miércoles, 10 de octubre de 2012

El mar de invierno en otoño: e io che non riesco nemmeno a parlare con me.

 

La ragazza con la valigia di Valerio Zurlino (1960). Riccardo Garrone, Claudia Cardinale [ph. Lorenzo Papi]La ragazza con la valigia di Valerio Zurlino (1960). Riccardo Garrone, Claudia Cardinale [ph. Lorenzo Papi]

 

Se acaba seguramente la temporada de los baños en el mar este fin de semana. Quien tenga la suerte de poder darse un último paseo descalzo por la arena de la playa, seca y fresca ahora, podrá gozar de ese supremo contraste que se produce entre las dos estaciones, el otoño venidero y el verano ido, pero aún saludando con sus últimos rayos extendidos. Poder deambular por la playa vestido, sentir la tentación del último baño, volver a casa con algo de arena en los pantalones doblados para evitar que se mojen, no tiene parangón en el top ten de las sensaciones tibiamente melancólicas, un tesoro para los sensualistas que, como yo y el protagonista de Desgracia, somos víctimas de un ensueño que no sabemos a qué remite, pero al que es contraproducente oponerse. La melancolía, como el vapor de las ollas que pronto cocerán en las cocinas de invierno, si no encuentra vías de salida, acaba pasando factura en forma de estallidos de honda tristeza.

 

Fuente de las fotos, pertenecientes a la Exposición «Villeggiatura e vacanza nel cinema italiano (1949-2011)»:

 

La prima cosa bella di Paolo Virzì (2010). Micaela Ramazzotti, Giacomo Bibbiani, Aurora Frasca [ph. Paolo Ciriello]La prima cosa bella di Paolo Virzì (2010). Micaela Ramazzotti, Giacomo Bibbiani, Aurora Frasca [ph. Paolo Ciriello]

 

Poveri ma belli di Dino Risi (1956). Marisa Allasco, Renato Salvatori [ph. G.B. Poletto]Poveri ma belli di Dino Risi (1956). Marisa Allasco, Renato Salvatori [ph. G.B. Poletto]

 

Femmine di lusso di Giorgio Bianchi (1960). Sylva Koscina, Walter Chiari [ph. Divo Cavicchioli]

 

E io che non riesco nemmeno a parlare con me…

2 comentarios:

  1. Ayer sucumbí a la tentación (a la del baño) en la playa de Zarautz. Seguramente será el último del año en el Cantábrico. Lo cierto es que siempre tiene su punto melancólico, sobre todo cuando intento retener un poco de agua del mar entre mis manos y después de unos segundos compruebo que apenas queda nada. Es como la vida, que irremediablemente se nos escapa, por mas que intentemos retenerla unos pocos minutos, o semanas.

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  2. Ay, como el agua, ay, como el agua, que cantaba Camarón. No lo puedo enlazar xq ando falto de medios en tierra extraña.
    Un abrazo
    Javier

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