Cuando llega el verano cierro el restaurante y me voy a la playa con mi familia. Mi sobrino Peppo viene también y salimos a pescar hasta el faro del puerto.
Peppo y yo nos lo pasamos genial juntos. Pescamos sardinas y salmonetes. Un día, incluso, cogimos, un pulpo gigante. ¡Qué susto se llevó Peppo! Y luego, ¿quién creéis que cocinó lo que hemos pescado? ¡Lo habéis adivinado! ¡Yo, claro! ¡Ja, ja ,ja!
Cuando llega el otoño los árboles se quedan sin hojas y…sin frutos. Entonces, ya no puedo hacer mis postres favoritos con productos naturales. Así que, ¿sabéis lo que hago? Me voy de paseo…¡Ja, ja ,ja! Sí, me doy largos paseos por el monte de mi pueblo, me subo hasta el castillo y desde allí contemplo todo el campo…que está precioso…
Los colores del otoño. El rojo y el verde tiñen el paisaje. ¡Qué hermosa es la naturaleza! Por eso, ya sabéis, chicos, hay que respetar a los animales, los árboles y las plantas. ¡Ah, se me olvidaba! ¿Sabéis qué hacemos mis amigos y yo cuando vamos al monte?
¡Cogemos setas! Luego las guiso y merendamos todos juntos. Mientras se las comen, se oye mmm, mmm. ¡Ja, ja ,ja!
La Navidad sigue al otoño…y toda la familia nos juntamos para celebrarla. Yo preparo la cena de Nochebuena, porque se que es el mejor regalo que puedo hacerles. Y esa noche cocino con más cariño que nunca.
Pero aun queda un día muy especial, que todos esperan con mucha ilusión. El seis de enero, claro, cuando vienen los Reyes magos. Los Reyes, casi siempre, me traen algo relacionado con mi oficio. El año pasado me trajeron una batidora nueva…¡Ja, ja ,ja!
Cuando el invierno se acaba llega la primavera de nuevo y mis postres vuelven a alegrarles la vista a mis clientes…y su paladar, también. ¡Ja, ja ,ja!
Para mí, hay pocos oficios más bonitos que el de cocinero. ¡Me encanta mi profesión! Y a vosotros, ¿qué os gustaría ser de mayor? ¿Lo habéis pensado ya? Fin.
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