L. Cohen recogió ayer el premio príncipe de Asturias y se marcó un sentido discurso, lleno de agradecimiento hacia nuestro país (video). Le doy las gracias a él, porque ante quien me cae simpático bajo la guardia ideológica y me dejo llevar por sentimientos típicos del fin de semana. Palabras como las suyas me dan pie a vivir una de esas raras ocasiones en las que me siento parte de un grupo que comparte raíces comunes, experiencias semejantes, una hermosa lengua. No quiero ni siquiera llamarlo nación, ni siquiera país, porque entonces la idea se me va de las manos como agua entre los dedos. Son conceptos que no vienen al caso, prefiero no poner en peligro el bienestar que produce saberme parte de la pandilla de la que habla el cantautor, emigrantes, poetas, artesanos de fragantes guitarras, y algún suicida, quizá por amor, que antes de irse le enseñó los ritmos básicos del universo.
Muchos blogs vivimos de las sobras de esos contenedores de palabras con fecha temprana de caducidad que a menudo son los periódicos. En este caso, además, me permito vivir de las rentas de una entrada que ya había dado dividendos. Quiero decir que es la tercera vez que la publico. Hizo parte, en su versión primitiva, del Rincón de las versiones y, algo modificada, reapareció cuando, antes del verano, se supo que Cohen había ganado el premio P. de Asturias. Presenta, eso sí, la ventaja de que la mayoría de las palabras que contiene son de estupendos poetas.
Antes de reproducirla quiero, sin embargo, recordar que Cohen es un consumado receptor de premios. En sus discursos maneja la gracia y el sentimiento sin que le desborden, como buen actor, excelente intérprete de sí mismo, colocado a la distancia justa entre la fría ironía y el corazón abierto.
Quizá conoce la paradoja de Diderot, esa que dice que para interpretar bien hay que mantenerse tibio, ni frío ni ardiente. Ayer Cohen, sin embargo, lloró. Ya lo decía Mastroianni, “a veces uno se conmueve, cosa que al actor no debería sucederle jamás: el actor debe hacer llorar al público, pero él no debería llorar nunca.Y, sin embargo, puede suceder, porque quizás en una obra en concreto hay algo que te afecta más…" (1). Ayer Cohen lloró. Fue cuando le cantaron “So long, Marianne”.
En esta otra recogida de premio, por el contrario, hace reír, aunque es una risa imprecisa, que bien podría perderse en llanto, y es que, como dice él mismo, “tiene el pelo gris, sus amigos se han ido y le duele aquello con lo que solía jugar”. Son inconvenientes del paso del tiempo. El último de ellos, el del dolor, en versión carpetovetónica, equivaldría a decir que el tiempo le comía donde más pecado había (a tres cuartas del pescuezo y a una de la barriga). Pero seguramente, lo que evoca el romance de la muerte del rey Don Rodrigo no pertenece a la España a la que Cohen está tan agradecido
He aquí la entrada original a la que me refería al principio:
Suzanne es una de las cuatro o cinco grandes canciones del amplio repertorio del cantautor canadiense. Trata de un encuentro junto al río con una mujer de aires beat y ecos melusinianos. El locus amoenus es el mismo de la canción de Springsteen y de la de M. Ríos, el mismo de Garcilaso, los poetas clásicos grecolatinos o las bañistas de Cézanne y tantos otros, el río, el curso de agua, la alegoría de la vida. Ella, una especie de hada beat, mitad real mitad cinta de agua, inalcanzable portadora de paz, madre adoptiva que te guía, aunque no tengas fuerza para darle la mano. Te enseñará a desear y el sabor agridulce del naufragio. Un ser siniestro también, con sus plumas y sus ropas de vieja bruja, guía cómplice de los seres que merodean el infierno vendiendo mercancía robada. Y te engatusa con naranjas de la China, te ofrece como nuevo lo que ya has probado, pero le da el sabor del primer té del Edén al atardecer, antes de que tocar un cuerpo perfecto con la mente significara herirlo, ensuciarlo con pecado. O tal vez después, cuando se supo que algunos pecados son mancha que limpia, condecoración en el pecho marinero de los puros. Suzanne es la sucia sacerdotisa de la vida pura, su liturgia es plácidamente desesperada, sabiamente inútil, tan adolescente como madura. Ella es la musa de una secta apasionada y descreída, zarrapastrosa azafata en el paro por incitar al viaje imposible a través del espejo roto del mercadillo de segunda mano.
Cuando oigo Suzanne pienso en dos cosas: en las fotos en las que J. Joplin aparece con cara de niña y atuendo hippy, aunque sea hippy chic; y en una escena de La meglio gioventù, la estupenda peli de M. Tullio Giordana. Uno de los protas está en Finlandía y se encuentra un grupo con los miembros de una especie de comunidad mística. Están desnudos al borde de una cascada y uno de ellos recita la coda del escandaloso Aullido, de A. Ginsberg:
Allen Ginsberg - Footnote To Howl
Holy! Holy! Holy! Holy! Holy! Holy! Holy! Holy! Holy!
Holy! Holy! Holy! Holy! Holy! Holy!
The world is holy! The soul is holy! The skin is holy!
The nose is holy! The tongue and cock and hand
and asshole holy!
Everything is holy! everybody's holy! everywhere is
holy! everyday is in eternity! Everyman's an
angel!
The bum's as holy as the seraphim! the madman is
holy as you my soul are holy!
The typewriter is holy the poem is holy the voice is
holy the hearers are holy the ecstasy is holy!
Holy Peter holy Allen holy Solomon holy Lucien holy
Kerouac holy Huncke holy Burroughs holy Cas-
sady holy the unknown buggered and suffering
beggars holy the hideous human angels!
Holy my mother in the insane asylum! Holy the cocks
of the grandfathers of Kansas!
¡Santo! ¡Santo! ¡Santo! ¡Santo! ¡Santo! ¡Santo! ¡Santo! ¡Santo! ¡Santo! ¡Santo! ¡Santo! ¡Santo! ¡Santo! ¡Santo! ¡Santo!
¡El mundo es santo! ¡El alma es santa! ¡La piel es santa! ¡La nariz es santa! ¡La lengua y la verga y la mano y el agujero del culo son santos!
¡Todo es santo! ¡todos son santos! ¡todos los lugares son santos! ¡todo día está en la eternidad! ¡Todo hombre es un ángel!
¡El vago es tan santo como el serafín! ¡el demente es tan santo como tú mi alma eres santa!
¡La máquina de escribir es santa el poema es santo la voz es santa los oyentes son santos el éxtasis es santo!
¡Santo Peter santo Allen santo Solomon santo Lucien santo Kerouac santo Huncke santo Burroughs santo Cassady santos los desconocidos locos y sufrientes mendigos santos los horribles ángeles humanos!
¡Santa mi madre en la casa de locos! ¡Santas las vergas de los abuelos de Kansas!
Suzanne takes you down to her place near the river/You can hear the boats go by/You can spend the night beside her /And you know that she's half crazy/But that's why you wanna be there/And she feeds you tea and oranges /That come all the way from China/And just when you mean to tell her/That you have no love to give her/Then she gets you on her wavelength/And she lets the river answer/That you've always been her lover/And you want to travel with her/ And you want to travel blind /And you know that she will trust you/For you've touched her perfect body with your mind./And Jesus was a sailor/When he walked upon the water/And he spent a long time watching/From his lonely wooden tower/And when he knew for certain/Only drowning men could see him/He said "All men will be sailors then/Until the sea shall free them"/But he himself was broken/Long before the sky would open/Forsaken, almost human/ He sank beneath your wisdom like a stone/And you want to travel with him/And you want to travel blind/And you think maybe you'll trust him/For he's touched your perfect body with his mind./Now Suzanne takes your hand/And she leads you to the river/She is wearing rags and feathers/From Salvation Army counters/ And the sun pours down like honey/On our lady of the harbour/And she shows you where to look/Among the garbage and the flowers/There are heroes in the seaweed/There are children in the morning /They are leaning out for love/And they will lean that way forever /While Suzanne holds the mirror/And you want to travel with her/And you want to travel blind/ And you know that you can trust her/For she's touched your perfect body with her mind.
Y años después, con papeles cambiados:
Fabrizio De André, quien dice las canciones en italiano como ningún otro, supo mantener el tono de letanía, tan frecuente en Cohen, sin por ello inducir al sueño, no como el cantante francés con cuya versión termina esta entrada
Nel suo posto in riva al fiume/Suzanne ti ha voluto accanto/e ora ascolti andar le barche/ora puoi dormirle al fianco/sí lo sai che lei è pazza/ma per questo sei con lei /E ti offre il the e le aranceSuzanne/che ha portato dalla Cina/e proprio mentre stai per dirle /che non hai amore da offrirle/lei è già sulla tua onda/ e fa che il fiume ti risponda/che da sempre... siete amanti./ E tu vuoi viaggiarle insieme/vuoi viaggiarle insieme ciecamente/ perché sai che le hai toccato il corpo/il suo corpo perfetto con la mente./E Gesù fu marinaio/finché camminò sull'acqua/e restò per molto tempo/a guardare solitario/dalla sua torre di legno/e poi quando fu sicuro/che soltanto agli annegati/fosse dato di vederlo disse: Siate marinai finché il mare vi libererà. /E lui stesso fu spezzato/ma più umano abbandonato/nella nostra mente lui non naufragò./E tu vuoi viaggiargli insieme/vuoi viaggiargli insieme ciecamente/forse avrai fiducia in lui /perchè ti ha toccato il corpo con la mente./E Suzanne ti dà la mano,/ti accompagna lungo il fiume,/porta addosso stracci e piume/presi in qualche dormitorio/ il sole scende come miele/su di lei donna del porto/che ti indica i colori /tra la spazzatura e i fiori /scopri eroi tra le alghe marce e bambini nel mattino/che si sporgono all'amore/e così faranno sempre/e Suzanne... regge lo specchio. /E tu vuoi viaggiarle insieme/vuoi viaggiarle insieme ciecamente/perché sai che ti ha toccato il corpo/il tuo corpo perfetto con la mente.
La versión somnífera en francés a la que me referí antes:
Suzanne t'emmène écouter les sirènes/Elle te prend par la main/Pour passer une nuit sans fin/Tu sais qu'elle est à moitié folle/ C'est pourquoi tu veux rester/Sur un plateau d'argent/Elle te sert du thé au jasmin/Et quand tu voudrais lui dire/Tu n'as pas d'amour pour elle/Elle t'appelle dans ses/ondes/Et laisse la mer répondre/ Que et depuis toujours tu l'aimes/R Tu veux rester à ses côtés/Maintenant tu n'as plus peur/De voyager les yeux fermés/ Une flamme brûle dans ton coeur./2 Il était pêcheur venu sur la terre/Qui a veillé très longtemps/Du haut d'une toursolitaire/Et quand il a compris que seuls/Les hommes perdus le voyaient/Il a dit qu'il voguerait/Jusqu'à ce que les vagues nous libèrent/Mais lui-même fut brisé/Bien avant que le ciel s'ouvre/Délaissé et presqu'un homme/Il a coulé sous votre sagesse/Comme une pierre./3 Suzanne t'emmène écouter les sirènes/Elle te prend par la main/Pour passer une nuit sans fin/Comme du miel le soleil coule/Sur Notre Dame des Pleurs/Elle te montre où chercher/Parmi les déchets et les fleurs/Dans les algues il y a des rêves/Des enfants au petit matin/ Qui se penchent vers l'amour/Ils se penchent comme ça toujours/ Et Suzanne tient le miroir./R Tu veux rester à ses côtés/ Maintenant tu n'as plus peur/De voyager les yeux fermés/Une blessure étrange dans ton coeur.Una versión de encanto granjero:
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