Una de las razones que llevan a hacer deporte es que uno se puede poner ropa que no se pondría jamás para otros usos y puede adoptar posturas, posturitas, diría yo, de las que seguramente se avergonzaría en otros ámbitos. La actividad deportiva es un buen refugio narcisista para quien está condenado a vestirse con cierta formalidad, para quien debe contener sus efusiones o se ve abocado a la corrección constante. Poner posturitas, gustarse, exagerar los escorzos que exige la buena técnica es algo a lo que es difícil resistirse, aunque después se falle el tiro o no se toque ni siquiera bola a causa de la afectación. Hoy en día, el músculo, la fuerza bruta, ha barrido del panorama casi cualquier otra búsqueda de efectividad. Atletas como U. Bolt, que aúnan belleza, potencia y elegancia son una rareza.
Las antiguas fotos de deportistas parecen apuntar en una dirección contraria. Viéndolas da la impresión de que lo más importante no era saltar lo más alto posible, sino hacerlo lo mejor, lo más bonito y gracioso que se pudiese. Y es que los patrocinios exagerados, la entrada a saco del dinero en la competición deportiva ha llevado a la búsqueda enloquecida del record, un objetivo obsesivo compulsivo enemigo del buen hacer deportivo, porque debe ganar quien mejor lo hace, no quien lo hace más rápido, y no siempre coinciden ambas cosas.
Bueno, y ya vale de elucubraciones, que lo que yo quería era simplemente enseñar unas fotos que publica Guandian de deportistas de las Olimpiadas de 1908, celebradas en Londres, porque una erupción del Vesuvio hizo que Italia renunciara a organizarlas.Atleta danesa preparándose para bailar la jota. Photograph: Topical Press Agency/Getty Images
El italiano Dorando Pietri en la maratón. Aunque llegó a la meta en primer lugar, fue descalificado con posterioridad. Recibió, sin embargo, una medalla al esfuerzo otorgada por la reina Alejandra, a la que tampoco le hacía ninguna gracia perder el sombrero. Photograph: Hulton-Deutsch Collection/Corbis
Wyndham Halswelle, contento como unas páscuas, en los 400 metros lisos. Photograph: SGI-UK
El estadounidense Martin Sheridan durante un ejercicio de calentamiento para el salto de longitud. Photograph: Topical Press Agency/Getty Images.
El velocista sudafricano Reggie Walker, ganador del oro en los 100 metros lisos. Photograph: Topical Press Agency/Getty Images.
El saltador estadounidense Ray Ewry a punto de dejarse caer en un sofá imaginario. Photograph: SGI-UK.
Pero a veces no son solo extrañas las posturas:
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