Il gamberone invecchiato raccontava ai suoi nipoti la storia della sua vita, il suo film.
Abitavo nel mare e lavoravo in un´agenzia turistica. Mestiere che io non avrei mai scelto però un negozio familiare deve andare avanti, anzi migliorare, diceva mio padre. Un giorno è entrata nell´agenzia una Margauria. Aveva fatto un lungo viaggio sino a trovarsi davanti a me per chiedere il mio aiuto. Ce ne andammo insieme, arrivammo al delta e poi risalimmo il fiume fino alla la capitale. Appena arrivati, ce lo incontrammo e con la sua solita spacconeria disse: “Non ti avevo mai visto da questi parti. Sei un immigrato,vero?”. “Si potrebbe dire di sì ma anche tu sei un immigrato. Tu sei tedesco?” -risposi io. “Richtig, voglio dire, certo. Ma abito qui da anni, sono arrivato prima di te e il fiume è mio. Non osare nemmeno guardarmi in faccia. Vai via, non ripeto”. Mi si avvicinò con l`idea di colpirmi ma scopriì la mia tuta arancione, attillata corazza, e gridai: “No. Il fiume non è tuo e gli abitanti sono stufi di te e le tue minacce. Sei tu che devi andare via , capisci. Io sono il capitano Bone e se non vuoi sentire la scarica elettrica dei miei potentissimi baffi, vattene via. Così il siluro gigante fu vinto. Sei un eroe, gridavano i gamberoni mentre nonna Marga li osservava di nascosto.
Traducción:
El langostino ya anciano contaba a sus nietos la historia de su vida, su película.
Yo vivía en el mar y trabajaba en una agencia de turismo. Trabajo que yo nunca habría elegido pero un negocio familiar debe funcionar, es más, mejorar, decía mi padre.
Un día entró en la agencia una Margauria. Ella había hecho un largo viaje hasta presentarse ante mí para pedirme ayuda.
Nos fuimos juntos, llegamos al delta y remontamos el río hasta la capital. Apenas llegamos, nos lo encontramos y con su habitual fanfarronería dijo: No te había visto nunca por estos parajes. “¿Eres inmigrante, verdad?” -dijo
“Se podría decir que sí, pero también tú eres inmigrante. Tú eres alemán? -dije yo.
“Richtig, quiero decir, cierto. Pero vivo aquí desde hace años, he llegado antes que tú y por eso el río es mío. No te atrevas ni a mirarme a la cara. Fuera, lárgate, no repito”.
Se me acercó con intención de golpearme, pero descubrí mi traje naranja, mi ajustada coraza y grité: “No. El río no es tuyo y sus habitantes están hartos de ti y tus amenazas.
Tú eres el que debes marcharte, entiendes. Yo soy el capitán Bone y si no quieres sentir
la potentísima descarga eléctrica de mis bigotes, vete de aquí”. Así fue como el siluro gigante fue vencido.
Bravo, eres un héroe, gritaban los pequeños langostinos mientras la abuela Marga los observaba escondida.
Mª Aránzazu Sánchez Nebra
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