Casi siempre algo molesto, demasiado a menudo en el filo entre lo inútilmente provocativo, mero fuego de artificio conceptual o visual, y el auténtico descubrimiento de lo desconocido a través del arte, Ken Russell a veces construía ambientes impecables, escenas memorables, ramalazos de
tortuosa genialidad florecida en hallazgos visuales. Quizá entre sus mejores obras se encuentre aquel Mesías Salvaje, que vi en el hoy cerrado Cine Peñalver, sala de arte y ensayo, a los 15 años, gracias a la tolerancia del empleado que había a la entrada, porque la peli era solo apta para mayores de 18.
Guardian le dedica un amplísimo espacio a su muerte, a los 84 años de edad. Destacan un recorrido por sus pelis y un buen número de excelentes fotos.
Russell y Glenda Jackson durante el rodaje de Mujeres enamoradas (1969)
Photograph: Everett Collection/Rex Feature (Fuente)
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