miércoles, 17 de agosto de 2011

La muerte de Lorca en los diarios de su amigo Morla Lynch

Sombras le avisaron/ que no se fuese/ y le aconsejaron/ que se volviese

Quizá la madrugada de hoy, día 17 de agosto, se cumplan 75 años del asesinato a balazos de García Lorca, quizá sea pasado mañana, como sostienen la mayoría de estudiosos. Lo cierto es que la noticia no llegó a la prensa madrileña hasta pasados unos días.  Las referencias que aparecen en las entradas de los diarios de Morla Lynch  tal vez sean un buen ejemplo de hasta qué punto el asesinato del poeta granadino fue una suerte de patata caliente informativa para el bando rebelde, que temía la reacción internacional de condena.

MORLA LYNCH, CARLOS
EN ESPAÑA CON FEDERICO GARCÍA LORCA   editorial: RENACIMIENTO
lugar de edición: SEVILLA
año de edición: 2008
páginas: 664

Así es como Carlos Morla Lynch, uno de sus grandes amigos en Madrid, recuerda de qué forma se enteró de lo ocurrido:

1º de Septiembre (1936)

En la plaza mayor, que, como el resto de la ciudad, se halla llena de milicianos me limpio los zapatos para darle de ganar algunas “perras” al último limpiabotas “que todavía arrastra su cajón de un lado al otro”.

Pasan corriendo, dando voces varios chavales vendedores de periódicos:

¡¡¡Federico García Lorca!!! ¡¡¡Federico García Lorca!!! ¡¡¡Fusilado en Granada!!! (p. 542)

MORLA LYNCH, CARLOS

ESPAÑA SUFRE. DIARIOS DE GUERRA EN EL MADRID REPUBLICANO

ISBN: 9788484723929
Editorial:
RENACIMIENTO
Encuadernación: TELA
Nº Páginas: 600

En el segundo volumen de los diarios de Morla Lynch también aparece una anotación del 1º de septiembre, pero distinta de la que aparece en el primer volumen. En el segundo volumen, el diplomático chileno escribe que “los periódicos publican la noticia no confirmada de que FGL habría sido fusilado por los rebeldes en Córdoba” (p. 61). Como quiera que sea, en su círculo de amigos, lo ocurrido no estaba claro. El mismo M. Lynch, en una anotación de unos días después (8 de sept. Primer  volumen, p. 534) da cuenta de una llamada de M. Altolaguirre en la que desmiente la muerte del poeta granadino: “Más tarde llama Manolito Altolaguirre, que, a su vez, desmiente, la noticia. Él sabe que Federico se halla en sitio seguro. también lo sabe su hermana Isabelita. Debe ser así”. (p.543). Sin embargo, el 7 de sept. (Segundo volumen, p. 65) cuenta cómo “En Molinero, a las ocho, me hago servir un chocolate y, mientras lo saboreo, leo en los periódicos “la confirmación del fusilamiento de FGL”. A continuación, da un versión parecida a la que aparece en el primer volumen y a la que nos hemos referido antes: “…En casa tuenen todos los periódicos. El origen de la noticia parece vago, pero a mí me ha quitado el apetito. más tarde me llama Manolín Altolaguirre y me desmiente la noticia. Él sabe que Federico se encuentra en sitio seguro. (Segundo volumen, p. 66).

Por fin, el 18 de septiembre, Lynch parece asimilar la noticia:

 Me parece escuchar su voz de aquella noche, que era –sin sospecharlo- la última vez que le oía: “Yo soy del partido de los pobres…, pero de los pobres buenos”. Y diríase que esa voz, de pronto, adquiriera un tono más festivo: “¿Te gusta España?”. Una convulsión escalofriante me sacude entero. Me cubro el rostro con las dos manos. (Primer volumen, p. 544)

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