Ayer se pagaron en subasta pública 119, 92 millones de dólares por una de las cuatro versiones existentes (1895) de El grito (E. Munch), la única todavía en manos privadas. El anterior record de precio pagado por una obra arte lo tenía Picasso, con 106,5 millones de dólares. Hace no más de una semana se pagaron, también en subasta, 14 millones de euros por una acuarela de Cézanne. Se trataba de un estudio preparatorio de uno de los dos personajes de Los jugadores de cartas.
No quiero hacer demagogia, me gusta mucho la pintura, la valoro, a veces, dentro de mis modestas posibilidades, he comprado alguna cosa, sé que un pintor vive de sus cuadros y me parece que debe vivir bien, creo, además, que quien goce de la suerte de poseer buenas obras tiene derecho a venderlas por cifras respetables. Pero los precios citados no dejan de ser una muestra del disparate en el que estamos inmersos y no puedo evitar una sensación de escándalo, de horror, de vómito. En medio de la crisis, detalles como estos de las subastas, me recuerdan ese dicho algo clasista según el cual en la mesa y en el juego se ven los modales. En las grandes subastas de arte se ve la mala educación de muchos de los más ricos, casi diría que su mal gusto moral.
(Fuente de las fotos: Munch , Cézanne)
Enlace a galería de imágenes de las 10 obras de arte por las que más dinero se ha pagado. Entre ellas, por cierto, aparece un jarrón chino del S XVIII, vendido por 85,921,461 dólares.
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