¡Vamos, búho,/cambia tu expresión/lluvia de primavera! (Haiku de Kobayashi Issa)
Mi cabeza cana, los años perdidos. No, nunca fui a Japón. Y, sin embargo, no me hace falta para que cada vez que veo su nombre, sus fotos, vuele hacia donde nunca he estado, descubra las imágenes que anhelo soñar, que me gustaría haber soñado. ¡No, nunca entré en Japón, ni lo haré, qué excentricidad! Además, Japón, mi Japón no es más que una idea, no como cualquier otra, más bonita, algo relamida a veces, pero al fin y al cabo una idea más. Que vayan allí si quieren los que creen que los viajes son reales, que se puede dormir hoy en Zaragoza y mañana a miles de quilómetros; yo no, prefiero leer en invierno, no salir las tardes de verano y de noche, y de noche, poder soñar con los cerezos que ahora florecen en Japón…Hoy, temprano, los he visto junto a al nuevo tranvía, cerca de mi casa, con la certeza de que si los viera en Japón mismo dejarían de ser un hermoso sueño.
Florecen los cerezos en Japón, mi perro en Zaragoza levanta una ceja y sonríe levemente.
(Fuente de las imágenes)
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