Maeterlinck sobre los perros:
“En todas las formas de vida que nos rodean, ni una, salvo el perro, se alía con nosotros. Es el único ser vivo que ha encontrado y reconoce a un dios indudable, tangible, irrecusable y definitivo. Sabe a quién consagrar lo mejor de sí mismo. Sabe entregarse más allá de sí mismo. No tiene que buscar un Poder perfecto, superior e infinito en las tinieblas, las mentiras sucesivas, las hipótesis y los sueños”. (cit. en Les larmes d’Ullisse, Grenier, Roger, Gallimard, 1998).
Valéry, Paul, Cuadernos (1894-1945), Galaxia Gutemberg, 2007, p. 521. trad. de M. Privat, F. Sáinz y A. Sánchez Robayna.
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