viernes, 18 de junio de 2010

Primer condenado a muerte fusilado en EE UU en 16 años. “The execution warrant for Mr. Gardner has been served,” The Utah Department of Corrections said in statement.

Como una especie de extraño contraste con la historia que se oculta tras la foto de la entrada anterior, leo la noticia de la ejecución de un condenado a muerte en Utah. La prensa internacional se hace amplio eco: El País, N.Y. Times, Corriere della Sera (fotos), Le Monde.

Un par de consideraciones de fondo. La primera, de N. Bobbio. La segunda, un fragmento narrativo de Capote. Con Bobbio, salvo en los ecos que me despierta la consideración de no matarás como un mandamiento, me identifico bastante:

(…) intentamos dar una razón a nuestra repugnancia ante la pena de muerte. Y la razón es sólo una: el mandamiento de no matarás.

Yo no veo otra. Fuera de esta razón última, todos los demás argumentos valen poco o nada, puedes ser refutados con otros argumentos que tienen, más o menos, la misma fuerza de persuasión. (...) Creemos firmemente que la total desaparición de la pena de muerte del teatro de la historia está destinada a representar una señal indiscutible del progreso civil. Expresó muy bien este concepto John Stuart Mill: "La historia íntegra del progreso humano ha sido una serie de transiciones a través de las cuales una costumbre o una institución han pasado, una tras otra, de ser supuestamente necesarias para la existencia social al rango der injusticias universalmente condenadas".

Truman Capote, en un pasaje sobre la ejecución por ahorcamiento de Hickock, uno de los asesinos de la familia Clutter (A sangre fría, RBA coleccionables, Barcelona, 2009, p., 429-30. Traduccion de Jesús Zulaika):

capote

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