La idea nació de la conserjería y del personal de limpieza del centro. Enseguida, fue apadrinada por la dirección. Se trataba de escribir algo bonito, majico, rebonico, en un post-it, y pegarlo en un mural que se encuentra ya instalado en el hall.
Como suele ocurrir a menudo, han sido los estudiantes de español para extranjeros los que han recogido con más alegría la iniciativa. La distancia no es el olvido para ellos, por lo menos cuando llega la navidad, y sus deseos están ligados muchas veces a la paz, a la difícil situación en que viven sus países, sus familias, aunque alguno tiene entre ceja y ceja el aprobado final (1). La idea de lo bonito cuando se es extranjero puede ser algo distinta de la que tiene alguien que no lo es, aunque los deseados efectos de la lotería estén presentes por doquier. Por otra parte, la navidad también cansa y alguno lo hace saber expresando que, a pesar de ella, resistirá.
¡Suerte a todos, a los que quieren la paz, a los que esperan descendencia, propia o ajena, a los que quieren dinero, a los que están ya un pelín hartos de la navidad y, sobre todo, a los que esperan aprobar! Tienen todo mi apoyo y quien espera perder el miedo al avión el año que viene, tiene también mi desesperanzada solidaridad.
(1) Desconozco el contenido de alguno de los mensajes que reproduzco. Me dejo llevar por la confianza en el sentido común de sus autores y, sobre todo, por la belleza de unos caracteres que me son completamente opacos.
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He aquí algunos de los mensajes:
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