Se celebra el aniversario de los Penguin Books que tanto contribuyeron a convertir los libros en un objeto de bolso, de sobaco, de bolsillo de atrás del pantalón vaquero, de redecilla del asiento de los autobuses interurbanos, fácil de olvidar en los aviones, ideal para la consulta del dentista, para defenderse en broma de los ataques, para que Carballo encienda sus fuegos, para escribir encima sin remordimientos, para doblar la esquina de la página sin tener que usar los malditos marcapáginas, para darse un capricho durante un paseo por el centro, para evitar comprar la edición en pastas duras…
Penguin books from the 1930s. Photograph: Robert Estall/Corbis
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