¿Qué significa –por ejemplo- el que, de repente, como una pequeña explosión, te veas corriendo hacia la puerta del 40 de Santiago, no hacia la 28, tu casa, que quedaba más allá, y llames desesperadamente con la aldaba para que te abran porque vienen hacia ti dos bueyes enloquecidos?
Blanco Aguinaga, Carlos, Por el mundo, Infancia, guerra y principio de un exilio afortunado, Alberdania, 2007, p. 15
sábado, 22 de enero de 2011
Algunas aldabas de Madrid (I)
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