“El 10 de mayo de 1933, las universidades alemanas hicieron arder el intelectualismo judío en un gran auto de fe en el que, inspirándose en el antecedente de la quema de obras antigermánicas del jubileo luterano de 1817 (fiesta de la Wartburg, los libros de autores de la talla de Erich María Remarque, Thomas Mann, Stefan Zweig, o Emil Ludwig fueron pasto de las llamas” (Diccionario crítico de mitos y símbolos del nazismo, Sala Rose, Rosa, Acantilado, 2003, p. 151)
En recuerdo de lo que ocurrió. Bebelplatz, Berlín. (Fuente de la imagen)
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