Supongo que, en el fondo, los anuncios a los que te refieres y el de la foto tienen en común el hecho de quien se ofrece añade a su mero ofrecimiento características que cree que pueden resultar atractivas para el consumidor. Las que dices (chico/a, español/a) me resultan algo menos significativas que la de incluir la religión y pienso que en algún caso pueden ser pertinentes a la hora de desarrollar ciertas labores. Quizá al decir español quieren decir que hablan el español y no necesariamente que son españoles de nacionalidad. Quizá al indicar el sexo pretenden hacer notar que es más probable que posean ciertas habilidades, como cocinar, saber limpiar, poder hacerse cargo de una persona mayor del mismo sexo. Si la cosa va más allá y se intenta hacer figurar la nacionalidad o el sexo como un mérito en sí mismo por contraste con quienes son del otro sexo o tienen otra nacionalidad,en mi caso, por lo menos,algo así más bien me suscitaría cierto recelo. ¿Me pregunto qué puede tener que ver, en términos generales, la religión que uno profese con su pericia y honestidad a la hora de hacer tabiques? Pero supongo que un anuncio como este no es sino el reflejo de lo que el anunciante cree que puede gustar al cliente. Quizá sea eso lo inquietante. Gracias por el comentario.
no le déis más vueltas, se han equivocado y costaba dinero volver a hacer el cartel:
"ALBAÑILES ECUMÉNICOS CRISTIANOS".
Ya pasó con la famosa editorial mexicana "Fondo de Cultura Económica". Cuando publicaron su primer libro querían hacerse llamar "Fondo de Cultura Ecumémica", pero hubo una errata en la imprenta, y decidieron que se quedase así el nombre. ¡No me lo creía cuando me lo contó un profesor en la universidad..!
Alguno debía tener dotes proféticas y se adelantó a la globalización de la economía. El FCE tenía un nombre chocante, incluso con el símbolo, que, en efecto, hace pensar en el orbe entero.
Igual que hay anuncios de chica/o español/a para cuidar niños...me parece bien que pongan su religión.
ResponderEliminarSupongo que, en el fondo, los anuncios a los que te refieres y el de la foto tienen en común el hecho de quien se ofrece añade a su mero ofrecimiento características que cree que pueden resultar atractivas para el consumidor. Las que dices (chico/a, español/a) me resultan algo menos significativas que la de incluir la religión y pienso que en algún caso pueden ser pertinentes a la hora de desarrollar ciertas labores. Quizá al decir español quieren decir que hablan el español y no necesariamente que son españoles de nacionalidad. Quizá al indicar el sexo pretenden hacer notar que es más probable que posean ciertas habilidades, como cocinar, saber limpiar, poder hacerse cargo de una persona mayor del mismo sexo.
ResponderEliminarSi la cosa va más allá y se intenta hacer figurar la nacionalidad o el sexo como un mérito en sí mismo por contraste con quienes son del otro sexo o tienen otra nacionalidad,en mi caso, por lo menos,algo así más bien me suscitaría cierto recelo. ¿Me pregunto qué puede tener que ver, en términos generales, la religión que uno profese con su pericia y honestidad a la hora de hacer tabiques?
Pero supongo que un anuncio como este no es sino el reflejo de lo que el anunciante cree que puede gustar al cliente. Quizá sea eso lo inquietante.
Gracias por el comentario.
Hola,
ResponderEliminarno le déis más vueltas, se han equivocado y costaba dinero volver a hacer el cartel:
"ALBAÑILES ECUMÉNICOS CRISTIANOS".
Ya pasó con la famosa editorial mexicana "Fondo de Cultura Económica". Cuando publicaron su primer libro querían hacerse llamar "Fondo de Cultura Ecumémica", pero hubo una errata en la imprenta, y decidieron que se quedase así el nombre. ¡No me lo creía cuando me lo contó un profesor en la universidad..!
...perdón!, quería decir "Ecuménica", no "Ecumémica"...Se ve que es un nombre que realmente se presta a errores.
EliminarAlguno debía tener dotes proféticas y se adelantó a la globalización de la economía. El FCE tenía un nombre chocante, incluso con el símbolo, que, en efecto, hace pensar en el orbe entero.
ResponderEliminar