“…Benjamin (Obra de los pasajes, Walter Benjamin) explora un mundo compuesto por mitos eternos que se vuelven a activar en cada etapa de la historia y que como tales mitos son invisibles en el presente, pero pueden intuirse en el pasado. El método no es muy distinto al de algunos surrealistas (en este caso Aragon) cuando describen un surtidor de gasolina como si fuera un tótem salvaje de los tiempos modernos. El capitalismo es un producto natural junto con el cual le sobrevino a Europa un nuevo sueño en cuyo interior las fuerzas míticas se vieron nuevamente reactivadas, escribe”. (F. de Azúa, El País)
Sobre cuadros de la electricidad de Milán, junto a tubos o cañerías, sirviéndose elementos de esa tribu variopinta de cosas que se llaman mobiliario urbano, el artista callejero Pao ha visto los fantasma de personajes de distintos cómic y los ha sacado a la luz mediante el antiguo sistema de colorearlos. Uno se pregunta si dormían invisibles donde ahora han sido descubiertos o los ha llevado allí el pintor desde las páginas de los tebeos o desde el Vaticano.
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