que los han pintado de oídas o solo los han visto en cromos. En la representación de un animal tan cargado de valor simbólico se mezcla necesariamente lo soñado con lo real, lo que proyectamos desde nuestro interior y lo que nos proporciona la tradición. Además, seguramente, el león es uno de los animales que más se ha dibujado a partir de fuentes indirectas.
Pero en esta pequeña tacita de plata de Noé caben otras parejas de animales y, por extraño que parezca, hay sitio hasta para los elefantes, pintados y enjaezados, como en la India, pero pintados de denso marrón, como solo a un ingrato se le podría ocurrir. Una vez más, animales dominados por el hombre, obligados a trabajar con la trompa y con los colmillos tronchados.
Por lo demás, la variedad de mamíferos no va mucho más allá de los caballos clonados, que además tienen aspecto de ser de anteayer:
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