sábado, 20 de febrero de 2016

Muere Eco. Reliquias/prendas por sus seguidores mal halladas

¿Quién me dijera, cuando las pasadas
horas qu’en tanto bien por vos me vía,
que me habiades de ser en algún día
con tan grave dolor representadas?
Pues en una hora junto me llevastes
todo el bien que por términos me distes,
lleváme junto el mal que me dejastes;
si no, sospecharé que me pusistes
en tantos bienes porque deseastes
verme morir entre memorias tristes (Garcilaso de la Vega)







"Sucedió lo mismo que había pasado con sus colegas parisienses hacia la misma época: empezaron como profesores, fundaron editoriales, divulgaron una especie de poética neoaristotélica o neorretórica, vieron cómo esa disciplina perdía adeptos, y acabaron escribiendo novelas de escasa calidad: ahí está el caso de Philippe Sollers para darse cuenta de que el fenómeno alcanzó a más de un país en nuestro continente.

Y es que la figura del intelectual, en los tres últimos siglos, ha conocido unas transformaciones sorprendentes. Eco ya no tenía nada que ver ni con Pascal ni con Spinoza, que aún fueron hombres de scriptorium; tampoco se pareció a los grandes ilustrados, como los sabios Bayle, D’Alembert o Diderot, capaces de dedicar toda su vida y sus escasos recursos a editar enciclopedias fastuosas; no se comprometió con las más apremiantes cuestiones políticas de su tiempo salvo para mostrarse como un pensador liberal —pero menos que Russell o Berlin, por ejemplo—; ni poseyó, por fin, el perfil de un Voltaire, un Victor Hugo, un Zola o un Jean-Paul Sartre, dispuestos a aceptar el exilio interior y exterior o de subirse a un bidón de gasolina para azuzar la conciencia de la clase obrera en una fábrica de automóviles". Jordi Llovet, El nuevo intelectual

viernes, 19 de febrero de 2016

Acuarelasymas. La exposición de Patricia Calarco en el Rincón del gato. Del 19 de febrero al 18 de marzo de 2016

"En esta exposición presento un pequeño recorrido por mis pinturas en acuarela y en pastel, en las que pretendo comunicar algo que os produzca una buena sensación y que os ofrezca un poco de ilusión, espero con entusiasmo vuestras opiniones".

PCalarco



Concurso una gélida manina

A partir del próximo jueves, día 25 de febrero, si perteneces al personal del centro o eres alumno oficial de la escuela, presencial o a distancia, matriculado en este curso académico, pásate por la biblioteca con tu carné actualizado y vota a favor de tu acuarela preferida. Debes poner su título, tu nombre y tu dirección de correo electrónico en la papeleta que te entregarán nuestras amables bibliotecarias. La semana del 21 al 26 de marzo, una gélida manina extraerá de la urna lentamente la papeleta del ganador, que será premiado con una de las acuarelas expuestas.
































miércoles, 17 de febrero de 2016

Tocaculos al pasar. Vulgar ferlosiana a orillas del Ebro

                 

Mal está, muy mal, tocar el culo a las transeúntes cuando se pasa junto a ellas en bicicleta, es una forma de agresión intolerable, como tantas otras, que se aprovecha de la fuerza bruta, del descuido de la víctima, de la mayor velocidad de paso del ciclista... pero tiene algo de chusco, de estúpido.

Da la impresión que en el caso del individuo que perpetra la fechoría hay una especie de inversión del proceso habitual que nos lleva a desear tocar un culo, proceso en el que se produce una especie de fructífero diálogo entre el culo concreto y el deseo, como si aquél actuara a modo instrumento del que parte una melodía que captan nuestros oídos, bien dispuestos a atender a la vibración. El el caso del ciclista que nos ocupa, sin embargo, ocurre como si el proyecto y la determinación de tocar culo antecedieran a la propia aparición del culo mismo por la ribera del Ebro, difícil de atisbar, por otro lado, en los días de niebla. Quizá por ello, hay algo de contradictorio en la sensación de apagamiento que quizá disfrute el malhechor  tras cada fugaz contacto con el objeto de su deseo, pues tratándose antes que nada del culo entendido como un lugar vacío que se trata de llenar a toda costa con un culo cualquiera, más parece probable que, igual que si de una figura mitológica clásica se tratara, estuviera condenado a repetir su acción cuantas veces se encuentre montado en su bicicleta a una distancia precisa de un trasero. Aquí trasero, aquí salto, podría ser su lema, adaptado del de los caballeros templarios. "Por lo demás, semejante actitud intransitiva, como inversión formal de los contextos, se halla tan difundida en las acciones de los hombres que es con frecuencia la que adoptan para casarse. ¿Qué otra cosa sucede cuando se busca esposa. El proyecto y la determinación del matrimonio anteceden entonces a la propia aparición de la persona (...), la cual, por esta misma circunstancia originaria, difícilmente llegará, en los largos años de vida conyugal, a aparecer del todo como persona en sí a los ojos del esposo -en tanto que otras, presuntamente más afortunadas, que no fueron buscadas en principio (y observa la incongruencia de este predicado: si no se me conoce no se me busca a mí..." (Ferlosio, R.S, Altos estudios eclesiásticos, Debate, p. 52). Pero, basta, que la hipotaxis me va dejando cianótico. Para mayor claridad , mejor sería decirlo con un antipático refrán, cosa harto difícil de definir:

 "Quien nísperos come, espárragos chupa, bebe cerveza, besa a una vieja, toca culo desde la bici, ni come, ni chupa, ni bebe, ni besa, ni toca".


domingo, 14 de febrero de 2016

Melibeos (o Calistas) somos y en el nicho de amor de mercado nos encontraremos


Recuerdo que el desaparecido Leopoldo María Panero decía en algún sitio que el único amor verdadero es el matrimonial, una chocante afirmación que espantaría a muchos de los amantes que en el mundo han sido, en especial a los que se inventaron el/la fin'amor, del que provienen muchas de nuestras excentricidades. En rigor, para los trovadores más puros, amor y matrimonio son incompatibles y, además, una de las manifestaciones en las que el elixir de idem está más presente es precisamente el amor de lonh, el que se basa en la ensoñación, savia del sentimiento (Jamai d'amor no'm jauziray/Si no'm jau d'est' amor de lonh. En inglés para mayor claridad: Never shall I enjoy love/ unless I enjoy this faraway love, J. Rudel). Supongo que, con su voz de mimbre, al hablar de matrimonio, el hijo y nieto de poetas se refería a esas uniones que se enfrentan a la carcoma, por decirlo en términos del último Chirbes. La última novela del fallecido escritor, París-Austerlitz, podría ser, por cierto, un buen regalo para este S. Valentín. El texto, si dejamos de lado el tema de la plaga, contiene un breve y conminatorio aviso para navegantes, la carcoma de amor es omnipotente y la seda de tus manos se apolilla hasta en París, paraíso laico de donde son expulsados sin excepción todos los amantes que amor han conocido. Pero, no hay más cera que la que arde y quant'on a que el matrimonio, San Valentín, agente de un pequeño nicho de mercado y de banales sentimientos, pasa sigiloso en su día, vestido de invierno (arreglao, pero informal, de domingo), apenas sin gesticular, sólo con el dedo sobre los labios, pidiendo que como a la mala música, la columna sonora de nuestras cursilerías de los primeros meses, de los primeros años, lo detestemos, vale, pero no lo despreciemos. Parafraseando lo que escribía Proust sobre la mala música: Détestez le jour de la Saint Valentín, ne le méprisez pas. Qu'il vous soit vénérable. Sa place est immense dans l'histoire sentimentale des sociétés. Le respect envers lui est la conscience de l'importance du rôle social de amour.

Viva pues San Valentín, pues en el camino del nicho de mercado nos encontraremos.

François Xavier Courrèges, image tirée de Another Paradise, 2005, vidéo couleur, sonore, 5 min 30 s, en boucle

Emporte-moi dans l'image ou la mélodie et conjure, par elles, le duel de nos solitudes devant l'universel (photo: Marina Abramovic & Ulay, Rest Energy, 1980)