"¡Ay tus manos cargadas de rosas! Son más puras
tus manos que las rosas…
…Tienen esplendor vago de lirios de otro mundo;
deslumbran lo que sueñan, refrescan lo que cantan. (J.R.J.)
No se ven bien, porque las fotos son malas y el fotógrafo, peor. Quizá, sin embargo, con un poco de buena voluntad, se pueda decir que la gracia es precisamente esa, que más que la piel, las joyas, la presencia o ausencia de léntigos, la uñas cuidadas, mordidas o despintadas, todas las manos obedecen a un anhelo común. Al unísono, han decidido portarse bien, esperar, sujetar, esmerarse, celebrar la tarde. Para entenderlo basta ver la postura, el inconsciente mudra entre espontáneo y heredado que dibujan, el de aire de familia bien avenida que destilan. Tal vez sea porque se juntan solo una vez a la semana para ensayar, en navidad, a principio y a final de curso. Lo cierto es que si el diablo, como dicen los ingleses, está en los detalles, en los detalles de estas fotos no aparece ni por asomo.
Alguna otra foto:
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