Ayer se celebró el Día internacional de las personas con discapacidad. Recuerdo que una de las denominaciones a disposición en italiano para quienes quieren referirse a los discapacitados es i diversamente abili (los que gozan de capacidades diferentes). La denominación se resiente de cierto afán de corrección política y podría ser considerada eufemística, pero, por lo menos en algunos ámbitos, pone en evidencia la realidad que esconde la discapacidad. Como quien desarrolla un sentido para compensar el deterioro de uno de los otros cuatro, la discapacidad parece a veces potenciar otras habilidades.
Se está celebrando en La casa encendida de Madrid una exposición colectiva de obras de un grupo de discapacitados psíquicos. Los trabajos podrían entrar dentro de esa categoría que se define como art brut, realizado casi siempre por personas ajenas al ámbito académico tradicional y/o comercial, aunque existan museos y coleccionistas de obras de ese tipo.
He aquí algunas fotos de la exposición que podrían hacer pensar en que la discapacidad psíquica, de alguna extraña manera, se ha compensado con una intensa capacidad comunicativa:
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