There's nothing more I can think of to say to you.
But all you have to do is look at me to know
That every word is true
(Don't Cry For Me Argentina, Andrew Lloyd Webber y Tim Rice)
“En la Paradoja del comediante, Diderot establece una clara distinción entre actor y comediante. Mientras que el actor se mete en la piel del personaje, el comediante lo acoge dentro de sí; el comediante desaparece en el personaje, el actor en cambio impone al personaje la fuerza de su personalidad. El intérprete preferido de Diderot es el comediante. A él no le habrían gustado Clark Gable, John Wayne o Gary Cooper, que fueron siempre ellos mismos, irresistiblemente ellos mismos, cualquiera que fuese el personaje que estuvieran interpretando. Estos actores (hoy ya no existen) poseían tal personalidad que llenaban la pantalla simplemente con aparecer. No tenían necesidad de interpretar personajes…
Sostengo que este oficio está hecho para divertirse. No quisiera parecer un esnob, pero creo que el término que utilizan los franceses es muy acertado: para decir recitare (interpretar), ellos dicen jouer, que en italiano sería giocare (jugar). Nosotros decimos recitare, que suena a fingido a falso, a algo estudiado.
Por lo que se refiere al sufrimiento del actor, he leído alguna entrevistas hechas a grandes divos norteamericanos que, al parecer, para “meterse en la piel del personaje” sufren tormentos, padecimientos. Los hay que se encierran en un convento o se van a una montaña a meditar.”
Mastroanni, Marcello, Sí, ya me acuerdo, Ediciones B, 1999, p. 131 y 133.
Fuente de las fotos: Archivio fotografico del Museo nazionale delle Arti e tradizioni popolari, Roma. A través de Repubblica.