martes, 11 de noviembre de 2014

Visiones de barrio, unidad de destino en lo sentimental

Lo mismo que el día se divide en mañana, tarde y noche, la ciudad lo hace en barrio, centro y extrarradio. En la mañana hay retazos de tarde y en la noche fragmentos de mañana, lo mismo que el centro tiene a veces olor a barrio y en el extrarradio hay centro en gestación. Para un adolescente de gran ciudad, el barrio era la unidad de destino en lo sentimental, a medias conocido y a medias un territorio para explorar, como su cuerpo, como su cabeza. Hoy se va al centro a pasar la tarde del sábado o se acude a los centros comerciales, barrios muy olorosos, muy coloridos, pero sumamente insípidos, si no fuera por esos viejos que se sientan en las zonas de descanso de Gran Casa, por esas dependientas que salen a fumar en los chaflanes donde sopla en cierzo, por las bandadas de jóvenes a los que solo les salva de la completa alienación el brío y el disparate de los pocos años que tienen ¡Barrio de mi adolescencia, yo sé que fuiste, no sé ya cómo eras!

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