"Bradley y Castro se dan la vuelta y descubren que Alí ha recobrado la atención general. Sostiene en alto su tembloroso puño izquierdo; pero en lugar de asumir una pose de boxeador, como hizo antes, empieza a sacar por la parte de arriba del puño, lentamente y con delicadeza teatral, la punta de un pañuelo de seda rojo, pellizcándola entre el índice y el pulgar.
Saca todo el pañuelo y lo zarandea en el aire unos segundos, sacudiéndolo cada vez más cerca de la frente del atónito Fidel Castro. Alí parece hechizado. Mira aún con ojos estancados a Castro y los demás, rodeado de aplausos que no da señas de oír. Procede al fin a introducir nuevamente el pañuelo por la parte de arriba de la mano empuñada, embutiéndolo con los dedos en pinza de la mano derecha, y abre rápidamente las palmas de cara al público y muestra que el pañuelo ha desaparecido." (Gay Talese, Retratos y encuentros, Alaguara, 2010, Trad. C. J. Restrepo, p.235-236)
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