El día de inauguración de la expo de Alberto, Ricardo Duerto hizo un pequeño reportaje fotográfico que publicamos a continuación:
Alberto Martínez y uno de sus sherpas preparan el utillaje necesario para la ascensión en el campamento base.
Alberto Martínez es un amante del exposicionismo clásico, de las ascensiones que prescinden de lo innecesario: rutas preparadas, clavos prefijados, sofisticados ingenios mecánicos. Junto a él, parte de la ladera de la montaña sagrada y, al fondo, el plato xilófago -el mismo que aparece en la foto del encabezamiento de este blog- que su sherpa había preparado para prevenir desfallecimientos bien protegido con una bolsa de la basura negra.
Alberto en el campamento 2, a medio metro de altura. Las privilegiadas condiciones físicas de Alberto permitieron que el periodo de aclimatación no durara más de 15 minutos en posición de sentado con un botellín de cerveza a su lado.
Alberto huella la cumbre en solitario, sonriente, como siempre. Detrás, parte de su trabajo en altura. Elizabeth Hawley (no confundir con Elisabeth Costello) ya ha declarado que en su opinión no se puede poner el mínimo su derecho a su derecho a entrar en el paraíso de los xilógrafos.
Una de las xilografías de Alberto, caleidoscopio rectangular de color en forma de patchwork. Alberto, a menudo, recrea en sus obras las características del material que le sirve de soporte, la madera, sus vetas. La información natural que lleva impresa es releída en términos estéticos, formas orgánicas que tienden a la abstracción, pero evocan fragmentos de paisajes.
A veces, da la sensación de que Alberto tiende a descomponer figuras previas con las que ya ha trabajado en su forma íntegra. La técnica provoca un juego de ida y vuelta entre la obra de partida y el trabajo de reconstrucción que el espectador –yo, en este caso- no puede evitar hacer. Esa distancia entre un referente, que en este caso ya es una imagen figurada, y la obra final es la que debe recorrer el artista.
Otras veces, las xilografías de Alberto se tiñen de notas pop, evocando obras que pasan por la imaginación del espectador como hermosas nubes de referencia. El referente de algunos de sus grabados son solo vagas imágenes que se insinúan, colores, formas decorativas sometidas a prueba estética.
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