viernes, 13 de diciembre de 2013

La exposición de diciembre y enero en la E.O.I.,1, de Zaragoza: Interior con froiteiro e feridas. Ana Cristina Lapiedra (ilustraciones) y Manuel Pereira Valcárcel (textos). Del 16 de diciembre de 2013 al 31 de enero de 2014

 
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"...el texto siempre es más claro que la vida de quien lo escribió. El texto es incluso más claro que la vida de cualquier lector. En eso reside la terrible capacidad de atracción de la literatura: que la vida siga por fin al texto, que se transforme en claridad", Genazino, Wilhelm, Una mujer, una casa, una novela, Galaxia Gutemberg, 2004.

En Interior con froiteiro e feridas. Interior con frutero y heridas (Editorial Aqua, 2012), un largo poema entre la lírica y la narración, el sortilegio de la evocación y la precisión del dato, Manuel Pereira Valcárcel, interno, entre 1967 y 1973, en el Colegio de Huérfanos de Magisterio de Zaragoza, evoca su educación sentimental, desde el triste final de su niñez hasta el principio de la vida adulta. Su paso por esta capital de provincia, una denominación que da idea de su poderío, (capital) y de sus límites (provincia) tuvo lugar en los años finales del franquisno, en medio de aquel característico pastiche cultural reinante, hecho de una caspa gris de postguerra que no acababa de limpiarse y también de óptimos fermentos creativos que aportaban quienes habían encontrado en la dictadura la forja de otra rebeldía.

El aperitivo había sido la carne oronda del autoritario seductor Fraga Iribarne bañándose en la playa de Palomares (1966), como unos años antes Anita Ekberg lo había hecho en la Fontana de Trevi. Marcello, vieni, vieni , decía ella, Venus borracha venida del frío norte. El ministro de Franco, por su parte, en una escena digna de los Simpsons, invitaba a los españolitos de bien a compartir aguas del cocido achampanado en el que se había hundido el pepino radiactivo caído del cielo, del santo cielo, cruzado por los bombarderos americanos.

La distancia estética con la Europa democrática era notable. Allí también, todo hay que decirlo, cocían habas, pero lo nuestro eran calderadas con guarnición de porras sacudidas por los grises. A los que se ya rendía pleitesía era a los EEUU y no solo en terreno económico. Nuestras esencias culturales de posguerra estaban muy mezcladas con lo bueno y lo pésimo que venia de allí. Los años de Manuel Pereira Valcárcel en Zaragoza marcan el final de nuestra copla y el principio de la globalización, que acabaría por convertir el centro de todas las ciudades en una única ciudad igual a sí misma. Canciones como Mi carro me lo robaron, compuesta en 1969 por A. Cintas R. Jaén, como señala V. Montalbán en su Cancionero general del franquismo (Crítica, 2000), alimentaban ya solo a un público retóricamente inmovilizado en una fase de gusto superada: “La España agraria ha traspasado la hegemonía a la España urbana en la que ya no quedan carros”. Lo que molaba entre los jóvenes eran los nombres de grupos con resonancias angloamericanas y los pantalones estrechos por arriba y anchos por abajo. O, si no, la canción protesta. Mientras, los adolescentes avezados en la lectura recuperaban a los poetas del 27, sepultados entre ortigas, y muchos querían ser progres, algo semejante a lo que en otros países vecinos llamaron después soixante-hiutards o exsessantottini, porque los franceses e italianos tuvieron un Mayo del 68 de verdad. Je me souviens de Mai 68, escribió con razón G. Perec. Los miembros conspicuos de aquella tribu variopinta, los menos inocentes, acabarían por lavar a 100 grados los restos de las siglas que defendían (O.R.T., P.T., P.T.E. M.C., M.C.E., L.C., P.C.E., ETC.) para convertirse pronto en gestores del poder.

En medio de un plato de restos tan denso y desigual, pasó el poeta los años que evoca y con la antorcha de la palabra y una mezcla de desazón, añoranza y agradecimiento en el corazón, penetra a través de la boira de los años en busca del recuerdo verdadero. Lo hace gracias a detalles de crónica, ambientes de entonces, nombres, materiales, películas, autores, cantantes, actores, corrientes culturales que contribuyeron a su educación sentimental. Eso en la superficie, porque en lo íntimo, sin embargo, son personajes sin apellido, una chica de Ciudad Jardín, una monja, un amigo que perdió una pelea, los que dejaron la huella del recuerdo inesperado, el mismo que se metaboliza en el silencioso patrimonio con que llegamos a la vida adulta y a la reconstrucción de cuyo contorno y textura está dedicado el libro. Pero sin indulgencia, con esa contrainte ideológico-estilística que impone huir del empalago por el que a veces la nostalgia tiene querencia, porque Interior con froiteiro e feridas evita “las imágenes desenfocadas” y contrapuntea las nítidas con expresiones sentenciosas a la búsqueda de la sentida claridad poética. Almíbar, el justo.

Por su parte, las numerosas ilustraciones de Ana Cristina Lapiedra, de las que solo una exigua parte fue reproducida en el libro, siguen dos líneas creativas, la que tiende a la figuración y la que apunta hacia la abstracción. Ambas se entrecruzan constantemente a través de formas reconocibles en las segundas, o de torbellinos y trazos insistentes, cuya referencia resulta irreconocible, en las primeras. Como en el poema, también aquí hay dos fuerzas que al contraponerse crean el ritmo que caracteriza al conjunto. Son la diacrónico-narrativa, que avanza rápido o se remansa en indicios, nombres, claves cronológicas, y la sincrónico-lírica, que tiende a resolver en intensas formas la acumulación de sentido. Hay por así decirlo, un tratamiento analítico, tendente al detalle, a veces, y otro, el mejor, a mi parecer, fenomenológico, gestáltico. En este último, las ilustraciones huyen del porqué o el cómo y sintetizan la esencia, como si la artista se hubiera sentido llevada por los versos y, en vez de acompañarlos o describirlos, los hubiera compartido, los hubiera reescrito en clave íntima. Y son quizá esas imágenes que celan sentimientos más allá del contexto en el que se produjeron, las que hacen posible que quienes no estuvimos allí también podamos ser partícipes, sentir la diferencia y la semejanza, la lejanía en el tiempo y la cercanía en el pálpito a través de la profusión de negro y gris. Estos dibujos, es verdad, evocan espléndidamente un mundo ocre, ambientes que ya no existen, como si hubieran sido hechos hace cuarenta años, pero se trata solo de una ficción bien lograda gracias a la habilidad de quien sabe lo que pinta, como el poeta sabe de lo que habla. Parafraseando a un gran escritor que contó su infancia en Berlín, estas ilustraciones, más que crónica, son expediciones en la profundidad del recuerdo.
Javier Brox
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Un breve texto de la artista sobre sí misma:
Estas son mis notas, impresiones, sensaciones sentimientos respecto a las artes plásticas:

Ana Cristina Lapiedra, naci en 1957 (Muel, Zaragoza). Tengo a la Bellas Artes como una pasión diria, aunque no es mi profesión.

     El arte gráfico, la ilustración, la pintura, la fotografía, son los estilos plásticos en los que desarrollo mi actividad artística.
La Serigrafía para mi, es una técnica de estampación muy fluida, es directa  y hace que el color y el dibujo se fusionen. Las otras técnicas gráficas, requieren de un proceso más laborioso, reflexivo, como es el grabado, la litografía, la xilografía.
     El color y la forma es mi principal motivación, tanto que lo asocio al continuo fluir de la vida y los momentos.
     En mis imágenes, sobre todo en el arte gráfico, la inspiración es una constante de mi memoria emocional y sentimental.
     Me encuentro más cómoda con la no figuración y el lenguaje que utilizo parte de formas orgánicas combinadas con otras geometrías,
(la razón y la emoción) diria yo, es mi forma de expresión.
     Pienso que mis obras tienen un punto de intimidad, a veces soledad, envueltas de una ligera sensibilidad.
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Sobre Manuel Pereira Valcárcel (Fuente):
Manuel Pereira Valcárcel naceu en Ouzande-A Estrada (Pontevedra) en 1955. Reside en Madrid onde traballa de mestre.
     Participou nos libros colectivos Intifada (Fundación Araguaney, Santiago, 1989 e 2003), Homenaxe a Miguel González Garcés (Deputación da Coruña, 1991), Comercial (Río Xuvia Edicións, Neda-A Coruña, 1998), Muller de doce sal. Homenaxe a Inés Canosa (vtp, Madrid, 2000), 47 poetas de hoxe cantan a Curros Enríquez (Xerais, Vigo, 2001), O trazo aberto (Deputación de Pontevedra, 2002), Narrativa Contemporánea Tabeirós-Terra de Montes (Edicións Fervenza, A Estrada, 2005), Poesía Contemporánea Tabeirós-Terra de Montes Montes (Edicións Fervenza, A Estrada, 2005) ePontevedra Literaria (Concello de Pontevedra, 2007).
     Coordinou, xunto con Vicente Araguas, a edición de En tránsito. Poesía galega en Madrid (Ediciós do Castro, O Castro-Sada, 2001).
     En narrativa, gañou a novena edición (1992) do premio de relatos Casa de Galicia en León por Día de inverno; e en 1999 concedéronlle un accésit no concurso MODESTO R. FIGUEIREDO pola narración Sobremesa.
     De xeito individual publicou os libros:
Poesía:
  • Poemas de cinza (Edición do autor, Madrid, 1990)
  • Todo morte (Edicións Río Xuvia, Neda-A Coruña, 1998, reeditado en 2006 por Ediciós do Castro, Sada-A Coruña)
  • Rosa íntima (Espiral Maior, A Coruña, 2000)
  • Inventario de fragmentos (Libros da Frouma-Librería Follas Novas, Santiago de Compostela, 2001) co que conseguíu o premio Rosalía de Castro, na modalidade de galego, da Casa de Galicia en Córdoba
  • Libro das viaxes (Editorial Litoral das Rías, Pontevedra, 2003).
Prosa:
  • Traxectos curtos (Editorial TresCTres, Santa Comba, 2005)
  • Días do final (Editorial Galaxia, Vigo, 2007).
 
A continuación, una amplia muestra de las ilustraciones que Ana Cristina Lapiedra hizo para el poemario de Manuel Pereira Valcárcel.

1.

04

Este río de furia e remansos que desatan as lembranzas.
O peso dos invernos xunto coa calma do verán.
Unha mestura de improperio y devoción cando
a infancia xorde sucia e desvalida. Esgotada,
coma refugallos despois da auga nunha cárcava seca.
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Este río de furia y remansos que desatan las evocaciones.
El peso de los inviernos unido a la calma del verano.
Una mezcla de improperio y devoción cuando
La infancia surge sucia y desvalida. Agotada,
Como residuos después del agua en una cárcava seca.
 
2.

05

E o colexio.
Todo tinha una cor ocre.
Era un día de sol morninho
a primeiros do outubro.
Adeus con bagoas.
Cando os que te protexen choran, o
mundo derrúbase. Así entrei en
Zaragoza, entre ruinas.
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Y el colegio,
Todo tenía un color ocre.
Era un día de sol tibio
A primeros de octubre.
Adiós con lágrimas.
Cuando los que te protegen lloran, el
mundo se derrumba. Así entré en
Zaragoza, entre ruinas.

3.


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Colexio de orfos.
Hoxe non se entende este arcaísmo de posguerra.
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Colegio de huérfanos.
Hoy no se entiende este arcaísmo de postguerra.
 
4.

06

Na entrada había dúas portas xiratorias,
unha para os nenos e outra para as nenas.
Eu nunca as vira, era un detalle curioso.
Ese movemento definía a nosa posición
absoluta e relativa. Ou fóra ou dentro.
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En la entrada había dos puertas giratorias,
una para los niños y otra para las niñas.
Yo nunca las había visto, era un detalle curioso.
Ese movimiento definía nuestra posición
Absoluta y relativa. O fuera o dentro.
 
5.

08

Tivemos que saír fuxindo.
Sen apenas tempo para salvar os
xoguetes e certa candidez.
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Tuvimos que salir huyendo.
Sin apenas tiempo para salvar los
juguetes y cierta candidez.

6.

13

Misa diaria, confesións, penitencia.
Pan con chocolate. Recreos de fútbol e frontón.
Alguhnas veces febre e doenzas. estadías na
enfermería. Dosulfín, repouso, tebeos e a
disciplina donda da irmá Aurelia.
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Misa diaria, confesiones, penitencia.
Pan con chocolate. Recreos de fútbol y frontón.
Algunas veces fiebre y enfermedades. Estancias
en la enfermería. Dosulfín, reposo, tebeos y la
Disciplina suave de la hermana Aurelia.
 
7.

15

Aquela obsesión das tardes pola tristeza
A infancia era unha ave desesperada,
un camiño sen inocencia,
unha ollada na que sobraba dor…
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Aquella obsesión de las tardes por la tristeza.
La infancia era un ave desesperada,
Un camino sin inocencia,
Una mirada en la que sobraba dolor…
 
8.

12

Canario, Santos, Marcelino, Villa e Lapetra.
(…) Los cinco magníficos, un alcume,
unha ladaíña que aínda é honor
en moitas memorias.
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Canarios, Santos, Marcelino, Villa y Lapetra.
(…) Los Cinco Magníficos, un apodo,
Una letanía que aún es honor
en muchas memorias.
 
9.

18

Asistiamos ás competicións escolares
-balonvolea, baloncesto, balonmán-,
nelas fabricabamos os nosos ídolos próximos
(…) Intuïamos daquela o que máis tarde soubemos,
os vencederos padecen a dilatada inxerencia da gloria;
os vencidos, o instantáneo repudio da sombra.
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Asistíamos a las competiciones escolares
-balonvolea, baloncesto, balonmano-,
En ella fabricábamos nuestro ídolo próximos.
(…)Intuíamos entonces lo que más tarde supimos,
Los vencedores padecen la dilatada injerencia de la gloria;
Los vencidos, el instantáneo repudio de la sombra.
 
10.

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Citáronse detrás do edificio, nuhna calella (…)
Despois dos golpes, dos puños ansiosos, dos ollos cegados,
a severidade do fracaso. As manchas de sangre sobre a cara
e a quemadura indeleble no orgullo.
(…) Eu era dos pocos amigos do perdedor.
Ben cedo o souben, a vida organizase en trincheiras.
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Se citaron detrás del edificio, en un callejón (…)
Después de los golpes, de los puños ansiosos, de los ojos cegados,
la severidad del fracaso. Las manchas de sangre sobre la cara
y la quemadura indeleble del orgullo.
(…) Yo era de los pocos amigos del perdedor.
Muy pronto lo supe, la vida se organiza en trincheras.
 
11.

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e atravesar ese deserto de
inseguridade e éxodos,
de arrogancia e envexas.
Pero de nada vale unha
indulxente ollada atrás.
As fotos movidas,
as imaxes desenfocadas
non merecen estar no álbum.
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y atravesar ese desierto
de inseguridad y éxodos,
de arrogancia y envidias.
Pero de nada vale
Una indulgente mirada atrás.
Las fotos movidas
las imágenes desenfocadas
no merecen estar en el álbum.
 
12.

22

(…) pero
os recordos pesan e ocupan un territorio
(…) chegan sen avisar e marchan sen pechar a porta.
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(…) pero
los recuerdos pesan y ocupan un territorio
(…) llegan sin avisar y se marchan sin cerrar la puerta.
 
13.

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La, la, la, un himno fortuito
A gloriosa Massiel superando a vileza de Joan manuel Serrat (…)
Alí naceu o noso gusto por Serrat, naquela propaganda en contra.
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La, la, la, un himno fortuito.
La gloriosa Massiel superando la vileza de Juan Manuel Serrat (…)
Allí nació nuestro gusto por Serrat, en aquella propaganda en contra.
 
14.

21

Nada, Ma che freddo fa, quince anos en san Remo 69;
Gigliola Cinquetti, tan parecida a unha nosa profesora;
Karina e a sua coquetería loura;
e outras que a idade eclipsou, non o desamor.
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Nada, Ma che freddo fa, quince años en San Remo 69;
Gigliola Cinquetti, tan parecida a una profesora nuestra;
Karina y su coquetería rubia;
Y otras que la edad eclipsó, no el desamor.
 
15.


43

Distancia.
Unha néboa sepia.
E detrás
a imaxe daquel tempo
---------------------------------
Distancia.
Una niebla sepia.
Y detrás
la imagen de aquel tiempo.
 
16.


45

Lembro, caprichosamente,  Los Relámpagos, Los Pekenikes,
Los Mustang, Los Brincos, Los Bravos, Lone Star, Los
Canarios, Los Módulos, Juan & Junior e a súa Anduriña, Nuestro
Pequeño Mundo, Aguaviva, Paco Ibánez, Serrat, Aute, Miguel
Ríos, Víctor Manuel, Mª del Mar Bonet, Mari Trini, Cecilia,
co  mesmo nome ca unha rapaza pretendida.
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Recuerdo, caprichosamente, Los Relámpagos, Los Pekenikes,
Los Mustang, Los Brincos, Los Bravos, Lone Star, Los
Canarios, Los Módulos, Juan & Junior y su Anduriña, Nuestro
Pequeño Mundo, Aguaviva, Paco Ibánez, Serrat, Aute, Miguel
Ríos, Víctor Manuel, Mª del Mar Bonet, Mari Trini, Cecilia,
con el mismo nombre que una chica pretendida.
 
17.

28

Camisas de colos excesivos,
xerseis curtos e axustados,
pantalóns de campá.
Melenas, patillas, colgantes.
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Camisas de cuellos excesivos,
jerséis cortos y ajustados,
pantalones de campana.
Melenas, patillas, colgantes.
 
18.

19

Chamábase Margarita, vivía por Ciudad Jardín.
falaba sen danar os segredos. caíalle o floco
sobre uns ollos de costumes melancólicos.
Gustaballe Matt Monro, Alguien cantó e
outras baladas románticas nun español
imperfecto que arrastraba os erres.
tamén lle gustaba Gwendolyne de Julio Iglesias.
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Se llamaba Margarita, vivía por Ciudad Jardín.
Hablaba sin dañar los secretos. Le caía el flequillo
sobre unos ojos de costumbres melancólicas.
Le gustaba Matt Monro, Alguien cantó y
otras baladas románticas en un español
imperfecto que arrastraba las erres.
También le gustaba Gwendolyne de Julio Iglesias.
 
19.

44

Nicole. Señorita Nicole.
Nunca nos deu francés, sempre a outros cursos (…)
Pero un libro de texto é cousa feble fronte a uhna voz que
non reprendía, frente a uns ollos comprensivos
e a unha naturalidade revolucionaria.
Debe ser por iso polo que saímos cun un nivel tan baixo.
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Nicole. Señorita Nicole.
Nunca nos dio francés, siempre a otros cursos (…)
Pero un libro de texto es cosa débil frente a una voz que
no reprendía, frente a unos ojos comprensivos
y a una naturalidad revolucionaria.
Debe ser por eso por lo que salimos con un nivel tan bajo.

20.

07bis

Tantos complementos circunstaciais.
De lugar, de tempo,de modo.
Condicionándonos.
A nós, suxeitos na procura de predicados condescendentes.
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Tantos complementos circunstanciales.
De lugar, de tiempo, de modo.
Condicionándonos.
A nosotros, sujetos en busca de predicados condescendientes.
 
21.

33bis

Paga a pena recordar materias e persoas que deron sentido
á nos vida, máis alá das leccións obrigatorias, dos exames,
dos erros, dos abandonos. E máis acá das nubes.
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Merece la pena recordar asignaturas y personas que dieron sentido
a nuestra vida, más allá de las lecciones obligatorias, de los exámenes,
de los errores, de los abandonos. Y más acá de las nubes.
 
22.

41

Algunhas películas quedan para sempre.
Inauguran algo en nós.
Era unha historia de lealdade, amor,
traizón, valor e desprezo.
Unha praia inmensa, a música de Maurice Jarre,
e un oficial inglés desabotoando
a blusa de Sarah Miles.
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Algunas películas quedan para siempre.
Inauguran algo en nosotros.
Era una historia de lealtad, amor,
traición, valor y desprecio.
Una playa inmensa,
la música de Maurice Jarre,
y un oficial inglés desabrochando
la blusa de Sarah Miles.
 
23.
31

Un corazón sentimental non esquece
os nomes que inspiraron quimeras.
Pretensións de noivados,
xogos románticos de imitación,
versos que aín non descubriran a poesía.
 
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Un corazón sentimental no olvida
los nombres que inspiraron quimeras.
Pretensiones de noviazgos,
juegos románticos de imitación,
versos que aún no habían descubierto la poesía.   

2 comentarios:

  1. Qué interesante. A ver si puedo escaparme por Zgz antes del viernes. Un saludo Javier.

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    Respuestas
    1. Pues, la verdad, es creo que es de las cosas que han quedado mejor. El material se adaptaba a una exposición pequeña, austera, pero al tiempo delicada.
      Javier

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